Esa sangre fue el camino santificado para los sacerdotes y cantores, para que ninguno se saliese de la santidad y cumpliesen su propósito y se les preservase la vida.
David anunció con sus actos a Jesucristo y su sangre como el nuevo pacto, para que nosotros le llevásemos ya no sobre nuestros hombros, aún mejor, en nuestros corazones, por la condición de Real sacerdocio que nos ha sido dada; por lo que sin el sacrificio de Jesucristo, no nos hubiese sido posible llegar a su presencia y ser preservados para vida eterna.
David nos deja como legado la experiencia que para permanecer en la presencia de Dios es necesario ser imitadores de Cristo siendo: Hacedores de la palabra, revestidos de responsabilidad y fidelidad, y ya no con sacrificios, sino, dando valor al sacrificio del cordero inmolado quién con su sangre preparó el camino a la verdadera presencia de Dios.
“Yo soy el camino, la verdad y al vida, nadie viene al Padre si no es por mi” (Juan 14:6)
David no experimentó la presencia de Dios por un instante, el llegó a la presencia y permaneció y si que permaneció hasta su vejez. David no escatimo en invertir parte de su economía presentando ofrendas de expiación y de paz a Jehová.
Pero esto no fue de un día para otro, le costó tres meses. Tiempo que a través de la lectura de la palabra, rompió la idolatría, dándose cuenta que la verdadera presencia de Dios estaba en el secreto de la comunión y no en el arca física.
Durante esos tres meses, David no se quedo quieto en casa llorando su deseo no cumplido. David en esos tres meses fue a la guerra, peleó con los filisteos, Se dedicó a su familia, estudió la palabra, organizó su gente (Levitas, cantores y su ejercito).
Los lideró, los instruyó y organizó; les impartió instrucciones y responsabilidades. Veló por su santidad y los preparó para encontrarse de nuevo con Dios. David no llego solo, llego con su equipo y la extendió a todo su pueblo.
Yo hoy quiero invitarle a que si anhela llegar a la presencia de Dios, que es nada fácil; que no sea solo para estar ahí un instante donde quizás solo alcance Ud. a llorar y a gemir por la maravilla y la alegría inmensa que se siente estar ahí; si no que permanezca y todos los días del resto de su vida, experimente el privilegio de haber llegado a ella.
Yo no creo posible, que como hijos de Dios, tengamos que atravesar desiertos, ser asechados y hostigados por el enemigo, pasar pruebas de escasez, de enfermedad, de crisis familiares… TAN SOLO POR UN INSTANTE, NADA MÁS?. Yo no creo que luego de tener que enfrentarnos a las huéspedes y potestades, con ayuno y oración Ud. Este satisfecho con “un momento nada más.”
Luego de que el arca reposó en la ciudad, el pueblo se contagió del júbilo y la santidad de David, cantores, sacerdotes y levitas, y se manifestó la presencia de Dios en adelante:
Se ofrecieron holocaustos en el pueblo de nuevo, sacrificios de paz, se abolió lo que restaba de idolatría a través del canto, la danza y el júbilo. David bendijo al pueblo en el nombre de Jehová, y a cada persona del pueblo repartió:
- Una torta de pan: Tipificando que no abandonarían la palabra de Dios.
- Una pieza de carne: Tipificando la abundancia en la economía a favor de David y su pueblo, que provenía de mano de Dios.
- Una torta de pasas: Tipificando la fuerza y la vitalidad para permanecer en la presencia y no apartarse de Jehová en adelante.
Y después de esto… tan gloriosa era la presencia de Dios, que quiso hacer pacto con David.
AHORA, SIGUES ANHELANDO TAN SOLO UN INSTANTE?, YO TE RETO A QUE TE ATRÉVASE A MAS… Entra y permanece en su presencia
© Alejandra Maria Borda Leon. Todos los derechos reservados.