Cuando lo que crees te aleja de Dios

Julio Ruiz

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Bosquejos Biblicos - La Importancia del Desierto

Cuando lo que crees te aleja de Dios

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Cuando lo que crees te aleja de Dios

Predica Cristiana Lectura Bíblica de Hoy: Romanos 2:17-29

INTRODUCCIÓN:

¿Había pensado en la posibilidad de esta declaración? ¿Puede haber alguien que su creencia le aleje de Dios? Pues este es el caso que nos presenta el presente pasaje bíblico.

Esta parte de la carta revela  el comportamiento del judío, entendiéndose al que es israelita, al miembro de la raza elegida, los hijos de Abraham y los participantes directos de los pactos divinos.

La importancia de este pasaje radica cuando  Pablo nos presenta al pueblo escogido de Dios en una jactancia  que los pone lejos de él, porque al justificarse por las obras de la ley, más no por su fe en Cristo, los deja bajo esta condición. Es como si  estuviéramos hablando de la incredulidad del creyente o de la condenación de los “santos”.

El cuestionamiento que Pablo hace es hacia el judío legalista e hipócrita, los mismos que Jesús enfrentó y los calificó de esta manera. Y por supuesto que al hablar de ellos no significa que todos los judíos eran así.

Para el tiempo cuando Jesús vino habían muchos judíos piadosos y temerosos de Dios. Los que conformaron la familia del Mesías y los que reconocieron el cumplimiento profético, eran judíos que amaban a Dios con todo su corazón y sin hipocresía.

Ese fue el caso de José, el padre adoptivo de Cristo,  María su  madre, Elizabeth su tía, así como el sumo sacerdote Simeón y Ana quienes le vieron y le dedicaron. De modo, pues, que el énfasis del apóstol acá es en una religión que se preocupa más por lo externo que por lo que hay en el corazón. Es la religión que se esfuerza en hacer prosélitos para que los hombres se circunciden en la carne más no en el corazón.

El reto de este pasaje es mostrarnos los peligros de pretender creer en Dios bajo un sistema legalista, pero que se aleja de Dios porque ponen más su confianza en las obras de la ley que en la fe en Jesucristo. El propósito del mensaje de hoy es revelarnos que Dios no quiere adoradores de palabra sino de hecho y en verdad. Cuándo, entonces, lo que creo me aleja de Dios.

I. TE ALEJAS DE DIOS CUANDO SIENTES ORGULLO SOLO POR EL CONOCIMIENTO DE LA PALABRA

a. Orgulloso en la ley por ser judío vers. 17.

Los judíos cuando tenían que compararse a los gentiles en los temas religiosos simplemente se consideran superiores a ellos, porque ponían toda su confianza en la ley dada por Dios.

Pero este “don del cielo”, lejos de hacerlos humildes y misioneros a los gentiles, les hacía gloriarse en Dios pero no conforme a ciencia y a su carácter de amor hacia los demás, sino bajo un espíritu de jactancia y menosprecio hacia ellos.

Cuando la religión que profeso me hace crear una  jactancia orgullosa, que lo que hace es  vanagloriarse en Dios y en toda la parte  externa de su nombre, el resultado será una completa hipocresía.

Si bien es cierto que los judíos eran superiores a los gentiles porque eran depositarios de la palabra de Dios, no lo eran en sí mismo porque no hacían lo correcto. En esto hay un peligro latente.

No es suficiente que me haga llamar cristiano evangélico, que me apoye en la palabra y  hasta me gloríe en Dios. Todo esto pudieran verlo como señales distintivas que soy un hijo de Dios, sin embargo esta palabra me está mostrando otra cosa. Pablo se gloría en la cruz de Cristo, la razón final de la fe.

b. Orgulloso porque la ley es mejor vers. 18.

La instrucción de la ley hacía que el judío conociera lo que era la voluntad de Dios y aprobara lo mejor. Esto significa que nadie más como ellos para saber cómo ha sido la obra de Dios y cómo se ha manifestado a través de los tiempos. Ellos, por el estudio profundo y detenido de la ley, sabían todo lo que ella les revelaba para aprobar lo mejor. Nadie les podía ganar en esto.

Es como el profesor de matemática que ha estudiado esa materia que nadie podrá hablarle de algo contrario a lo que él, por experiencia y por lo que se sabe de lo que ya se ha dicho y avalado, ha comprobado como cierto. Bien podemos decir que los judíos eran los guías de ciegos y los que estaban en tinieblas, de manera que nadie podía decirles lo contrario.

Ellos eran conocedores de todas las Escrituras. Pero mis amados no es suficiente conocer la palabra, que sepa que ella me revele la voluntad de Dios, que en cada aspecto donde la lea ella compruebe lo mejor, pero al final resulte que esa palabra no ha encontrado cabida en mi corazón.  Hay un peligro latente de considerarme superior a otro por el solo conocimiento de la palabra.

c. Orgulloso en tener la verdad en forma tangible vers. 20.

Ninguna otra nación tenía los libros sagrados como los judíos. Ellos tenían el orgullo de mostrar la Torah que era un manual de instrucción judía sobre sus costumbres y raíces como pueblo de Dios. Tenían el orgullo que la ley, los profetas y los salmos escritos en papiros primero y luego en pergaminos.

Ellos podían mostrar como nadie más sus libros que le hablaban de la ciencia y la verdad. De esta manera los judíos se enorgullecían también de ser “instructores de los indoctos” y “maestros de niños”. La verdad de la ley la daban a conocer a los paganos y a los nuevos que sería la traducción de este texto.

Pero al hacerlo ellos se enorgullecían de poner ese conocimiento en estas personas, pero no daban a conocer lo que se decía de Jesús. Cuando Cristo les confrontó sobre por qué le rechazaban   como el Mesías prometido, les dijo: “Escudriñad las Escrituras porque ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).

Como era de esperarse, ninguno de esos judíos orgullosos iba a reconocer a Cristo en esas Escrituras que enseñaban. Mis amados el conocimiento de la palabra tiene que llevarme a Cristo siempre.

II. TE ALEJAS DE DIOS CUANDO ENSEÑAS LA PALABRA PERO SIN APLICARLA  A TU VIDA

a. Enseñar sobre el pecado, viviendo en el pecado verss. 21-22.

Bien es sabido que una cosa es lo que se dice y otra muy distinta es lo que se hace. Es como aquel aforismo que sentencia: Tus hechos son tan fuertes que no puedo oír tus palabras.

Estas preguntas revelan que hay una diferencia entre lo que enseño y lo que practico. ¿Cuál es el propósito de estas preguntas? ¿Por qué Pablo nos trae estos pecados específicos?

Un analices de estas preguntas nos daría como resultado lo siguiente: Los que decían que no se debía hurtar y hurtaban, nos indica que aquel era un pecado obsesionado por el pueblo judío. Los que enseñaban que no se debía adulterar y adulteraban, mostraban como la leyes sobre  el divorcio alimentaba este pecado entre la población.

Dios había dicho que odiaba el repudio. Y también los que enseñaban la abominación que es adorar imágenes, sin embargo muchos de ellos eran culpable de sacrilegios  en la forma cómo adoraban otras cosas que no era Dios precisamente. 

Todas estas preguntas nos confrontan de igual manera para que nos examinemos de modo que sepamos hasta dónde estamos enseñando sobre el pecado, viviendo en alguna condición pecaminosa.

b. Enorgullecerse de la palabra, infringiendo la palabra vers. 23.

Todo orgullo es peligroso porque tiene su raíz en el padre que le dio origen, Satanás. Pero el orgullo espiritual es el más peligroso de todos. Santiago nos dirá después  que “toda jactancia es pecado”, cuanto más si ella está relacionada con la palabra misma.

Los judíos vivían muy orgullosos de la ley, de allí esa actitud prepotente y farisaica. Cuando vieron a un Mesías humilde que invitaba a poner la otra mejilla, que recomendaba a pagar tributo al César y que andaba con pecadores y publicanos, lo menospreciaron.

Ellos habían hecho de la ley la llamada tradición de los ancianos y por ningún lado hablaban de la humildad como una virtud del alma y del espíritu. Jactarse de tener la ley de Dios para el bien del hombre y no practicarla es hipocresía.

Israel se dejó ver la costura de la hipocresía infinidades de veces.

Para ellos lo más importaba eran los elementos externos aunque la persona viviera moral o espiritualmente en una condición de espaldas a la ley misma. No nos enorgullezcamos en tener una Biblia y saberla si su contenido no cambia nuestro carácter. No es suficiente tener una Biblia si ella no me cambia.

c. Actuando mal para que otros menosprecien al Señor vers. 24.

Este texto, que nos viene del Antiguo Testamento, es muy serio y digno de considerarlo. Cuando lo que hago es hablar de la Biblia pero con mis actos la niego dejo la puerta abierta para que los demás la menosprecien. Definitivamente mi testimonio es un libro abierto delante de los hombres. 

Es allí donde ellos leen todos los días mis acciones y me califican si son buenas o son malas. Israel ya había dado muchos motivos para que los gentiles blasfemaran del nombre del Señor. Sus actuaciones en “nombre” de Dios menospreciando al pueblo que no era judío, entre los aparecían los samaritanos, era motivo para que los paganos blasfemaran del nombre de Dios.

Cuando los hombres descansan en una forma muerta de piedad, terminan despreciando a su prójimo con menos conocimiento, aunque ellos mismos confían en una forma de conocimiento que llega a estar desprovista de vida y poder.  

También es cuando me glorío en el evangelio y hablo de sus bondades  pero llevo una vida impía que deshonra a Dios y al final  ese estilo vida hace que otros blasfemen el nombre de Dios.

III. TE ALEJAS DE DIOS CUANDO TE PREOCUPAS POR GUARDAR LA LETRA MÁS NO EL ESPIRITU

a. Pretender guardar la ley, infringiéndola verss. 25-27.

El judío moralista tenía una excesiva obsesión en guardar la letra de la ley más que el espíritu de ella. Uno de las defensas que  hacían tenía que ver con  su más amado rito, el de la circuncisión.  

Pero la circuncisión  era una  señal de todo el sistema mosaico. Ese era su único valor. El rito en sí  era un simple distintivo. La situación para el judío era que se esforzaban por guardar el rito  y recorrer grandes distancias para hacer prosélitos a través de esta práctica, pero infringían la ley al no cumplir algunos de sus mandamientos como amar a su prójimo.

El único valor que tenía la circuncisión era si la persona podía guardar el resto de la ley, y quedó comprobado, hasta que Cristo vino, que nadie podía cumplir perfectamente la letra de ley sin que fallara en algo por la naturaleza pecadora que ya todos tenemos.

¿Cuál era el dilema en que se encontraba el judío?

Bueno que si fallaba en el cumplimiento de alguna parte de la ley, ya era un transgresor y esto hacía inválido el rito, llegando a ser como cualquier incircunciso, como cualquier otro gentil. Mis hermanos Jesús dijo que la letra mata, más el espíritu vivifica.  Tenemos que guardar el espíritu de la palabra y no tan sólo la letra muerta, allí está la diferencia.

b. La circuncisión es la que se hace en el corazón verss. 28-29.

Lo que Pablo ha resaltado acá es que un judío auténtico no es el que lo es exteriormente sino el que se forma en el interior. La circuncisión verdadera se da en el corazón no en otra parte del cuerpo. Jesús dijo que es del corazón donde salen o buenos o malos pensamientos.

Si bien es cierto que la circuncisión era una señal de separación, de allí la frase “circunciso o incircunciso”, un corazón circuncidado se ha apartado del mundo para servir al Señor.

De esta manera, el verdadero judío al igual que un verdadero creyente, recibe la alabanza no de los hombres, sino de Dios quien es el único que tiene la capacidad de observar la naturaleza de cada persona y discierne sus pensamientos e intenciones.

La circuncisión en el corazón es la única manera de poder cumplir la ley del Señor.

La profecía de Jeremías nos habla que  Dios escribiría su ley en el corazón (Jeremías 31:33). Cuando la ley es escrita en las tablas de la mente y del corazón deja de ser letra muerta y ceremonia externa. La mente y el corazón son los lugares más profundos donde el hombre tiene el real  encuentro con Dios .

Es allí donde la letra le da paso al espíritu. La circuncisión en el corazón forma parte del nuevo pacto escrito ahora en la sangre de Cristo.

CONCLUSIÓN.

¿Cómo explicar que sea la misma creencia la que me aleje de él? Bueno, el pasaje que estudiamos nos conduce a este tema y a esta realidad. Ningún pueblo conoció más acerca de Dios como Israel. Ellos  fueron el primer pueblo monoteísta y lo son hasta el día de hoy.

Ellos fueron testigos de los pactos y las promesas. Fueron testigos de la manera como les fue dada la ley en el Sinaí; ningún otro pueblo vio algo parecido. Fueron testigos de los insondables milagros divinos. En fin, conocieron a un Dios cercano que los amó y los perdonó.

Pero irónicamente, la forma cómo hicieron sus creencias de la ley, convirtiéndola en una tradición de los ancianos, les llevó alejarse de ella. La condena de Pablo en este pasaje tuvo que ver con un pueblo que le dio toda una importancia a la religión externa más que a la experiencia del corazón. 

Cuando eso sucede mi creencia me aleja de Dios. De esto se desprende que la circuncisión real es la del corazón. Si mi corazón se aparta para Dios, lo cual es el significado de este rito, entonces mi creencia convertida en mi fe me acerca a Dios.

Los ritos externos me alejan de Dios. Pero un corazón donde Dios escriba  su ley me acerca y me consagra a él. ¿Su creencia le acerca  o le aleja de  Dios?

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA

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Autor

Julio Ruiz

Pastor en Virginia en los Estados Unidos, con 42 años de experiencia de los cuales 22 los dedicó en Venezuela, su país de origen. Otros 9 años los dedicó a pastorear en Vancouver, Canadá y los últimos 9 años en Columbia Baptist Church en su ministerio hispano, donde estuvo hasta agosto del (2015). A partir de octubre del mismo año (2015) comenzó una nueva obra que llegó a constituirse en iglesia el 22 de mayo de 2016 bajo el nombre de Iglesia Bautista Ambiente de Gracia en la ciudad de Burke, Virginia. El pastor Julio es Licenciado en Teología y ha estudiado algunas cursos para su maestría en Canadá. Además de haber sido presidente de la convención bautista venezolana en tres ocasiones, también fue profesor del seminario teológico bautista. El pastor Julio por espacio de unos 18 años publica sus sermones y artículos por estos medios. Es casado con Carmen Almera Ruiz y tiene tres hijas y una nieta: Laura, Oly, Sara e Isabella. Si usted quiere comunicarse con el pastor Julio, llámelo al (571) 251-6590.

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