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Mi tema Principal: Jesucristo Crucificado

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Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Semana Santa | Mi tema Principal: Jesucristo Crucificado

Predicaciones Cristianas Texto Bíblico: “Pues me propuse entre vosotros no saber cosa alguna, solo a Cristo, y a este crucificado.” 1 Corintios 2:2

Cuerpo:

En esta semana que se celebraba la “semana santa” que precisamente hoy culmina, observamos – y todavía veremos hoy – como una nación completa participa de esta supuesta “semana santa”.

Ya sea por medio de las películas que se proyectan, ya sea porque algunos aprovechan para ir a la iglesia, los que estaban alejados vuelven y otros llegan a conocer por lo menos un poco de ese personaje que fue Jesús. Por dar un ejemplo más de ½ Millón de personas en Istapalapa, México se reunieron para celebrar el jueves santo.

Y así mismo como en esta semana estamos sumergidos en la “semana santa”, así lo estábamos semanas anteriores sumergidos con los premios Casandra. Y así de esa manera de semana en semana el hombre busca en que entretener su mente y se aleja cada día mas de Dios.

En esta semana salen a relucir las personas más religiosas que usted se pueda imaginar, personas que incluso usted las conoce por llevar una vida completa de pecado, en esta semana se dan cita en los lugares más religiosos de esta semana.

Prendemos la televisión, prendemos la radio, leemos los periódicos, leemos en el Internet y en todos los medios de comunicación que veamos de lo único que se hablara será de la “semana santa” y la pasión de Cristo.

Para Pablo – y debería ser la actitud de todo cristiano – usted decirle que en esta semana estamos en “semana santa” y que él debería de hacer cosas que en las otras 47 o 48 otras semanas no hizo, como: buscar la santidad, buscar de Dios, aprender sobre la pasión de Cristo, leer la Biblia, ir a la Iglesia, etc. Es usted decirle una cosa sin sentido porque eso es lo que él hace, no una semana, sino toda su vida, vive una vida santa.

Volviendo al versículo inicial:

1 Corintios 2:2Pues me propuse entre vosotros no saber cosa alguna, solo a Jesucristo, y a este crucificado.

Con este verso Pablo no está diciendo que lo único que el creyente deba saber es de Cristo, Pablo sabia muchas cosas, lo que Pablo dice es, esto es lo mas importante en la vida.

Con esta versículo Pablo tampoco está diciendo que de lo único que se deba predicar sea de la crucifixión de Jesús.

1) Pablo le expreso todo el consejo de la Palabra a la iglesia (Hechos 20:27) »Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de la palabra.

Y que es este consejo de Dios: Todo el plan y el propósito de Dios para la solución del hombre y su plenitud, las verdades divinas de creación, elección, redención, justificación, adopción, conversión, santificación, vida en santidad, glorificación, etc.

2) Enseño a los corintios la Palabra de Dios (Hechos 18:11) »Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la Palabra de Dios.

La estadía mas prolongada de Pablo en cualquier ciudad después de Éfeso y Roma.

Lo que si Pablo está diciendo es que el enfoque de la predicación y enseñanza a los no creyentes es Jesucristo, quien pago el castigo por el pecado en la cruz.

Lo que Pablo está diciendo es que hasta que alguien entienda y crea el evangelio, de nada mas hay que hablarles, solo de la predicación de la cruz.

Hay muchas Iglesias y pastores de estos tiempos que basan su predicación sobre la prosperidad, un tema que al fin y al cabo se convierte en el tema más mundano que puede haber, ya que cuando partamos a la presencia de Dios nada de lo que podamos alcanzar en esta tierra no los podremos llevar al cielo.

Y eso mismo lo vemos en (Lucas 12:15, 20-21) »15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. 20 Pero Dios le dijo:  Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto ¿de quien será?

Así es el que hace para si tesoro, y no es rico para con Dios.

Este hombre rico de Lucas 12 tal vez hubiese estado en las mayoría de portadas de revistas de esta sociedad, ya que era un hombre prospero y con dinero, su fortuna le habría ganado el respeto del mundo.

Pero sin embargo Dios veía a ese hombre de otra forma y lo llamo necio por haberse dedicado a hacerse rico en los términos del mundo y no ser rico para con Dios. El podría estar en todas las revistas, pero paradójicamente no estaba escrito en el libro de la Vida de Dios. El podría tener el respeto de toda la sociedad pero no tenía la Gracia del Dios de vida eterna.

El sistema de valores de Dios es distinto al sistema de valores del mundo

Lo que es importante para Dios no es precisamente lo importante para el mundo. La predicación de la cruz predomino tanto en la Iglesia primitiva que los creyentes fueron acusados de rendir culto a un hombre muerto. Porque solo de eso hablaban.

Lo que Pablo está diciendo es que si hay un tema que él quisiera manejar a la perfección, que si hay algo que verdaderamente quisiera conocer entre todos los temas del mundo que puedan surgir, seria a Jesucristo y a este crucificado.

Y versículos como este nos llaman a una reflexión porque vemos que lo que menos conoce nuestra sociedad es de Jesucristo y este crucificado.

Puede ser incluso que en esta semana nos encontremos con vecinos que como saben que somos cristianos nos salten en pleno 2008. “Oye yo no sabía por lo que había pasado Jesús aquí en la tierra”.

2000 años después todavía no conocen lo que Jesucristo pago por ellos, lo que Jesucristo pago por sus escogidos para que pudieran tener vida y vida en abundancia.

Y esto se debe a que la Iglesia ha descuidado la predicación de Jesucristo y este crucificado.

Esto se puede ver en la Iglesia e incluso en los medios de comunicación cuando invitan, a un cristiano a sus programas él en vez de ir a predicar de Jesucristo y este crucificado lo que quiere es ir a cantar y brillar el por sí mismo y no poner a brillar la luz de Jesucristo.

A veces van y es a hablar en contra de otras denominaciones o religiones cuando él ha sido llamado a hablar de lo que esta transformando su vida que es Jesucristo y este crucificado.

Démonos cuenta que Pablo a quien primordialmente le está diciendo esto es a la Iglesia de Corinto, una Iglesia envidiable ya que poseía muchísimos dones, tenia muchísimos creyentes, etc. Pero a su vez se había convertido en una Iglesia que había descuidado la predicación de Jesucristo y este crucificado.

Vemos que Pablo ha hecho una elección cuidadosa de algo que él ha decido hacer por el resto de su vida. El se propuso, el juzgo, el evaluó, el estudio las diferentes decisiones que tenía ante sí. Es como si a Pablo le dijeran que escogiera una cosa por la cual vivir, como si al le dieran el poder de elegir una sola cosa que verdaderamente valga la pena dedicarle su vida entera si fuera necesario a perfeccionar eso elegido. Pablo contesto esa pregunta.

1 Corintios 2:2Pues me propuse entre vosotros no saber cosa alguna, solo a Jesucristo, y a este crucificado.”

Pablo no le está escribiendo este verso a incrédulos – que tal vez entiendan que Pablo es un loco por predicar de un hombre muerto – Pablo le está dando esta mensaje a la Iglesia de Corintios.

1 Corintios 1:23-24.

Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

Cristo crucificado. La única señal verdadera y la única sabiduría verdadera. Este era el único mensaje que Pablo estuvo dispuesto a predicar porque es el único que tiene poder para salvar a todos los que creen. Este mensaje de la cruz que parece tan ilógico e irrelevante en la mente natural y orgullosa del hombre. Es en realidad la mayor demostración del poder y sabiduría de Dios.

La iglesia de Corintios estaba conformada por Judíos y griegos y Pablo sabía que su tema no era bien recibido. Pero a pesar de saber esto no se puso hablar de algo que a ellos le gustara, que fuera bien recibido, que fuera agradable a sus oídos y comezones internas; sino mas bien que le predico de lo único que les podría brindar vida eterna.

Corintios estaba plaga de filósofos y la gente se deleitaba en escuchar aquellos temas y Pablo tenía capacidad para entrar en ese juego de palabras vacías y de hablar bonito.

Pero Pablo tampoco es que se está oponiendo a la educación, sino que si la única solución que tenemos para el pecador es la educación entonces tendremos pecadores educados y nada más.

La educación no transforma el alma pecadora del hombre, la educación no llena ese vacío inmenso que tiene el hombre; el hombre necesita una trasformación y esa transformación solo la puede generar Jesucristo.

Bueno hay personas que a uno le podrían preguntar ¿Que es exactamente ese mensaje de Jesucristo y el crucificado?, sencillo.

Estamos hablando nada más y nada menos – por buscar una definición simple a algo tan complejo – como el acto por el cual Jesús se entrega voluntariamente por nosotros a ocupar nuestro lugar y nos brinda su lugar junto al Padre.

Para no alargar mucho la predicación nos basaremos únicamente en un versículo para tratar de explicar esto.

Mateo 20:28

… Para dar su vida en rescate por muchos.

Cristo Jesús “dio su vida en rescate por muchos”; y por ese rescate obró una gran redención en nosotros.

Trataremos de dividir esa gran redención en 4 pasos para su mayor explicación y comprensión.

1) Jesús vino a morir en esa cruz primeramente Por la atrocidad de nuestra propia culpa.
2) En segundo lugar vemos en la cruz el cumplimiento de la Justicia Divina.
3) En tercer lugar entenderemos El precio que el Pago.
4) Y por ultimo comprenderemos Para quienes es esta Redención.

1) Por la atrocidad de nuestra propia culpa.

Primeramente pues vemos que la redención de Cristo solo con medirla por nuestros pecados no fue algo simplemente insignificante. Tan solo póngase a pensar de donde Dios lo ha sacado, donde estaríamos actualmente sino fuésemos cristianos – tal vez sumergidos en el alcohol, drogadicción, fornicación, etc. – pero ante todo te invito a pensar donde estarías en el futuro, cuando venga el juicio eterno.

Vosotros que habéis sido lavados, purificados y santificados, pensad un momento y recordar nuestro primitivo estado de ignorancia; los pecados a los que os entregábamos, los delitos en los que nos precipitábamos, y la continua rebelión contra Dios que teníamos como forma ordinaria de vida.

2) Justicia Divina.

Dios es severamente justo, inflexiblemente riguroso en su trato con el hombre. El Dios de la Biblia no es la clase de dios que algunos imaginan, que tiene tan en poco el pecado que lo pasa por alto sin exigir el castigo debido.

No es el dios de aquellos que creen que nuestras transgresiones son minucias, simples pecadillos a los que el Dios  el cielo hace la vista gorda y tolera hasta que mueran marchitos por el olvido. No, Jehová, el Dios de Israel, ha dicho de sí mismo “El es Dios celoso”. Y he aquí su propia declaración: “De ningún modo justificaré al culpable”. “El alma que pecaré, esa morirá.”

Debemos saber que nunca podremos comprender la plenitud de la expiación, si antes no hemos entendido la verdad bíblica de la inmensa justicia de Dios.

3) El precio que Él Pago.

Es imposible para nosotros saber cuán grandes fueron los tormentos de nuestro Salvador; pero el contemplarlos nos dará una pequeña idea de la magnitud del precio que pagó por nosotros.

Les leeré una narración de Charles Spurgeon de lo que él cree que fue la Pasión de Cristo.

¡Oh, Jesús!, Tú fuiste víctima desde tu nacimiento, varón de dolores, experimentado en quebranto. Los sufrimientos cayeron sobre ti en llovizna perpetua, hasta la última pavorosa hora de tinieblas; y entonces, no como nube, mas como torrente, como catarata de aflicción, tus agonías se precipitaron sobre ti. ¡Vedle allá!

Es noche de frío y escarcha, pero Él está en el campo. Es de noche; no duerme, sino que está en oración. ¡Oíd en el silencio sus gemidos! ¿Ha tenido nunca ningún hombre lucha como la suya? ¡Acercaos y mirad su faz! ¿Habéis visto alguna vez sobre rostro mortal semejante sufrimiento como podéis contemplar en ella? ¿Oís sus palabras? “Mi alma está muy triste, hasta la muerte.”

Se levanta; es agarrado y prendido por los traidores. Avancemos hacia el sitio en que ha estado en agonía. ¡Oh, Dios!, ¿qué es lo que ven nuestros ojos? ¿Qué es esto que mancha la tierra? ¡Sangre! ¿De dónde? ¿Quizás de alguna herida que se ha abierto de nuevo por su espantosa lucha? ¡Ah!, no. “Fue su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.”

¡Oh, agonías que las palabras no bastan para describir! ¡Oh, sufrimientos que el lenguaje es pobre para narrar! ¡Cuán terribles debisteis ser que excitasteis el bendito ser del Salvador hasta hacer brotar sudor de sangre de todo su cuerpo! Y este es el principio, el comienzo de la tragedia. Seguidle tristemente, Iglesia afligida, para dar testimonio de la consumación.

Es acuciado en tropel por las calles, arrastrado de un tribunal a otro, desechado y condenado ante el Sanedrín, escarnecido por Herodes, juzgado por Pilato. Su sentencia es pronunciada: “¡Sea crucificado!” Y ahora la tragedia llega a su momento culminante. Su espalda es desnudada, es amarrado a la columna romana del suplicio.

El sangriento látigo levanta tiras de piel, y como por un río de sangre sus lomos se tintan de grana; vestidura carmesí que le proclama emperador de aflicción. Es metido en el cuerpo de guardia; sus ojos son vendados, y la soldadesca le abofetea y le dice: “Profetiza quién es el que te hirió”.

Escupen sobre su rostro, tejen una corona de espinas y la clavan sobre sus sienes, le visten con un manto de grana, hincan la rodilla delante de Él burlándose. Enmudece, no abre su boca. “Cuando le maldecían, no retornaba maldición”, sino que encomendó su causa a Aquel a quien vino a servir.

Y ahora lo asen, y entre burlas y desprecio lo sacan del palacio y lo llevan en tropel por las calles. Desfallecido por los continuos ayunos y abatido por su agonía de espíritu, tropieza bajo el peso de su cruz. ¡Hijas de Jerusalén!, Él desmaya en vuestras calles.

Lo vuelven a levantar, ponen su cruz sobre otros hombros, y lo empujan, quizás a punta de lanza, hasta que llega al monte de la ejecución. Groseros soldados caen sobre Él y lo tumban sobre su espalda; el leño cruzado queda bajo Él, sus brazos son distendidos cuanto el cruel suplicio requiere, los clavos son preparados; cuatro martillos los clavan a una en las partes más tiernas de su cuerpo, y helo allí, acostado sobre el madero, muriendo en su cruz.

Todavía no se ha terminado. El leño es alzado por los rudos soldados. El agujero ya está preparado. La cruz es soltada bruscamente en él, lo rellenan con tierra, y allí queda.

Pero mirad los miembros del Salvador, ¡cómo tiemblan! ¡Todos sus huesos se han descoyuntado por el golpe cruel del madero contra el suelo! ¡Cómo llora! ¡Cómo gime! ¡Cómo solloza! Y aún más; oíd su último grito de agonía: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

¡Oh, sol, no me pasma que cerraras tus ojos para no contemplar por más tiempo un hecho tan cruel! ¡Oh, rocas, no me maravilla que la compasión ablandara y rompiera vuestros corazones cuando vuestro Creador murió! Nunca sufrió nadie como Él.

Aun la muerte se enterneció, y muchos de los que estaban retenidos en sus tumbas salieron y bajaron a la ciudad. Pero estas fueron todas las señales externas; y creedme, hermanos, lo que no se vio fue muchísimo peor.

4) El precio que el Pago.

Sé que en este medio que actualmente nos movemos se comenta sobre la redención o salvación del ser humano que si fue una limitada o una ilimitada; ese ha sido la discusión por los siglos entre los arminianos y los calvinianos.

Y aunque nuestra posición es calvinista – y mi interés no es darte clases sobre esto ahora – quisiera que respondieras dentro de ti ¿Por quién murió Cristo? Respóndeme a un par de preguntas y te diré si Cristo murió por ti. ¿Quieres un Salvador? ¿Sientes necesidad de Él? ¿Tienes conciencia de pecado esta mañana? ¿Te ha enseñado el Espíritu Santo que estás perdido? Si es así, Cristo murió por ti y serás salvo.

¿Tienes conciencia de que Cristo es tu única esperanza en este mundo? ¿Comprendes que no puedes ofrecer por ti mismo una expiación que satisfaga la justicia de Dios? ¿Has abandonado toda confianza en ti mismo?

¿Y puedes decir de rodillas: “Señor, sálvame, o perezco? Cristo murió por ti. Pero si dices: “Soy tan bueno como debo ser; puedo ir al cielo por mis propias obras”, entonces, recuerda lo que la Escritura dice de Jesús: “No he venido a llamar justos, sino pecadores a arrepentimiento”.

Mientras permanezcas en estas condiciones no hay expiación para ti. Pero si, por el contrario, esta mañana te sientes culpable, miserable, digno del castigo, y estás dispuesto a aceptar a Cristo como tu único Salvador, no solamente te diré que puedes ser salvado, sino, lo que es mejor, que lo serás.

Cuando estés desnudo y no tengas nada excepto la esperanza en Cristo, cuando estés preparado para venir con las manos vacías para que sea tu todo, y tu nada, entonces podrás mirar a Cristo y decirle: “¡Tú bendito, Tú inmolado Cordero de Dios! T

ú sufriste mis aflicciones; por tus llagas fui sanado, y por tus sufrimientos fui perdonado.” Y cuando hayas hablado así, sentirás que la paz inunda tu conciencia; porque si Cristo murió por ti, no puedes perderte. Dios no castiga dos veces la misma falta. Y si Cristo fue castigado por ti, jamás te castigara.

La única pregunta que debe preocuparos es: “¿Murió Cristo por mí?” Y la única respuesta que puedo daros: “Palabra fiel y digna de ser recibida de todos, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”.

¿Podéis escribir vuestros nombres detrás de esta frase, entre los pecadores; no entre los pecadores de compromiso, sino entre los pecadores que se sienten como tales, entre los que lloran su culpa, entre los que la lamentan, entre los que buscan misericordia para la misma?

¿Eres pecador? Si así lo sientes, si así lo reconoces, si así lo confiesas, estás invitado a creer que Cristo murió por ti, porque tú eres pecador; y eres instado a caer sobre esta grande e inamovible roca, y a encontrar seguridad eterna en el Señor Jesucristo.

© José Isidro Cepeda Mendoza. Todos los derechos reservados.

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