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Los dos Adanes

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: Un solo Adán – Los dos Adanes

Texto Bíblico: Romanos 5:12-21

INTRODUCCIÓN:

¿Sabía usted que la Biblia nos habla de dos Adanes? Sí, así como lo oye. Que todos sepamos en todo el Antiguo Testamento solo se conoce un solo Adán. Pero cuando vamos al Nuevo Testamento nos encontramos con  “el postrer Adán”. Romanos 5:12-21 nos muestra como en ninguna otra parte de las Escrituras las diferencias tan marcadas entre los dos Adán a los que la Biblia hace alusión.

¿Quiénes son estos Adanes?

El primer Adán fue creado a la imagen y semejanza de Dios, el segundo es la imagen y semejanza de Dios. El que fue creado  murió, el otro no fue creado  vive para siempre. Primer Adán fue creado perfecto e inocente, pero pecó, el segundo es perfecto, santo e inocente y sin pecado. Con Adán tenemos al padre de la raza humana, pero en Cristo tenemos al Señor de la humanidad redimida. Adán le dio vida a la humanidad, pero esa vida se acaba, el segundo Adán le dio  vida, pero vida eterna. Al primer Adán se le dio dominio sobre lo que había en la tierra, el segundo Adán es dueño del universo.

Del sueño profundo de Adán, Dios le sacó su novia, del segundo Adán, Dios extrajo a través del sueño de su muerte la novia del Cordero. El primer Adán fue tentado y desobedeció, el segundo Adán fue tentado y salió victorioso.

Mientras que con el  primer Adán abundó el pecado, el segundo nació y murió por el pecado. Todo esto, pues, nos lleva a considerar el presente texto de Romanos bajo las tres comparaciones y  consideraciones entre el primer Adán y el postrer Adán. Veámoslas.

I. SI POR EL PRIMER ADÁN VINO LA MALDAD  EL POSTRER ADÁN  TRAJO LA GRACIA

a. “El pecado entró en el mundo por un hombre…” vers. 12.

El origen del pecado sigue siendo un misterio y uno de los temas donde se debate mucha gente incrédula y los enemigos de la causa del Señor. La pregunta que para algunos suena como racional es por qué Dios permitió el pecado para que ahora nos condiremos pecadores.

¿Pero será cierto este razonamiento humano? Una cosa debe decirse en este texto, Dios no tiene nada que ver con el pecado. Considere lo siguiente. Cuando el pecado se hizo presente en el cielo, Dios hizo una limpieza de su santo lugar. Cuando el pecado  se hizo presente en el Paraíso, Dios sacó de allí a los que pecaron. En ambos lugares Dios expulsó a los desobedientes.

El pecado no habita en su presencia. Por lo tanto, y atención a el presente texto, el pecado estuvo fuera del mundo hasta que el hombre lo introdujo. Sin embargo, el postrer Adán entró al mundo manchado por el pecado para destruirlo y quitarle su poder y su dominio. La Biblia nos dice que cuando Cristo nació vino  lleno de gracia y de verdad. La muerte de Cristo nos llevó  a la gracia como el más grande don del cielo con el cual Dios respondió a los estragos del pecado.

b. “Por la transgresión de aquel uno murieron los muchos…” vers. 15

La palabra “transgresión” significa cometer un delito, caer, alejarse de Dios. Eso fue lo que pasó con Adán. Ahora vivimos sus consecuencias. El primer Adán transgredió las leyes divinas, pues se le había dicho explícitamente que no pasara la raya de la prohibición de comer del árbol marcado por Dios como “de la ciencia del bien y del mal”.

La sentencia divina decía: “el día que de él comiereis ciertamente morirás”. Así que esta es otra palabra que se llegó a conocerse después que el primer Adán traspasara los linderos de la prohibición. Desde entonces en el corazón del hombre existe un deseo por querer infringir aquello que Dios ha prohibido, de lo cual se ha dicho también: “No comerás”. Ahora vemos el gran contraste.

Mientras Adán cedió a la tentación, y con ello la caía, el postrer Adán, eso es Cristo, se dio como el don del cielo, la infinita gracia divina, para que así como al principio los muchos fueron afectados por la transgresión de Adán, ahora los que se apropian de Jesucristo reciban  “mucho más para los muchos la gracia”. He ahí la diferencia.

c. “Porque así como por la desobediencia de un hombre…” vers. 19.

Una de las palabras que mejor define al pecado se llama “desobediencia”. En su estado original Adán no conocía esta tendencia del corazón. Lo que este hombre hacía era obedecer a su creador. Este es el más grande contraste en este paralelismo  con el primer Adán y el postrer Adán.

El texto ahora nos habla directamente al decirnos que por la desobediencia de  “Adán fuimos hechos pecadores…”. La raíz del pecado tiene que ver con la desobediencia. El escenario  mundial  no podía presentar un cuadro más real  que pone de manifiesto el resultado de lo que Adán hizo como el que ahora vemos.

La oración “los muchos fueron constituidos pecadores…” indica que a partir de allí el hombre cambió de naturaleza. “Constituidos” habla de un nuevo estado, una nueva condición, una nueva vida totalmente distinta a la original. Por otro lado, al hablar del postrer Adán se nos dice que “por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”. De esta manera tenemos que a través de la muerte de Cristo ahora nos ha “constituidos” con la naturaleza celestial. He allí la gran diferencia.

II. SI POR EL PRIMER ADÁN VINO LA MUERTE EL POSTRER ADÁN  TRAJO LA VIDA

a. “Así la muerte pasó a todos los hombres…” vers. 12.

Si hubo algo que Adán y Eva escucharon nítidamente en el Paraíso fueron las palabras de Dios acerca del árbol prohibido que decía “el día que de él comiereis ciertamente morirás”. El pecado trajo dos consecuencias terribles: muerte física y muerte espiritual. En esto concuerdan las palabras que el mismo Pablo dijo más adelante al referirse que la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23).

Por otro lado, la sentencia que siguió esto nos dirá también que  queda establecido para los hombres que mueran una sola vez y después el juicio (Hechos 9:27). La muerte sigue siendo una gran incógnita, un gran temor para algunos y un motivo de gozo para otros. Pero si el primer Adán introdujo la muerte al pecar, el postrer Adán trajo la vida cuando murió.

El contraste  entre estos dos Adán es que si con el  primero apareció  la muerte por consecuencia del pecado, con el postrer Adán se vuelve otra vez a la vida y a la esperanza que no habrá más muerte sino vida eterna. En el pesebre de Belén nació la esperanza de la vida. Esta fue una de sus grandes palabras: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”.

b. “Reinó la muerte… reinará la vida” vers. 17.

Mis amados si algo tenemos que comentar es que desde que se introdujo la muerte en el mundo conocimos que ella es tirana, gobierna a todos y sujeta a la humanidad en sus garras  con su miedo. Hebreos 2:15 hace referencia a ese temor. Solo los hombres que han conocido al salvador podrán decir como  Pablo: “…el morir es ganancia”.  Así tenemos que una cosa es morir en plena vejez, lleno de días como nuestros antepasados, y otra muy distinta es morir anticipadamente o violentamente.

El reinado de la muerte se instauró y desde entonces los hombres  sabemos que vamos a morir como lo dijo el sabio de antaño. Pero frente al reinado de la muerte que vino con el primer Adán, ahora reinará la vida con el postrer Adán.

La Biblia nos dice que la muerte fue el postrer enemigo  que Jesús venció. El versículo 17  nos dice que a través de Cristo ahora reina la vida.  Cristo le quitó el reinado a la muerte. De modo, pues, que cuando Satanás y la muerte pensaron que habían vencido a Cristo, éste resucitó al tercer día, y ahora pregunta: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Corintios 15:55).

III. SI POR EL PRIMER ADÁN VINO LA CONDENACIÓN EL POSTRER ADÁN TRAJO LA JUSTIFICACIÓN

a. “Porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado…” vers. 16.

El mundo ha quedado bajo juicio condenatorio por causa de un solo pecado. ¿Cuál es el juicio que vino como consecuencia del pecado? Después de la caída se dieron por los menos cuatro juicios. El primero fue sobre la serpiente que fue maldecida sobre todas las demás bestias. Desde allí andaría arrastrándose. Deducimos que antes caminaba. Pero debe entenderse que ese juicio realmente fue contra Satanás a quien se le llamará la “serpiente antigua”.

Su sentencia quedó sellada con el vers. 15 en el llamado “proto evangelio”. El segundo juicio fue sobre la mujer y la forma cómo daría a luz sus hijos. El otro fue contra Adán y la maldición de la tierra. Su peor juicio fue salir del paraíso y enfrentar la dureza de la tierra donde iba a vivir (Génesis 3:14-18). Pero el cuarto juicio tiene una aplicación universal, pues toda la humanidad ahora está bajo condenación por lo que pasó en el Edén. Sin embargo a través del postrer Adán vino el don de la gracia para la justificación del hombre. Si bien es cierto que Cristo no anuló el juicio contra el pecado, si anuló su poder. Con Cristo el hombre podrá pasar el juicio eterno.

b. “La transgresión de uno vino la condenación a todos…” vers. 18.

Hasta ahora usted puede ver todas las cosas que vinieron por causa de la caída del primer Adán. Y como para coronar toda esa estela de cosas no gratas que vinieron como consecuencia del pecado, Pablo agrega el asunto de la “condenación a todos los hombres”. Esto habla de un destino eterno, de una separación eterna.

Nada suena más dura al ánimo del hombre que cuando escucha la palabra culpable y después viene una condenación. Piense el veredicto de una corte para aquel que tuvo la esperanza de salir libre y escuchar las palabras del jurado y la sentencia final del juez. La caída del primer Adán  puso bajo condenación a toda la humanidad y la declaró culpable del juicio eterno. Pero el postrer Adán entregó su vida para redimir a la humanidad que quedó bajo condenación.

Es un asunto sublime y extraordinario pensar que a través de la muerte de un solo hombre se logre que ellos vuelvan a ser inocentes. El texto dice que ”mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia”. De esta manera, si el primer Adán nos llevó a la condenación, el postrer Adán nos ha llevado a la justificación. Bendita sea esta diferencia.

c. El reinado de la gracia libra de la condenación verss. 20-21.

Este capítulo no podía terminar mejor. Con el primer Adán comenzó el reino del pecado, de la muerte y el reino de condenación. Pero con el postrer Adán, nuestro amado Cristo, comenzó el reino de la vida, el reino de la libertad, pero sobre todo el reino de la gracia. Note lo que distingue el versículo 20 de este tema de la gracia. La caída del primer Adán trajo abundancia de pecado, pero con la entrega del postrer Adán “sobreabundó la gracia”.

¿Sabe usted lo que significa abundancia de pecado? Pecar sin límites. ¿Sabe usted lo que significa “sobreabundó la gracia?”. Salvación sin límites. Todo lo que viene de Dios es sobreabundante, pero la gracia  es el atributo que explica su infinitud.

De allí que frente al reinado de la maldad, nada es más poderoso y seguro que el hombre conozca el reinado de la gracia. Note como termina el texto cuando se habla de esta gracia: “así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro”. El primer Adán dio origen a la muerte eterna, el segundo Adán  la vida eterna  a través del don de la gracia. Bendita sea esta diferencia.

CONCLUSIÓN:

El presente pasaje nos muestra la diferencia entre el primer Adán y el postrer Adán. Mientras uno introdujo la maldad manifestadas a través del pecado, la transgresión y la desobediencia, el postrer Adán nos trajo su bendita gracia.  Mientras el primer Adán trajo la muerte, el segundo trajo la vida y mientras el primer Adán trajo la condenación, el postrer Adán trajo la justificación.

Del primer Adán se nos dice“ llegó a ser un alma viviente” el postrero llegó  a ser “espíritu vivificante” (1 Corintios 15:45). Mis amados el primer Adán nos conduce a tener un cuerpo que se deteriora, se pone viejo, se arruga y se convierte en polvo.

El postrer Adán, por poseer un “espíritu vivificante” que logró con su resurrección,  nos dará el cuerpo más hermoso que jamás nos hemos imaginado. De manera, pues, que mientras el postrer Adán nos conduce a la condenación eterna, el postrer Adán nos conduce a  la vida eterna.

Un día usted y yo conoceremos al primer Adán redimido y perdonado, pero un día conoceremos al postrer Adán por quien vino la salvación. En esto consiste la Navidad que celebremos ahora. Venga a recibir al postrer Adán y sea salvo.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA

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