Predicas Cristianas 2023 en Central de Sermones

Predicas Cristianas 2023 en Central de Sermones

Introducción

Predicar es una tarea difícil que requiere tiempo y esfuerzo. Y con todos los diferentes tipos de sermones, los pastores deben asegurarse de que están preparados para lo que su congregación necesite cualquier domingo.

En Central de Sermones hemos reunido algunos de nuestros temas favoritos para la predicación cristiana. Estos son sólo algunos ejemplos de lo que ofrecemos – ¡hay más de 400 predicadores diferentes y cientos de temas de sermones para elegir!

Sección: Invitación a la salvación

La invitación a la salvación es un don gratuito de Dios. El único requisito para la salvación es la fe en Cristo, que murió en la cruz para pagar por nuestros pecados y resucitó al tercer día. La salvación no puede ser ganada por buenas obras o rituales legalistas; viene solamente de la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo.

El predicador fiel enfatizará estas verdades:

La salvación es un don de Dios (Efesios 2:8-9). Estábamos muertos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1-3), pero a través de la muerte de Jesús en el Calvario y su posterior resurrección se nos dio una nueva vida (Romanos 6:4).

La salvación viene sólo por la fe en Jesucristo (Juan 3:16; Hechos 4:12). Esto significa que nadie más puede salvarnos, ¡excepto sólo Él! No podemos ganar o merecer la salvación haciendo buenas obras o rituales religiosos porque ninguno de ellos traerá jamás el perdón – ¡sólo la sangre derramada por Jesús mismo puede hacerlo!

Sección: La importancia de la cruz

La cruz es un símbolo importante en el cristianismo. Nos recuerda el sacrificio que Cristo hizo por nosotros, y también nos recuerda cómo podemos utilizarla como recordatorio de nuestra fe. Debemos recordar que Cristo murió por nosotros, para que podamos vivir eternamente con Él en el cielo. La cruz nos recuerda lo que Jesús hizo por nosotros y lo importante que es para nuestra salvación tener fe en Él y en Su Palabra (la Biblia).

Sección: Discipulado y obediencia

El discipulado es un proceso de aprendizaje. No se trata sólo de saber, sino también de hacer. El discipulado implica aprender a ser como Jesucristo, lo que requiere que nos tomemos en serio sus mandamientos y los obedezcamos (Juan 14:15; Mateo 28:19). A medida que crecemos en nuestro conocimiento de la Palabra de Dios, nos volvemos más capaces de seguirle más de cerca en la forma en que vivimos nuestras vidas.

El discipulado es un proceso que dura toda la vida. Como cristianos que hemos sido salvados por gracia mediante la fe en Jesucristo (Efesios 2:8-9), siempre necesitaremos el discipulado, aunque algunas cosas se vuelvan más fáciles con el paso del tiempo debido al crecimiento y la madurez espiritual.

El discipulado implica algo más que conocer a Jesús; implica llegar a ser como Él y obedecer sus mandamientos (2 Pedro 1:3-4).

Sección: El amor como mandamiento

En el Nuevo Testamento, Jesús ordena a sus discípulos que se amen los unos a los otros como él los ha amado (Juan 15:12). El apóstol Pablo dice que por eso fue enviado a predicar el Evangelio: para “dar a conocer entre los gentiles [no judíos] las inconmensurables riquezas de Cristo” (Efesios 3:8).

El amor es algo más que un sentimiento: es un acto de voluntad. Puedes elegir no amar a alguien que no merece tu amor, pero no puedes elegir no amar en absoluto, aunque te tiente la maldad, la ira o los pensamientos orgullosos. Dios quiere que todos sigamos su ejemplo amándonos como Él nos ama.

Sección: Divinidad y humanidad de Jesús

Jesús es a la vez plenamente humano y plenamente divino. Jesús era Dios en carne, que vino a la tierra para nuestra salvación. Es el único mediador entre Dios y los hombres, por quien podemos salvarnos del pecado (Romanos 5:8). Jesús pagó la pena por nuestros pecados muriendo en la cruz (1 Pedro 2:24).

La Biblia enseña que los que creen en Jesucristo como Señor y Salvador pasarán la eternidad en el cielo con Dios, mientras que los que lo rechazan pasarán la eternidad en el fuego del infierno separados para siempre de su Creador (Juan 3:16-18; Apocalipsis 20:10-15).

Sección: La Iglesia como cuerpo de Cristo

La Iglesia es el cuerpo de Cristo, no sólo un edificio o un conjunto de personas. La Iglesia es la esposa de Cristo, no sólo una institución que se reúne los domingos por la mañana. La Iglesia es el templo de Dios, no sólo una organización que realiza transacciones comerciales en su nombre.

La Biblia nos dice que somos miembros los unos de los otros (Romanos 12:5), lo que significa que todos formamos parte del cuerpo de los demás, nos guste o no. Nos necesitamos unos a otros para crecer y desarrollarnos sanamente como seguidores de Jesucristo, y esto incluye tanto las relaciones personales con otros creyentes como la participación en iglesias locales donde puedes relacionarte con otras personas que comparten tu camino de fe.

La predicación debe basarse siempre en las Escrituras

La Escritura es la Palabra de Dios. Es inspirada, infalible e inerrante.

La Escritura es la autoridad final en todos los asuntos de fe y práctica. No se le debe añadir ni quitar nada (Mateo 5:17-20; 2 Timoteo 3:16-17).

Las Escrituras son la fuente última de toda verdad (Juan 17:17). Negar cualquier parte de la Escritura es negar su veracidad total; por lo tanto, los que enseñan falsas doctrinas son culpables de mentir (1 Juan 2:21).

Sólo hay una fuente de conocimiento verdadero acerca de Dios–la Biblia–y esto significa que no puede haber otras religiones además del cristianismo porque ninguna tiene acceso a la revelación como nosotros lo tenemos a través de la muerte de Jesucristo en nuestro favor para que podamos vivir para siempre con Él si aceptamos Su sacrificio como pago por nuestros pecados.

Conclusión

Esperamos que este artículo le haya ayudado a comprender algunos de los conceptos clave de la predicación y a entender por qué es una parte tan importante del cristianismo. Es fácil entender por qué la predicación se ha convertido en una parte tan central de muchas iglesias cristianas, pero no se trata sólo de pronunciar mensajes desde detrás de un púlpito o un atril. La predicación también implica escuchar atentamente lo que Dios ha dicho a través de su Palabra y aplicar esas verdades en nuestra vida diaria como creyentes.

© José R. Hernandez. Todos los derechos reservados.

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