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Vidas llenas del Espíritu

Predicas Cristianas – Predicaciones Cristianas

Ezequiel 47:1-12

El profeta Ezequiel es llevado por Él, sin dudas nuestro Señor por medio del Espíritu Santo a ver una visión extraordinaria, que de solo pensar en ella uno se extrémese.

Sin dudas es muy poco lo que nos dice este pasaje cuando uno lo lee rápidamente y sin profundizar en su enseñanza.

Leyendo en la Biblia de estudio Arqueológica, describe la región revelándonos cosas realmente importantes.

La muerte de la región que describe.

En Palestina la fractura creada por el gran valle de, Rift conocida como el Arabah corre del mar de Galilea al golfo de Aqaba, allí las aguas del mar de galilea fluyen hacia el sur a trabes del río Jordán y se unen a la aguas del río Yarmuk y del río Jabbok, los cuales también fluyen al Jordán y desemboca en el mar muerto.

El agua se estanca en el mar muerto y solo sale de allí por medio de la evaporación, no existe ninguna salida natural hacia el mar, es por esta razón que el mar muerto tiene una alta concentración de minerales, lo que hace imposible la supervivencia de vida acuática de allí el nombre de mar muerto.

Se encuentra a 400 metros debajo del nivel del mar, su composición es de un 25% de sal, es el mas salado del mundo, tiene tanta sal que nadie puede vivir allí, todo es muerte.  Por más que esta alimentado por 3 ríos ellos nada pueden hacer para cambiar su condición, es un mar de muerte.

Sin dudas cuando la palabra de Dios habla del mar este es una alegoría del mundo, cuando Pedro fue llamado por nuestro Señor Jesús El le anuncio que ya no seria mas pescador de peces sino pescador de hombres.

No se si usted lo a notado pero este mundo se parece cada vez mas a este mar del cual habla el profeta Ezequiel, el diablo vino a hurtar matar y destruir y verdaderamente su objetivo esta siendo alcanzado.

Cada vez se hace mas difícil vivir e la condiciones que presenta este mundo hostil que da la espalda a Cristo, todo de lo que se alimenta o nutre este mundo nada puede hacer para que las condiciones de muerte sean revertidas.
Odios, rencores, envidia, ambición desmedida, enfermedades, injusticias, muerte y mas muerte esto es lo único que este mundo tiene para dar.

La fuente de vida surge desde el templo de Dios.

Pero en esta visión algo cambia el profeta logra ver algo realmente sorprendente, en su visión ve un río que brota de la casa del Señor, brota desde el mismo templo de Dios.

El ve que el poder salutífero de ese río es tan grande que no solo tiene el poder de sanar las aguas sino de producir vida donde todo es mortandad. Esto nos deja ver bien al menos 3 cosas:

1. La sanidad, lo único que puede revertir el poder destructivo de este mundo viene de parte de Dios.

No importa si tu esperanza esta alimentada por ciencia, no importa si tu esperanza esta alimentada por la psicología, no importa si tu esperanza esta fundada sobre la economía, todo eso puede fallar, todo en este mundo es perecedero e inestable.

Nada de eso podrá cambiar la historia de la humanidad, no podrá ser revertida por un gobierno, humano, ni por ningún tipo de filosofía de hombres el único que tiene poder para dar vida donde hay enfermedad, prosperidad donde ha pobreza, sanidad y perdón para el alma atormentada se llama Jesús de Nazaret y El esta aquí en este lugar cuantos dan gloria a Dios.

2. El agua fluye del templo, nosotros sus hijos los que pueden revertir la muerte y cambiar al mundo.

Jesús nos dejo bien claro en su palabra que El ya no habita en templos construidos por hombres, sino que El vive en cada uno de nosotros sus hijos.

Cuando el profeta Ezequiel ve esta visión lo que esta viendo un río que fluye de tu interior y de mi interior que tiene el poder para cambiar el mundo en el que vivimos.

Jesús declaro en dos ocasiones el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna… De su interior correrán ríos de agua viva (Juan 4:14; 7:38.)

En estos versículos, por medio de dos figuras se define una vida llena del Espíritu como una vida donde fluye un río del espíritu De nuestro interior, el Espíritu Santo fluye como inmenso río y no como arroyuelo “El que cree en mí, de su interior correrán ríos de agua viva.”

El poder del Espíritu Santo es sin medida: “ríos correrán.” El poder de Dios no es un depósito de escasos recursos, de los cuales, si se echa mano sin precaución, pronto se agotan, y por lo mismo es preciso tratar de conservarlos.

El poder de Dios por medio de su espíritu santo en nosotros es un cauce de recursos infinitos y nos hay peligro de que se acaben.

Mientras más se da, más es su aumento; son inagotables los recursos, e el hay poder para sanar, liberar a los oprimidos y dar esperanza a todo aquel que la allá perdido.

3. Pero nosotros no le podemos dar al mundo lo que nosotros mismo no hemos experimentado primero.

En esta visión Dios lo lleva a Ezequiel a trasmitirnos algo que nosotros debemos entender primeramente, si es que realmente queremos ver fluir el poder de Dios.

Nosotros somos quienes primeramente debemos experimentar el poder del Espíritu Santo para que luego podamos dar a los demás del poder de Dios.

La primera experiencia es que el agua nos llega hasta los tobillos (superficial).

Imagine una persona que se quiere mojar solo los pies, para refrescarse, así que únicamente se levanta el pantalón, se quita los zapatos y las medias mojándose solo los pies.

Con eso es suficiente para ellos, hay personas que viven una vida cristiana en ese nivel, sin compromisos, se quedan a nivel de la “salvación”, es decir, un día aceptaron a Cristo en su corazón, pero nada más, claro reciben la frescura del agua, pero nada más.

Se conforman con poco, siguen viviendo vidas comunes y corrientes sin demasiados sobresalto y sin diferenciarse del resto de las personas que viven a su lado, se resignan fácilmente a los problemas y no están dispuestos a buscar mas de Dios para evitar riesgos o esfuerzos.

También están los que se mete en el río de Dios solo hasta las rodillas.

Si bien ahora el nivel del agua llega un más arriba, se puede caminar, pero no correr. Representa al tipo de cristiano que se conforma con asistir religiosamente cada semana, domingo a domingo a la iglesia.

Su conocimiento queda igualmente en el nivel de la salvación, agregándose lo que aprende cada semana en la predicación, pero no es una vida cristiana profunda, está dentro del agua, se moja, pero nada más, no está dispuesto a ir más adentro, es decir, no quiere más compromiso que el de congregarse.

Están los que se mojan hasta los lomos.

Representa el esfuerzo, estos trabajan dentro de la iglesia, no solo se congregan también están sirviendo al Señor con mucho esfuerzo con mucho compromiso.

Leen la Biblia oran, cuando alguien los necesitan allí están, dispuestos a servir en lo que fuera necesario, como lo enseña la palabra de Dios, pero solo el ¾ del cuerpo están dentro del agua, se quiere mojar, pero tal vez no se mete más adentro por temor, por no saber nadar, o por sentir la seguridad de tocar piso.

Dios los llama a vivir una vida llena del poder del espíritu Santo, a caminar todos los días de su mano, a poner las manos sobre los enfermos para que sean sanados a reprender lo demonios para que sean libres los oprimidos, a vivir una vida llena del fruto del espíritu, ayunar a aprender a escuchar la vos de Dios.

Aunque se esfuerza, toma cursos, quiere comprometerse, servir dentro de la iglesia, y obedecer a Dios, hay cosas que le dan miedo, le cuesta trabajo accionar la fe, creer que puedan ser posibles.

Precisamente porque al no tocar suelo firme, siente que algo puede fallar y ahogarse, teme que el Espíritu lo lleve en lugares donde ya no se sienta el fondo y no halla de donde agarrarse, excepto el Señor mismo.

Dios esta buscando hombres que se dejen llevar por el Espíritu a vivir una vida fuera de lo común a nadar en las profundidades de su Espíritu Santo.

Es andar en fe. Confiar solo e Dios como si no hay nada más, sino solo el Señor, perdiendo el contacto con lo terrenal, el suelo firme, las circunstancias o aquellas cosas que dan seguridad, ahora todo es cuestión de fe, de depender del Señor.

Es el lugar donde se está rodeado de aguas, donde hay que poner en práctica el conocimiento y la comunión con Dios, para todo lo que se hace.

Debemos nadar debemos bucear en a profundidades del Señor, si Dios te llama a orar por los enfermos no tengas miedo de que no pase nada, si Dios te llama a ayunar y orar El te va a respaldar, si Dios te llama a dejarlo todo por seguirlo a El hace nunca vas a salir perdiendo.

El diablo muchas beses te tentara a poner tu mirada en las cosas de este mundo, a que vivas afanado por el día de hoy, a no buscar el reino de los cielos y su justicia primeramente, que no vivas por fe.

Dios en este día te desafía a nadar en las profundidades de su espíritu a dejarte llevar por el ría de Dios a vivir una vida apasionante de fe ¿Qué clase de vida cristiana estas viviendo, tobillos, rodillas, lomos o a nado? De ello dependerá la clase mundo en que estemos viviendo.

La transformación que produce el río de Dios.

No se si usted pero yo estoy arto de ver el mundo se pierde y solo son unos pocos que están haciendo las cosas para que todo cambie.

Estoy cansado de ver muerte enfermedad, destrucción en las familias, corrupción, celos, envidias, pleitos, y toda obra de maldad.

Yo quiero nada en el río de Dios ara llegar a la otra rivera para sanar las aguas muertas, para cambien el mundo en que vivimos, el mundo pide a gritos por el agua que esta en tu interior por la presencia del Espíritu santo en tu vida, sumérgete en el río de Dios y deja fluir lo que el deposito en tu vida.

Dios nos pone una meta: llegar a la orilla opuesta, revertir la realidad de lo que nuestros ojos nos dejan ver hoy, ya esa meta solo la alcanzaremos nadando llenos del Espíritu, es decir, andando en fe, quitando miedos, aceptando retos y al mismo tiempo, disfrutando de cada uno de los beneficios que nos trae la vida en el Espíritu la comunión intima con Dios.

Hoy debemos tomar decisiones. Si viniste caminando en la orilla, mojándote solamente los tobillos, debes decidirte a entrar más profundamente, sin temor, deberás pasar primero por el nivel del agua que le moje las rodillas, congregarte cada domingo, cada miércoles, después los lomos, servir al señor con compromiso y finalmente atreverse a nadar. Dios no te pide un clavado, sino un proceso firme, decidido.

Si has estado mojándote hasta los lomos y disimulando que nadas, o intentando demostrar a los demás que nadas, deja de vivir para la opinión de la gente, decídete a nadar en las profundidades de Dios hecha fuera el temor y nada. No tenga miedo de ya no sentir el piso y atrévete a vivir una vida apasionante lleno del Espíritu Santo de Dios.

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