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El alfarero y el barro

Predicas Cristianas

Predicas cristianas predica de hoy: El alfarero y el barro

Predicas cristianas lectura bíblica de hoy: Jeremías 18:2-4

Introducción

La palabra de Dios muestra nuestra vida y a nosotros mismos como barro en las manos del alfarero, siendo Dios el alfarero que nos moldea cual vasijas. Y como al barro que es tomado del suelo mismo así Él nos toma de la nada para poder crear en sus manos las joyas más valiosas.

I. Vete a casa del Alfarero:

Levántate y vete a casa del alfarero. Y allí te haré oír mis palabras

Es necesario, para que Él pueda hacer algo en nosotros que nos volvamos a Él. Y Él esta esperando ese momento en el que lleguemos a su habitación, a su morada, a su casa, a su presencia con un corazón dispuesto a escuchar y recibir sus mandamientos.

Muchas veces nos acercamos a Dios solamente para pedirle, ciertamente somos necesitados de Él, pero es necesario que guardemos silencio para poder escucharle. Que aprendamos a oír su voz, pero para ello hay que levantarse. Hay que accionar y en esta hora.

En este mensaje el Señor te dice levántate y ven a mi casa. Y no esta hablando solamente de que asistas a una iglesia, porque no solo allí habita Dios. Él habita y mora en ti, Él habita en medio de la alabanza, Él esta en lo secreto y el secreto de Dios es la oración. Así que levántate en ayuno y oración.

Levántate y busca más de Dios

Es allí donde le escucharas audiblemente, a tu corazón, en tu vida y es allí donde puedes traspasar los cielos y llegar hasta el mismísimo lugar santísimo. Levántate y alaba, levántate si es posible de madrugada porque es allí donde las cadenas se rompen.

La oración es el poder del cristiano. Es una fortaleza que ni el mismo diablo puede traspasar, porque solo serás tu y Su presencia. Esa presencia que rompe yugos, que liberta que transforma y que cambia, es la que se manifestara cuando estés de rodillas. Así que no te canses de buscar más y más de Dios.

II. El Alfarero Trabaja Sobre la Rueda:

y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda” (vers. 3)

Somos barro en las manos de Dios y él trabaja incansablemente en nosotros, pero para ello tenemos que colocarnos como buen barro en la rueda. La rueda es el instrumento que usa el alfarero para poder trabajar en el barro.

En nuestro caso Dios trabaja en nosotros sobre su ley, sus ordenanzas, ósea que tenemos que escudriñar su palabra. Allí, nos daremos cuenta de lo que Él quiere hacer en nosotros, porque su palabra es el instrumento que Él usa para hablarnos cada día.

Todos los días, por medio de la palabra de Dios nosotros podemos darnos cuenta del propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros. Pero deja que Él trabaje en ti, porque muchas veces Dios quiere obrar con poder en nuestra vida y somos nosotros mismos los que no se lo permitimos, los que ponemos un alto, los que detenemos su mano.

Permítele a Dios que trabaje en ti

Otra manera en que Dios trabaja en nosotros es por medio de las pruebas. Recordemos que el barro se solidifica solamente con el fuego. Entonces no nos extrañemos del porqué de las pruebas. Pensemos en que Dios esta trabajando en nosotros y dejémosle hacer como Él quiera.

Muchas veces ocurren, o pasan cosas, situaciones que no entendemos, que pensamos que no es más que desgracia o calamidad, pero puede ser que eso que esta pasando, es porque Dios lo permite para moldearte a su parecer. Lo importante es que aprendas lo que Él quiere enseñarte.

III. El Alfarero Hizo otra Vasija

Eres una vasija para el Señor, y Él quiere que seas una vasija de honra y no de deshonra.

Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano...” (vers. 4a). Por lo común, el barro como es tomado del suelo de la tierra, tiene mucho sucio, entonces el alfarero lo primero que hace es limpiarlo y quitarle todo lo que no sirve.

Eso mismo hace Dios con nosotros cuando llegamos a Él. Él nos limpia de toda inmundicia de todo lo que no sirve, y solo una vez limpio el barro es cuando el alfarero empieza a trabajar en él, a moldearlo. Pero vemos aquí que la vasija se echó a perder. Cuando el barro después de ser limpio se echa a perder, es porque tiene arenilla o piedrecillas o burbujas en él, entonces hay que volver a comenzar a ser la vasija nuevamente porque tiene que ser perfecta

El cristiano puede tener faltas, errores o fallas pero no puede tener pecados (1 Juan 3:9). Hay muchas personas que tienen quizás seis meses o años diciendo que son cristianos, y todavía están en fornicación, en adulterio o en vicios, esperando poco a poco dejarlo. Eso no puede ser así.

Dios no obra de esa manera, cuando Dios hace la obra la hace perfecta. Él mismo la perfecciona, Dios es un Dios de imposibles. Dios es un Dios que hace cambios radicales, siempre y cuando tu lo dejes obrar, pero hay que entregarle todas las áreas de nuestra vida por completo a nuestro Dios para que Él tome el control de toda nuestra vida.

Ahora bien medita un poco en tu vida, en tu situación y condición dime ¿qué es lo que esta echando a perder tu relación con Dios? ¿Qué es lo que impide que veas Su gloria? ¿Es la duda, es la incredulidad, son los pensamientos de inferioridad que a veces vienen a tu mente?

¿Es la tentación, es la falta de tiempo, el afán? ¿Qué es lo que hace que no seas perfecto en Cristo? Escudriña tu vida y no permitas que ninguna burbuja o arenilla te haga perder, que el odio o el rencor de las heridas de tu corazón, de la falta del perdón te echen a perder.

…Y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.” (vers. 4b)

Estamos en las manos de Dios

Lo importante es que estamos en las manos de Dios, y si estamos en sus manos nada ni nadie nos podrá arrebatar.

Si le has fallado al Señor arrepiéntete de corazón. Pídele perdón y deja que Él te moldee, que Él te vuelva ha restaurar o construir de nuevo. Si estás ahora mismo en el error, y si tu sabes que no estás dando lo que puedes dar, que no estás orando lo suficiente, que no le buscas como deberías, entonces empieza a cambiar las cosas.

Colócate en la rueda del alfarero y deja que Él te forme, que Él te haga a Su parecer, porque a veces nosotros decidimos qué hacer y cómo hacer, y no dejamos que sea Dios quien tome el control de nuestras vidas.

Conclusión

Tal vez en tu casa, o en tu familia te has descuidado con los tuyos y has permitido cosas que no le agradan a Dios y has abierto las puertas a Satanás permitiéndole que destruya la obra de Dios en tu familia y en ti. Si es ese el caso pídele a Dios que Él tome nuevamente el control, y que forme de ti un hombre o una mujer con carácter, con autoridad, con denuedo y fundamento porque es eso lo que Él Señor quiere para sus hijos. Hijos legítimos que no anden con hipocresía y engaño. Recuerda Él no puede ser burlado. Dios no puede ser burlado.

Vuelve a casa del alfarero, deja que Él trabaje en ti y que te haga una vasija nueva, de honra y a Su parecer, tal y como Él quiera.

© Patricia Borjas. Todos los derechos reservados.

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