Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Prédica de Hoy: Pasando el Desierto en Victoria
Tema: Caminando en Fe y Esperanza
Introducción
Queridos hermanos y hermanas, hoy quiero traerles un mensaje de esperanza y fortaleza, basado en una enseñanza que nos impulsa a seguir adelante, aun en medio de los desiertos de la vida. Sabemos que la vida tiene sus momentos difíciles, sus pruebas y desafíos. Y en esos momentos, puede parecer que estamos atravesando un desierto árido, donde la sed, el hambre y el cansancio nos agotan. Pero hoy quiero decirles algo que tal vez les sorprenda: ¡Podemos pasar el desierto en victoria!
La Palabra de Dios nos habla claramente de esto. En Deuteronomio 1:34-40 (RVR1960), vemos cómo Dios se enoja con la generación de Israel que salió de Egipto, una generación que, lamentablemente, no pudo entrar a la Tierra Prometida debido a su incredulidad.
Sin embargo, hubo un hombre, Caleb, y también Josué, que se mantuvieron firmes y fieles al Señor, y ellos sí recibieron la promesa. Dios les aseguró que verían la tierra buena que Él había prometido. ¡Qué gran enseñanza nos dejan estos hombres! Ellos atravesaron su desierto, pero lo hicieron con una mente victoriosa y un corazón lleno de fe.
Desiertos
Espacios de Prueba y Transformación
Cuando hablamos de desiertos, a menudo pensamos en lugares de desolación, de pruebas y de retos. Y es verdad, el desierto puede simbolizar el dolor, la soledad, y hasta el fracaso. Pero Dios quiere que entendamos que, a pesar de lo que vemos con nuestros ojos humanos, hay una realidad más profunda: el desierto puede ser un lugar de victoria. Es un espacio donde Dios puede manifestar Su poder, Su gracia, y Su presencia de una manera especial.
En medio de la prueba, ¿cómo podemos encontrar victoria? La clave está en la actitud de nuestro corazón y en la manera en que enfrentamos el desierto. La Biblia nos enseña que podemos atravesar estos tiempos difíciles con fe y esperanza, sabiendo que Dios está con nosotros.
Como nos recuerda Salmo 23:4 (RVR1960): “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” ¡Qué promesa tan poderosa! No importa cuán oscuro sea el desierto, si el Señor está con nosotros, podemos caminar en victoria.
Como bien dijo Samuel Pérez Millos, destacado teólogo español, en su obra “Dios en la Tormenta” (2009): “El desierto es el escenario donde Dios revela Su suficiencia. Es allí donde aprendemos que el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad, y Su presencia nos da la fuerza para seguir adelante.” Esta dependencia es la que nos lleva a crecer, a fortalecer nuestra relación con Dios y a encontrar propósitos divinos aun en medio de las pruebas más difíciles.
Josué
Un Ejemplo de Fe y Perseverancia
Josué es un ejemplo extraordinario de cómo se puede pasar el desierto en victoria. Desde joven, él acompañó a Moisés y fue testigo de las maravillas de Dios. Pero su verdadera prueba vino cuando fue enviado como uno de los doce espías a explorar la Tierra Prometida. Mientras que diez de los espías trajeron un informe negativo y desalentador, Josué y Caleb mantuvieron su fe en las promesas de Dios. En medio de la oposición y el temor, ellos decidieron creer que Dios podía darles la victoria.
La victoria de Josué no comenzó cuando cruzaron el Jordán para tomar la tierra, sino que comenzó en el desierto. Fue allí, en medio de la incertidumbre y la dificultad, donde Josué decidió poner su confianza en Dios y en Sus promesas.
En Números 14:8-9 (NVI), Josué y Caleb le dijeron al pueblo: “Si el Señor se agrada de nosotros, nos llevará a esa tierra y nos la entregará. Es una tierra donde abundan la leche y la miel. Así que no se rebelen contra el Señor ni tengan miedo de la gente que habita en esa tierra. Ya no tienen protección, porque el Señor está con nosotros. ¡No les tengan miedo!”
Josué no permitió que las circunstancias del desierto determinaran su fe. Él vivía como si ya estuviera disfrutando de la victoria, aunque aún no había llegado a la Tierra Prometida. Mientras que el pueblo murmuraba y se quejaba, Josué veía la bendición que Dios tenía preparada para él y su gente. Esta actitud de fe fue lo que le permitió pasar por el desierto en victoria, y es la misma actitud que necesitamos hoy.
Dos Tipos de Espíritus
Desierto y Victoria
En la historia de los espías, vemos dos tipos de espíritus operando. Por un lado, el espíritu de desierto: hombres sin visión, sin metas, sin compromiso con Dios, hombres negativos y murmuradores. Estos son aquellos que permiten que el temor, la duda y la incredulidad gobiernen su vida. La Biblia nos dice en Salmo 68:6 (RVR1960): “Mas los rebeldes habitan en tierra seca.” Es decir, aquellos que no tienen fe y que se rebelan contra Dios, no pueden experimentar la plenitud de Su bendición.
Por otro lado, tenemos el espíritu de victoria, representado por Josué y Caleb. Estos hombres tenían una gran fe, visión, y pasión por Dios. No se enfocaban en sus propias limitaciones ni en las dificultades del desierto, sino que confiaban plenamente en el poder y las promesas de Dios. Este es el espíritu que Dios quiere que tengamos.
Como dice 2 Timoteo 1:7 (RVR1960): “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” Cuando permitimos que el Espíritu Santo gobierne nuestras vidas, podemos enfrentar cualquier desierto con valentía y confianza.
El Desierto como Escuela de Obediencia y Fe
A veces, el desierto es una escuela donde Dios nos enseña a depender de Él y a crecer en fe. Josué aprendió esto durante los 40 años que pasó en el desierto junto a Moisés. Fue un tiempo difícil, pero también un tiempo de preparación. Josué aprendió a vivir bajo la obediencia a Dios, a creer en Sus promesas, y a mantener su mirada fija en la tierra que Dios había prometido.
Pasar 40 años en el desierto no fue fácil. Hubo pruebas, murmuraciones, y rebeliones. Pero Josué nunca perdió su fe en la victoria que Dios había prometido. Él no se dejó llevar por la incredulidad del pueblo, sino que se mantuvo firme en su esperanza. La Biblia nos anima a tener esa misma actitud en Hebreos 10:23 (NVI): “Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.“
Lucas Leys, reconocido líder y escritor evangélico, dijo en su libro “Aviva tu Vida Espiritual” (2015): “La fe no solo se prueba en los tiempos de calma, sino en los desiertos de la vida, donde la dependencia total de Dios se convierte en nuestra fuerza y esperanza.” Estas palabras nos recuerdan que la verdadera fe no se basa en las circunstancias favorables, sino en la confianza en que Dios es fiel y cumple Sus promesas, aun en medio de los momentos más difíciles.
Dios Prepara Personas para la Victoria
Hoy, Dios está preparando una nueva generación de hombres y mujeres que atravesarán sus desiertos en victoria. Personas que se levantarán con fe, con visión, y con pasión por Dios. Personas que, como Josué, no se dejarán vencer por las circunstancias, sino que caminarán en obediencia y confiarán en las promesas de Dios.
Querido hermano o hermana, tú eres parte de esta generación. Dios te ha dado un espíritu de victoria y quiere que lo uses para enfrentar cualquier desierto que estés pasando. Recuerda lo que dice la Palabra en Efesios 6:10 (RVR1960): “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.” No es con nuestras fuerzas que pasamos el desierto, sino con la fuerza de Dios. Él nos capacita, nos guía, y nos da la victoria.
No Canceles las Promesas de Dios en tu Vida
Es importante recordar que Dios nunca cancela Sus promesas. Si hay algo que puede impedir que veamos la bendición de Dios, somos nosotros mismos. A veces, nuestra incredulidad, nuestras dudas, o nuestra falta de fe pueden hacer que perdamos de vista lo que Dios tiene preparado para nosotros. Pero Dios siempre es fiel. Él está dispuesto a cumplir Sus promesas en tu vida si tú decides creer y avanzar en fe.
Conclusión
Pregúntate: ¿Cuál es el desierto que estás pasando hoy? Puede ser una enfermedad, soledad, tristeza, o cualquier otro desafío. Pero no importa cuán grande sea tu desierto, Dios tiene la solución para cada uno de tus problemas. Él puede transformar tu desierto en un lugar de bendición, un lugar donde Su presencia se manifieste de manera poderosa.
Como nos recuerda Salmo 84:5-7 (RVR1960): “Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas. En cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion.“
© Roberto Torres. Todos los derechos reservados.