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Anhelando SU Presencia

Predicas Cristianas

Predicas cristianas predica de hoy: Anhelando la presencia de Dios

Predica cristiana lectura bíblica de hoy:Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;” (Salmos 42:2).

Introducción

La mayoría de los cristianos estamos relacionados con el Salmo 42. Este salmo escrito por los hijos de Coré es significativo revelan la sed espiritual por la presencia del Dios vivo. Es un desafío para los verdaderos adoradores del siglo XXI.

Hoy vivimos un presente que está saturado de todo tipo seducciones, distracciones y tensiones. Pero nada de esto puede impedir que tengamos en nuestras almas, una sed permanente por la presencia del Señor.

Cuando miramos el pasado del pueblo de Dios, encontramos que el arca del pacto era un símbolo distintivo de la presencia de Dios en medio de su pueblo. En su interior estaban la vara de Aarón que reverdeció, las tablas de Ley y una porción del maná con que Dios alimentó al pueblo.

A penas quiero significar tres momentos de la historia bíblica que están relacionados con el arca del pacto, los cuales nos confirman principios claves acerca de la presencia de Dios:

1. La presencia de Dios garantiza la victoria.

Josué en obediencia al Señor ordenó a los sacerdotes que asumieran la responsabilidad de avanzar con el arca del pacto delante del pueblo en la conquista de la tierra prometida.Esta presencia de Dios hizo que el río Jordán se dividiera en dos.

Delante de ellos iban los sacerdotes que llevaban el arca del pacto. “en cuanto los sacerdotes entraron en el río y sus pies se mojaron en la orilla, las aguas … del Jordán quedaron divididas, y el pueblo pasó y se encaminó hacia Jericó.” (Josué 3:15-16 RVC).

Dios dividió las aguas del Mar Rojo para sacarlos de Egipto (Éxodo 14), y ahora dividía el río Jordán para que entraran en Canaán. Estos milagros demostraron a Israel que Dios cumple sus promesas y que su presencia hace la diferencia. Así como Dios había estado con ellos al salir de Egipto, Él seguía estando con ellos al final de su peregrinaje. El Dios que te sostuvo ayer, es el mismo Dios que te sostiene hoy y estará contigo para pasarte de una orilla a la otra. Pero necesitas anhelar la presencia de Dios.

Una de las estrategias divinas para conquistar la ciudad amurallada de Jericó, que para aquel tiempo era imposible de conquistar, era que el arca del pacto, presidiera aquella procesión. El arca debía estar presente en las trece vueltas que le dieron al muro. Los sacerdotes debían cargarla en sus hombros.

La presencia de Dios hizo que los muros de Jericó cayeran y todos los enemigos fueran derrotados. (Josué 6:1-20).

No hay victoria en el pueblo de Dios, hermanos querido, si el liderazgo y el pueblo del Señor descuida que repose sobre ellos la plenitud de la presencia de Dios. No podemos correr el riesgo de perder nuestra comunión con la presencia de Dios. No podemos movernos del lugar de bendición. Es la presencia de Dios la que garantiza la victoria.

Pablo les dice a los romanos: “En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total.” (Romanos 8:37 TLA). Si Cristo venció al mundo, la hostilidad, la persecución, la muerte y hasta el mismo satanás, también ÉL nos dará la victoria total, no por nuestras fuerzas ni estrategias, sino por medio de aquel que nos amó, es decir, por Jesucristo nuestro capitán victorioso (1 Corintios 15:57).

2. La presencia de Dios es fuente de bendición.

Cuando el arca de Dios fue regresada a Israel después de un breve cautiverio en Filistea (1 Samuel 4:1-7:2), la guardaron en la casa de Abinadab durante veinte años. David vio cuánto fue bendecido Abinadab, y quiso traer el arca a Jerusalén para que la nación entera fuera bendecida.

Pero cuando el arca era transportada en un carro nuevo, ocurrió un hecho sorprendente, porque Uza uno de los hijos de Abinadad sujetó el arca para que no se cayera, y quedó muerto instantemente. Ante este hecho, David decide no llevar el arca a Jerusalén y la hizo llevar Da-vid a casa de Obed-edom geteo (2 Samuel 6:10).

La familia de Obed-edom fue bendecida abundantemente por convertirse en morada del arca de Dios. En sólo tres meses que el arca permaneció en la casa de este levita, Dios bendijo su familia y todo lo que tenía (1 Crónicas 13:14).

A David le llevaron la noticia de que. “Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios.” (2 Samuel 6:12). La bendición que cayó sobre la casa de Obed-edom era una señal de que Dios estaba reconciliado con su pueblo y de que su ira había cesado. Debían trasladar el arca a la capital del reino, pero siguiendo las reglas establecidas por Dios.

Es importante tener presente que sólo habrá bendición de Dios en la familia, si nuestra prioridad es convertirnos en santuario de la presencia del Señor.

Yo puedo anhelar que mis hijos sean médicos, ingenieros, arquitectos o alcancen un título universitario. Que sean deportistas o artistas profesionales para que garanticen su futuro financiero. Yo puedo anhelar tener una buena casa con todas las facilidades del mundo, pero mi mayor anhelo como padre y madre cristianos, mi mayor anhelo como familia cristiana debe ser, convertir mi hogar en un santuario de la presencia de Dios. DONDE DIOS SEA LA PRIORIDAD. De nada vale obtener todo en el mundo, si Dios no está presente. El Señor debe ser prioridad en mi vida, en mi familia, en mi negocio en mis finanzas.

Tan pronto supo David cómo en tres meses, Dios había bendecido y prosperado la familia de Obed-edom, se dispuso a trasladar el arca del pacto a Jerusalén. David quería la bendición de Dios para su familia y que toda la nación fuera bendecida. David eleva esta oración y le dice: “Dígnate bendecir a todos mis descendientes, y permite que siempre haya uno de ellos a tu servicio. Tú, Señor, lo has prometido, y con tu bendición será bendecida mi familia para siempre.” (2 Samuel 7:29 RVC).

Sólo habrá bendición de Dios en la familia, si nuestra prioridad es convertirnos en santuario de la presencia del Señor. Es imprescindible tener sed de la presencia de Dios.

3. La presencia de Dios se entroniza [exalta] en la adoración.

Cuando la presencia de Dios se manifiesta, el pueblo agradecido, prorrumpe espontáneamente en una exaltación jubilosa. La biblia dice que cuando el rey David traía el arca del pacto a Jerusalén, lo hizo en medio de una atmósfera de genuina adoración al Dios Todopoderoso.

Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino [ropa sacerdotal]. Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.” (2 Samuel 6:14, 15). Si Dios está presente hay que alabarlo.

Fue bajo un ambiente de alabanza y adoración jubilosa que todo Israel transportó el arca del pacto del Señor: sonidos de bocinas, trompetas y címbalos, y al son de salterios y arpas. (1 Crónicas 15:28 RVC). Tenían motivos suficientes para celebrar, para gozare, para alegrarse, para gritar delante de la presencia del Señor. Después de 20 años, el arca del pacto, símbolo de la presencia del Señor, era traída a Jerusalén. Donde no hay genuina adoración nunca habrá presencia de la gloria de Dios. Dios se hace presente en las alabanzas de su pueblo.

Pero qué pena que mientras el pueblo y el rey se gozaban exaltando a Dios, había personas que no compartían esa alegría y ese triunfo. La biblia significa que, desde una ventana, Mical hija de Saúl, esposa de David, lo observaba saltando y danzando junto con el pueblo, y no sólo lo menospreció en su corazón, sino que trató de ridiculizarlo por lo que hacía (2 Samuel 6:16-20).

Puede que existan algunos creyentes que por diferentes razones rehúsan participar en la celebración gozosa del culto a Dios. Nunca permitamos que la amargura o el resentimiento, la tristeza y la soledad, u otras razones personales, nos lleven a menospreciar a los que celebran con gozo la presencia de Dios. No perdamos la bendición de entronar, de exaltar y glorificar la presencia de Dios por medio de la adoración.

Donde no hay genuina adoración nunca habrá presencia de la gloria de Dios. El Señor sigue buscando en estos tiempos, verdaderos adoradores, que le adoren en espíritu y verdad (Juan 4:23-24). El Señor nos salvó, nos dio una herencia y nos sellos con su Espíritu Santo, “para alabanza de su Gloria” (Efesios 1).

El Señor busca adoradores comprometidos que le exalten sólo a Él.

Busca adoradores que, en medio de las pruebas de la vida, su voz no se silencie. Busca adoradores que cambian su lamento en baile. Busca adoradores que anhelan SU presencia, que se deleitan en SU presencia. Busca adoradores que experimenten la presencia de la Gloria de Dios, mientras le alaban.

CONCLUSIONES

Creo que los cristianos en todo el mundo deberían anhelar, desear y tener sed de la presencia de Dios.

La presencia del Señor es insustituible, es imprescindible y es la que marca la diferencia. Es que la presencia de Dios es la que garantiza la victoria del cristiano, es fuente de bendición para la familia y la nación, se entroniza en la adoración de su pueblo que le ama y le glorifica.

Moisés no quiso correr riesgos cuando le dijo a Dios “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” (Éxodo 33:15). La garantía del éxito estaba en que Dios estuviera presente. Esa debería ser nuestra resolución de vida.

NADA SIN SU PRESENCIA. NADA FUERA DE SU PRESENCIA. TODO EN SU PRESENCIA.

© David N. Zamora. Todos los derechos reservados.

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