Escogiendo a Dios para servirle

Hay un asunto que Israel ha recordado en medio de este compromiso de escoger a Dios para servirle. Ellos fueron testigos de los hechos portentosos con los que Dios les sacó de Egipto. Israel reconoce que detrás de su rescate hubo la participación del poder del Dios de sus padres más de cuarenta años atrás.

Reconocen que la tierra donde vivieron por más de cuatrocientos años fueron de esclavitud. La promesa dada a sus antiguos patriarcas es ahora parte de su historia. Ellos son una nación libre por la intervención del todopoderoso Dios.

El compromiso de escoger servir a Dios se basa en la gratitud por lo que él ha hecho. Los hijos de Dios tienen una historia de salvación. Mis amados, nosotros al igual que Israel nosotros fuimos rescatados y liberados.

Quizás no recordamos haber visto los milagros de las plagas pero si recordamos el milagro de nuestra salvación que al final también fue más grande porque se trata de la salvación de nuestro destino eterno. Israel recordó que la última plaga tuvo que ver con la sangre de un cordero. Nosotros nos acordamos que fue por la sangre de Cristo que se dio nuestro rescate final.

b. Hay un enemigo que ha sido arrojado (vers. 18).

En las razones que argumentan los israelitas de escoger a Dios para servirle está la gratitud por haber echado de sus vidas a sus enemigos, siendo los amorreos una representación de ellos. La historia de la conquista revela la oposición que fueron los amorreos mientras Israel iba camino a Canaán. Ellos vieron   como Dios los echó de su camino (Jos. 10). ¿Y por qué  el pueblo reconoce a esta gente?

Porque ellos le dieron gran guerra a Josué, tanto que tuvo que pedirle a Dios que detuviera el sol y luna como en efecto sucedió, casi un día y los amorreos fueron vencidos, incluyendo  sus cinco reyes que murieron en una cueva. Israel recuerda con gratitud aquel milagro y aquella victoria y eso le da ahora una razón para escoger servir a su Dios.

La vida de un hijo de Dios está rodeada de victorias sobre sus enemigos. Y en esas batallas reconoce que algunos enemigos son poderosos que hasta hacen alianza, como los amorreos, para atacarnos. Pero el saber que Dios nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo nos lleva a ser agradecidos y tomar la decisión de escoger a Dios siempre para servirle.

IV. ESCOGER SERVIR AL SEÑOR SIGNIFICA UNA DECISIÓN SIN REGRESO

a. Es muy serio decidir servir al Señor (vers. 19).

Josué fue un líder transparente y conocedor de Dios y también del pueblo que ha guiado hasta allí. Por un lado sabía que Israel tenía una tendencia natural a inclinarse a otros dioses, por eso lo primero que los confronta es a despojarse de toda confianza de su propia suficiencia pues de lo contrario sus propósitos serían en vano.

Ellos no podían servir al Señor por su actitud vacilante y desobediente. Por otro lado, Josué les da otra razón y es porque él es Dios santo, y Dios celoso. Este carácter de Dios lo hace más distante de un pueblo rebelde y desleal. Nos llama la atención la manera cómo Josué trata de desaminar a este pueblo. Una de las razones es por él no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados.

Tengo la impresión que esta noticia fue muy fuerte para Israel, de allí que ellos insistieron de acuerdo a lo que nos dicen los  (verss. 20-21). Escoger servir al Señor es cosa muy seria.

En la Biblia este es un tema que  demanda nuestra atención  debido a las implicaciones cuando declaramos que queremos servir al Señor. Un texto parecido a este sería cuando Jesús dijo que quien quiere seguirle debería negarse a sí mismo. Así es el desafío de servirle.

b. “Habéis elegido a Jehová para servirle” (vers. 22).

Una vez más Josué pone la pelota del lado de Israel en este asunto. Ellos están hablando de fidelidad en el servicio al Señor y ahora los confronta diciéndoles que escuchen así mismo. Que consideren las promesas que están haciendo y que sean sus propias palabras las que conviertan en sus testigos de haber declarado que están dispuestos solo a servir a Dios.

La idea de afirmar esto en el corazón del pueblo rebelde es para que sepan que Dios toma muy serio nuestros compromisos. Jesús después diría que cualquiera que pone la mano en el arado y mira hacia atrás no es apto de él (Lucas 9:62).

Dios le da mucha importancia al compromiso y la decisión de servirle. Elegirlo a él para servirle trae consigo sus demandas pero también sus bendiciones en cada una de sus promesas. No gozamos más de ellas porque somos dados a no cumplir nuestras promesas. Al igual que Israel somos rápidos en decir a Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos. Que Dios mismo nos ayude a cumplir la promesa.

CONCLUSIÓN:

En 1519 el explorador español Cortez aterrizó en Vera Cruz para comenzar su conquista de México con sólo 700 hombres. Según la leyenda, antes de entrar en el interior de México, Cortez ordenó que las naves fueran quemadas mientras sus hombres observaban que su único medio de regresar se hundía en el fondo del Golfo de México. Ahora sólo había una dirección que podían tomar, tenían que seguir adelante.

Mis amados muchas veces nuestros compromisos necesitan de acciones más radicales para cumplirlas. Si al igual que Israel decimos hoy “no, sino que a Jehová serviremos” (vers. 21), debiéramos considerar que no tenemos una segunda agenda, que en verdad escogemos a Dios para servirle (vers. 24).

James Calvert fue un misionero para los caníbales de las Islas Fiyi. El capitán del buque intentó disuadir a Calvert diciendo que perdería la vida. Pero Calvert respondió que ya había muerto antes de hacer el viaje, eso se llama compromiso. No lo que yo quiero sino lo que tú quieres.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.

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