La Iglesia y su Poder Espiritual | Mensajes Cristianos
La ciudad fortificada del enemigo
Hoy no hablaremos de una congregación en particular, sino del fundamento y poder de la iglesia de Cristo. Para comenzar, quiero que uses tu imaginación. Piensa en este mundo como si fuera una gran ciudad antigua. No una construida por el hombre, sino una edificada por el mismo enemigo de nuestras almas.
Imagina murallas altas como las de Jericó. Paredes hechas de celos, envidia, religión vacía, orgullo y violencia. Puertas reforzadas con apatía, incredulidad y duda. Todo edificado para una sola cosa: impedir que el evangelio entre. Esa es la imagen espiritual del mundo en que vivimos.
Ahora, con esa imagen en mente, vamos a Mateo 16:13-20, donde Jesús habla de su iglesia. Y nos muestra una verdad que a veces se nos olvida: la iglesia no es débil, la iglesia tiene poder.
La revelación del Padre cambia todo
En este pasaje, Jesús les pregunta a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” Ellos repiten lo que escuchan: que Él es Juan el Bautista, Elías, Jeremías. Es decir, muchos lo veían como un profeta más.
Pero entonces Jesús les pregunta directamente: “¿Y ustedes, quién dicen que soy yo?” Pedro responde con convicción: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” (vers. 16)
Y aquí Jesús afirma algo importante: “No te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre.” No fue por lo que Pedro había visto o escuchado. Fue revelación directa del cielo.
Esto, hermanos, sigue siendo verdad hoy. Hay muchos que conocen cosas sobre Jesús, pero no todos han tenido una revelación personal del Padre. Y sin revelación, no hay transformación. Porque cuando uno tiene un encuentro verdadero con el Señor, la vida cambia por completo.
La roca sobre la cual Cristo edifica
Jesús luego dice: “Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia.” Algunos han malinterpretado esto pensando que la iglesia fue edificada sobre Pedro. Pero el contexto lo aclara: la iglesia no se edifica sobre un hombre, sino sobre la confesión de fe que Pedro hizo. Esa declaración de que Jesús es el Hijo del Dios viviente.
La iglesia de Cristo fue fundada por Cristo mismo. Su base es el reconocimiento de quién es Él realmente. Todo aquel que tiene esa revelación, entra en una nueva dimensión. Y el Señor quiere usar a ese creyente para avanzar Su Reino.
Las puertas del Hades no prevalecerán
Jesús dijo: “Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Esto merece atención. ¿Qué es una puerta? Una puerta es un elemento defensivo. Nadie va a una guerra con puertas en la mano. Las puertas se usan para detener, no para atacar.
Jesús nos está diciendo que el enemigo está a la defensiva. Aunque parezca fuerte, aunque sus murallas parezcan impenetrables, él está tratando de proteger lo que le pertenece. Pero la iglesia tiene el poder de avanzar.
La realidad es que el mundo está lleno de murallas: de adicción, violencia, idolatría, confusión religiosa. Y también tiene puertas: puertas de incredulidad, de temor, de orgullo. Pero el Señor fue claro: esas puertas no prevalecerán contra Su iglesia.
Un llamado a la ofensiva
El enemigo no está atacando, él se esconde detrás de estructuras que ha levantado por siglos. Pero la iglesia ha recibido poder para derribarlas. No es un poder nuestro. Es el poder que viene del cielo. Jesús dijo: “A ti te daré las llaves del reino de los cielos.”
Este poder no fue dado solo a Pedro. Fue dado a la iglesia. Lo que atamos en la tierra será atado en el cielo. Lo que desatamos en la tierra será desatado en el cielo.
Pero no se trata de hacer nuestra voluntad. Se trata de ejecutar la voluntad de Dios aquí en la tierra. Y eso se logra por medio de la oración, la adoración, la predicación del evangelio y la comunión con Dios.
La iglesia tiene una misión
En ese tiempo, Jesús pidió a sus discípulos que no revelaran aún su identidad. Pero hoy, eso ha cambiado. Hoy es nuestra responsabilidad revelar al mundo quién es Jesús. Mostrar su luz en medio de tanta oscuridad.
Es tiempo de dejar de vivir como si fuéramos un ejército escondido. Es tiempo de tomar la ofensiva. No con armas, sino con fe, con oración, con la verdad del evangelio. Porque aunque las puertas parezcan grandes y antiguas… ¡no prevalecerán!
Conclusión
La iglesia de Cristo no fue creada para esconderse. Fue creada para avanzar. Jesús nos prometió que ninguna puerta del infierno resistirá el poder que Él ha puesto en Su iglesia.
No será fácil. Las murallas son reales. Pero también es real la promesa de nuestro Señor. Así que no dudemos. No nos detengamos. Porque el que está con nosotros es mayor que el que está en el mundo.
Cristo nos dio las llaves. La autoridad. El poder. No para quedarnos mirando… sino para actuar. Es hora de avanzar. Es hora de creer. Porque Él dijo: “No prevalecerán.”
© Juan C Planterio. Todos los derechos reservados.