Vosotros sois la luz del mundo

Nuestro deber de hacer buenas obras

Mas adelante los apóstoles secundarían nuestro sagrado deber de hacer buenas obras, Pablo en su epístola a los efesios diría: “Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10

Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo, también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.Santiago 2:14-26

Santiago y Pablo animarían a la iglesia del primer siglo a proseguir y mantenerse haciendo dichas obras. Nosotros nos desenvolvemos en círculos que quizás dar un mensaje o hablar de Cristo sea complicado. Pero nuestras obran hablaran por nosotros, y mediante a ellas llevaremos al inconverso al conocimiento de la verdad.

Y tú amado hermano ¿Qué estas esperando para comenzar a vivir una vida que testifique de la obra de cristo? Recuerda tu llamado, recuerda tu función; ser luz.

Glorificar al Padre

Dar la gloria a Dios es un paso imprescindible para ser luz. La palabra nos aclara que “Dios habita en medio de la alabanza”, creyendo firmemente en que es así. El glorificar al Señor en toda ocasión nos permitirá tenerle habitando siempre cerca de nosotros.

Glorificando al padre se rompen cadenas, se disipa la oscuridad. Reconocer la grandeza del Señor atrae sanidad, trae esperanza, cambia el ambiente. El tenerle en medio de nosotros nos da fe, pues sabemos que está aquí con nosotros. No lograremos ser luz sin darle gloria al Padre de la luz.

Conclusión

En este breve mensaje, logramos entender el interesante concepto de la luz, como nos ayuda a nosotros como seres individuales y como proyectada de la manera correcta, puede ser de bendición para otros. Recordemos siempre que Dios nos da algo con el fin de multiplicarlo, buscando generalmente, el beneficio colectivo.

Bendiciones.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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