La humillación, camino a la exaltación

David N. Zamora

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La oración en boca de un hambriento

La humillación, camino a la exaltación

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: La humillación, camino a la exaltación

Predica Cristiana Texto Bíblico: 2 Crónicas 7:14

Introducción.

El rey Salomón oró a Dios para dedicar aquel majestuoso lugar para el servicio a Dios. El contenido de la oración de Salomón es material de estudio, pero queremos detenernos no en su oración sino en parte de la respuesta de Dios a esta oración.

A partir del versículo 11, de este capítulo 7, se nos revela la respuesta de Dios al rey Salomón.

Primero: Habían pasado meses, quizás años, desde la oración de dedicación de Salomón (capítulo 6).

Después de todo ese tiempo, Dios le responde a Salomón y le dice: “Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio. Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar;” (2 Crónicas 7:12, 15).

A veces buscamos respuestas inmediatas a nuestras oraciones y, cuando no sucede nada, y Dios se demora en responder, nos preguntamos si Dios nos ha escuchado. Dios sí escucha, y debemos confiar en que nos responderá en el momento adecuado. [1] “Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias.” (Salmo 34:17).

El Señor alienta a Salomón al decirle que había elegido aquel lugar por casa de sacrificio. …porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre. (2 Crónicas 7:16).

De manera que la construcción del templo no había sido en vano. Todo el gasto material, la inversión financiera, los recursos humanos, y todo el esfuerzo del pueblo que se pusieron en función de aquella edificación.

Tener la aprobación de Dios en lo que hacemos para su obra y a favor de Su iglesia y de los perdidos en el pecado, es una divisa que enriquece la vida de todo obrero cristiano, no importa el área en la que se desarrolle. Contar con el consentimiento divino en todo buen empeño a favor del reino, se convierte en un motor impulsor que nos mueve a mayores esfuerzos y a emprender nuevas y más elevadas metas en el ejercicio del liderazgo y el servicio cristiano.

Segundo. Dios no descarta la posibilidad que, por conductas inconsecuentes del pueblo de Israel, al asumir actitudes obstinadas y por practicar la idolatría, podía venir juicio sobre la nación. La lluvia podía ser suspendida, las langostas podían destruir los campos, la agricultura podía ser devastada y por ende afectar la alimentación del pueblo.

Incluso el juicio divino podía estar dirigido a tocar la salud del pueblo. Si tales circunstancias se dieran, Dios le dice a Salomón lo que deben hacer para alcanzar el perdón y volver a experimentar el favor divino sobre ellos.

Dios le da cuatro condiciones para el perdón y la restauración: (1) humillarse y admitir los pecados, (2) orar a Dios pidiendo perdón, (3) buscar a Dios continuamente y (4) volverse de los malos hábitos. [2]

Este versículo, posiblemente más que ningún otro de la Escritura, expone los requisitos para que Israel reciba las bendiciones de Dios. Debió poseer una significación especial para sus destinatarios originales, quienes habían comprobado la veracidad de lo que Dios comunicaba a Salomón. Es el camino seguro a la restauración y avivamiento de todas las edades.

Si cumplimos las condiciones, las promesas tienen seguridad de cumplimiento. [3] Dios lleva a cabo sus propósitos soberanos en concierto con las oraciones de sus hijos (Filipenses 1.9; Santiago 5.16). [4]

I. LA HUMILLACIÓN ES EL PRIMER REQUISITO DIVINO PARA LA RESTAURACIÓN Y EL AVIVAMIENTO.

Es interesante que el primer requisito que Dios le establece a su pueblo, para que alcanzar perdón y misericordia, sea precisamente “si se humillare mi pueblo”. La versión DHH lo traduce “…y si mi pueblo, el pueblo que lleva mi nombre, se humilla…”. Si el pueblo asume una actitud humilde, sumisa y decide humillarse a sí mismo, entonces la respuesta divina no se hará esperar a favor de ellos.

En el sentido literal, la humillación es la acción y el efecto de humillar. Este verbo tiene varias acepciones en su significado literal, entre los que nos interesan por estar asociado al contexto bíblico, están:

Inclinar o doblar una parte del cuerpo, como la cabeza o la rodilla, especialmente en señal de sumisión y acatamiento.

  • Abatir el orgullo y la altivez.
  • Hacer actos de humildad.
  • Arrodillarse o hacer adoración. [5]

No caben dudas que la humillación capacita al hombre para entrar por el camino del genuino arrepentimiento.

Es el antídoto por excelencia contra el orgullo y la altivez, el egoísmo y la autosuficiencia, las cuales no deben tener lugar alguno en la vida de los cristianos. El rey David, dice en uno de sus salmos: “El SEÑOR es excelso, pero toma en cuenta a los humildes y mira de lejos a los orgullosos.” (Salmo 138:6 NVI; Cf. Isaías 57:15; 1 Pedro 5:5).

La importancia de la humildad como virtud, surge del hecho de que es parte del carácter de Dios. En el Salmo 113:5-6 se representa a Dios como incomparablemente elevado y grande, y sin embargo se humilla (se inclina) a prestar atención a las cosas que han sido creadas.

¿Quién es como el Señor nuestro Dios, que está sentado en las alturas, que se humilla para mirar lo que hay en el cielo y en la tierra?” (Salmo 113:5-6 LBLA). [6] Es bueno saber que el Dios que se humilla y se sienta en la gloria también hace que los humildes sean bendecidos (Filipenses 2:1-8).

Jesús se humilló a sí mismo para venir a ser carne y luego para ser hecho pecado al ir voluntariamente a la cruz (Filipenses 2:1-11). La experiencia de Cristo prueba que la exaltación siempre sigue a la humillación. Su vida, muerte y resurrección son la prueba eterna de que la manera de ser exaltado es humillarse ante Dios. No hay gozo o paz en el orgullo y la vanagloria. Cuando tenemos el sentir sumiso que Cristo tenía, tendremos el gozo y la paz que sólo Él puede dar. [7]

El apóstol Pedro aconseja: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5:6). Hay quienes luchan por recibir sólo el reconocimiento humano, aplausos y vítores, pero Pedro nos recuerda que el reconocimiento de Dios es más valioso que la alabanza humana. Dios quiere y sabe cómo bendecirnos a su debido tiempo (cuando llegue el momento oportuno).

El Señor Jesucristo dijo que la persona que se auto-exalta será humillada. “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.” (Lucas 14:11). Hay quienes aparentan humildad para manipular los sentimientos de los demás. Otros piensan que la humildad es dejarse aplastar.

Pero la gente humilde de verdad, se compara solo con Cristo, reconoce su pecado, comprende sus limitaciones en habilidades, moral, logros y conocimientos. La humildad está enfocada al servicio desinteresado, donde los intereses personales son cancelados.

II. HUMILLACIÓN: BENEFICIOS DE LA HUMILDAD [8]

Ser humilde es reconocer con agradecimiento nuestra dependencia del Señor y comprender que tenemos la necesidad constante de recibir Su apoyo. La humildad es el reconocimiento de que nuestras aptitudes y talentos son dones de Dios; no es señal de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de que sabemos de dónde proviene nuestra verdadera fortaleza. Puedes ser humilde y, a la vez, ser audaz y valiente.

Quiero significar al menos cuatro de los beneficios que menciona la biblia sobre la humildad.

1. Dios da gracia al humilde.

Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” (Santiago 4:6).

El orgullo hace a las personas egocéntricas y alimenta en ellas el apetito codicioso de obtener más de lo que se necesita utilizando muchas veces, medios incorrectos. Pero Dios da mayor gracia a los que se humillan para vencer el orgullo y la soberbia.

Pero Él nos ofrece fortaleza para resistir nuestros más perversos anhelos. Dicen las Escrituras que da fuerzas al humilde y se opone a los orgullosos y soberbios” (Santiago 4:6 NT BAD).

La arrogancia va delante de la destrucción; la humildad precede al honor.” (Proverbios 18:12 NTV).

2. Dios levanta [exalta, enaltece] al humilde.

Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.” (Mateo 23:12).

Jesús corrige la actitud de los fariseos que todo su interés era vestirse y actuar de manera que llamara la atención e hiciera que todo el mundo se fijara en ellos. Todo el propósito del cristiano debe ser: pasar inadvertido, para que; si los demás ven sus buenas obras, no le glorifiquen a él, sino a su Padre del Cielo, Y su Padre que ve en secreto, le recompensará en público. (Mateo 6:3-6, 16-18).

La biblia dice: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;” (Filipenses 2:3).

Cualquier religión que produce ostentación [alarde, pompa] en las obras y orgullo en el corazón, es una religión falsa y contraria a la biblia. Dios desaprueba la “vanidad religiosa”. Dios se opone a la soberbia y a la altivez de todas las generaciones. La vanidad religiosa crea barreras entre las iglesias, alimentando el sectarismo, y además promueve divisiones y celos en el seno de las iglesias.

3. Dios hace vivir el espíritu del humilde.

Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” (Isaías 57:15).

El que habita en los altos cielos, habita también en la gente que tiene un corazón humilde (a ras de tierra); del mismo modo, el que habita la eternidad habita también la sinceridad, se deleita en la sinceridad de los que le aman, y revive el corazón y el espíritu de quienes sinceramente le buscan. [9]

4. Dios estima al humilde.

Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.” (Isaías 66:2).

El Señor revela en este pasaje que Él no está interesado en un templo de piedras, porque es Creador de todas las cosas y todo el universo es su morada. Por el contrario, Dios quiere morar en un corazón tierno y quebrantado que no se ocupa en los aspectos exteriores de la religión (Mateo 5:3-9).

Dios busca hacer morada en el corazón de una persona que toma en serio su Palabra (Juan 14:23). [10] El lugar donde desea morar es en el corazón del contrito [arrepentido, afligido] y humilde, y que tiembla a Su palabra. [11]

Estas palabras son paralelas a las que le dijo Jesús a la samaritana: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 4:24).

CONCLUSIÓN

Estamos enfrascados en romper los límites, en escalar nuevos peldaños, en conquistar nuevos niveles. Edificando una iglesia intencional y de propósitos. Donde los dones espirituales y los ministerios, sean avivados por el poder del Espíritu Santo.

El secreto está en humillarnos. En reconocer conscientemente que Dios es la fuente de todo cuanto tenemos y hacemos. Que nada merecemos ni nos lo hemos ganado, que todo es por “pura gracia”.

Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.” (Miqueas 6:8).

La invitación de Cristo a todos sus discípulos fue: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;” (Mateo 11:29).

Bibliografía: 

[1] Biblia del diario vivir. 2000 (electronic ed.) (2 Cr 7.12). Nashville: Editorial Caribe.
[2] Biblia del diario vivir. 2000, c1996 (electronic ed.). Editorial Caribe: Nashville
[3] MacDonald, W. (2004). Comentario Bíblico de William MacDonald: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento (202). Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE.
[4] Hayford, Jack W., General Editor, Biblia Plenitud, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1994.
[5] Microsoft® Encarta® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
[6] Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Bíblico Certeza, (Barcelona, Buenos Aires, La Paz, Quito: Ediciones Certeza) 2000, c1982.
[7] Wiersbe, Warren W., Bosquejos Expositivos de la Biblia, AT y NT, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, c1995.
[8] Biblia Devocional de Estudio. © 1991 por la Liga Bíblica. USA
[9] Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (800). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
[10] MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Is 66.1–2). Nashville, TN: Thomas Nelson.
[11] MacDonald, W. (2004). Comentario Bíblico de William MacDonald: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento (422). Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE.

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David N. Zamora
Autor

David N. Zamora

Ministro Ordenado de las Asambleas de Dios y Pastor Principal de la Iglesia Misionera de Tampa. Con títulos en Teología y Biblia de EDISUB e ISUM. Casado con Raquel Gonzalez

2 comentarios en «La humillación, camino a la exaltación»

  1. Gracias Pastor,es cierto que en un corazón donde Cristo reina la humillación es el cimiento. Continué hacia delante considero que aún le resta camino por andar en su ministerio.

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