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Espíritu de súplica en la oración

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Predicas cristianas predica de hoy: Espíritu de súplica en la oración

Introducción 

Cuando uno recién comienza a tratar de tener comunión con Dios por medio de la oración, generalmente aprende una oración de memoria. Después uno aprende a dar gracias por la comida, y lo hace también en forma a veces mecánica, otras veces muy breve.

Mas adelante aprendemos a orar por otros, principalmente cuando están enfermos o pasan por momentos de angustia o falta de trabajo.

Muchos se quedan en este punto y no avanzan más en la oración. Pero otros aprenden lo que significa la oración de proclamación, la oración de fe, la oración de victoria, la oración de liberación, la oración de poder, la oración persistente, la oración de acción de gracias y alabanza, la oración con el entendimiento y la oración en el Espíritu.

Es emocionante todo lo que se puede experimentar por medio de la oración. Es emocionante todo lo que se puede alcanzar y vivir por medio de la oración. Debemos crecer cada día en nuevas formas, a practicar diferentes maneras de orar y de mantener esta preciosa comunión con Dios.

Suplicar significa: “Rogar, pedir con humildad y sumisión una cosa”. El ruego, o la súplica tiene que ver con el tono de voz, la postura física, la actitud del corazón y con las palabras que se emplean.

Si alguien levanta su cabeza y con alegría grita: “Te suplico Señor que nos bendigas en esta noche”. Está empleando la palabra “súplica” no está suplicando. Está declarando o pidiendo una bendición, porque no tiene el tono de voz de un ruego.

Notemos que suplicar es “pedir con humildad y sumisión”. Con humildad, porque uno sabe bien que no merece ser escuchado, y con sumisión, porque acepta lo que venga de parte de Dios. Acepta aun que Dios le diga que no. Acepta la voluntad de Dios.

I. LA SUPLICA SE EMPLEA PARA INTERCEDER POR OTROS.

Súplica a favor de los inconversos.

En Génesis 19 se nos relata como dos ángeles sacan a Lot de Sodoma diciendo: “Escapa por tu vida, no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura, escapa al monte, no sea que perezcas.

Entonces Lot suplica: “No, yo os ruego, señores míos. He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida, mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera. He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña, dejadme escapar ahora allá ¿no es ella pequeña?, y salvaré la vida. “Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado” (19:17-21)

Zoar también sería destruida junto con Sodoma y Gomorra, pero la súplica de Lot impidió que esto ocurriera. No se salvó la ciudad porque en ella había hombres justos, sino porque Lot en su súplica presentó como argumento que era pequeña.

Súplica a favor de los creyentes.

El apóstol Pablo en Efesios 6:18 nos dice: “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos

Podemos suplicar no solo por la salvación de los inconversos, sino también por las necesidades de los creyentes, su firmeza en la fe, por su madurez espiritual, por su crecimiento en amor y perdón.

II. LA SUPLICA SE EMPLEA DESPUES DE UNA GRAN PROMESA.

Cuando David quiso edificar un templo para Dios, el Señor le envió al profeta Natán para decirle que él no podría edificarle una casa, sino uno que saldría de su linaje, un hijo suyo “El edificará casa a mi nombre y yo afirmaré para siempre el trono de su reino”

Después de escuchar estas palabras David fue a la presencia de Jehová con tanta gratitud que no encontraba palabras:”Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa,”para que tú me hayas traído hasta aquí? Y aun te ha parecido poco esto, … pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es así como procede el hombre, Señor Jehová?

¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tu conoces a tu siervo, Señor Jehová.” “Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica”

Entonces se anima David a decir: “Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre” (2 Samue17:12-13,18-20,27-29)

La súplica se basa en la misma promesa de Dios.

David quiso edificar una casa para Dios, y Dios le dice que Él mismo le va a edificar una casa para David. Muchas veces Dios nos sorprende con mayor bendición cuando nosotros queremos hacer algo para él.

III. LA SUPLICA SE EMPLEA PARA DETENER UNA EPIDEMIA.

Cuando David imprudentemente censó al pueblo, Dios envió una peste sobre Israel, y desde Dan hasta Beerseba, murieron 70.000 hombres. Cuando David vio que la peste venía sobre Jerusalén, fue al campo de Arauna, un Jebuseo, y le ofreció comprar el campo para edificar allí un altar para Dios. Arauna le ofreció todo, hasta los bueyes, los triíllos y yuyos para que todo sea quemado en ofrenda.

Pero David dijo: “No, sino por precio te lo comprare; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. “David compro aquel campo y los bueyes, y edifico un altar para Dios, sacrifico holocaustos y ofrendas de paz. Y el libro de Samuel concluye así: “Y oyó Jehová las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel” (2 Samuel 24)

No dice que David haya abierto sus labios para suplicar. Su súplica era la ofrenda que había presentado, y Dios escuchó esta oración.

IV. LA SUPLICA SE EMPLEABA PARA ALCANZAR PERDON, SANIDAD Y PROSPERIDAD

En la dedicación del templo de Jerusalén, Salomón pidió a Dios:”Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten, cualquier plaga o enfermedad que sea, toda oración y toda suplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón y extendiere sus manos a esta casa, tu oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás y actuarás..” (1 Reyes 8:37-39)

En Oseas 14:2 dice: “Llevad con vosotros palabras de súplica y volved a Jehová. y decidle: Quita toda iniquidad y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios.” Y si uno hace esto Dios promete: “Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos. Yo seré a Israel como rocío, él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.

En uno de los salmos graduales se repetía una suplica: “De lo profundo, oh Jehová a ti clamo. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. Señor, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse. Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado. ” (Salmo 130)

© Jorge Altamirano. Todos los derechos reservados.

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3 comentarios en «Espíritu de súplica en la oración»

  1. Bendiciones del cielo para todos, es grato poder encontrar mensajes que son de gran ayuda a nuestra vida espiritual, vayamos siempre adelante en nombre del señor JESUS, AMEN.

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    • Que precioso mensaje, justo anoche experimenté está oración de humildad y sumisión y maravilloso mi Dios hoy con su respuesta, mi madre enferma ya sana, bendito mi Dios.

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