El sexo que Dios permite

Predicas Cristianas

Predicas cristianas predica de hoy: El sexo que Dios permite

Predica cristiana lectura bíblica de hoy: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.” Génesis 2:24-25 

Introducción 

Mucho se ha hablado acerca del sexo. Dentro de las iglesias considero que sigue siendo uno de los temas tabús que muchos pastores, predicadores y consejeros familiares abordan con cierta cautela, debido a las multiformidad de pensamientos que puede desbordar estar predicando esto desde un púlpito.

En mi labor de predicar a la familia, desde hace años he prestado mucha atención a temas como este, con el objetivo de que la iglesia de Cristo sea instruida de manera correcta, ya que si no lo predicamos nosotros, ¿Cómo pretendemos que la iglesia tenga una práctica sexual sana?

Dios creó al hombre y la mujer para que, entre otras cosas, se complementarán el uno al otro sexualmente hablando. Cuando Dios creó a Adán y Eva, los creó perfectos, conforme a su imagen y semejanza, probablemente antes de pecar no hubieran conocido el sexo sino bajo una perspectiva de santidad, pues Dios mismo les dijo:

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Génesis 1:27-28)

Esto nos mueve a pensar que fue después de la desobediencia cuando el sexo comenzó a degenerarse movido por la concupiscencia que nos lleva a pecar. Por lo anteriormente explicado, Dios constituyó el matrimonio, en donde el propósito del sexo puede ser consumado sin ofender las leyes divinas y por ende, sin transgredir los estatutos dados por Dios, es más, la biblia nos dice que el sexo que Dios permite se establece en el matrimonio y constituye una obligación: 1ª Corintios 7:3 “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido“.

¿Alguna vez ha pensado por qué las primeras relaciones sexuales con su esposo o esposa eran más intensas? ¿Recuerda?

Yo siempre he sostenido que el sexo es un ARTE que nadie le enseña a otro, se aprende en el acto y es inherente a nuestra persona. Lo ideal sería, (y es lo que Dios quiere), que se practique con aquella persona que ha jurado amor eterno ante el altar, pues ese es el sexo que Dios permite.

Si su relación sexual es practicada con su esposo o esposa, no se sienta incómodo ningún cristiano creyente de si es bueno o no, si se ofende o no a Dios, si debe o no practicar algún acto específico, si es su esposo o esposa, como decimos en El Salvador: ¡Dele con todo!

Dios en su infinita misericordia es el creador de todo, incluso del sexo. Él nos hizo seres sexuales, diferente a los ángeles. Solo el ser humano tiene el privilegio de generar a otro ser semejante a él, educarlo y formar un hombre o una mujer de bien. La única manera de lograrlo es a través de una relación sexual que debe estar enmarcada bajo ciertos parámetros:

• 1. Debe ser practicado en el matrimonio.
• 2. Debe ser practicado con una sola persona.
• 3. Únicamente es agradable a Dios entre personas del sexo opuesto.
• 4. Su práctica se encierra a la participación de una sola pareja en el acto.

NO EXISTEN LÍMITES EN EL SEXO QUE DIOS PERMITE.

En breve estaré subiendo un sermón titulado: PREGUNTAS Y RESPUESTAS SEXUALES, que pertenece a esta serie, en él estaré explicando mejor este punto.

Queridos hermanos en Cristo Jesús y amigos, lean detenidamente lo que la biblia dice:

Cantares 7:1-8 “¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, Oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, Obra de mano de excelente maestro. Tu ombligo como una taza redonda Que no le falta bebida.  Tu vientre como montón de trigo Cercado de lirios. Tus dos pechos, como gemelos de gacela. Tu cuello, como torre de marfil; Tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; Tu nariz, como la torre del Líbano, Que mira hacia Damasco. Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo; Y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey Suspendida en los corredores. ¡Qué hermosa eres, y cuán suave, Oh amor deleitoso! Tu estatura es semejante a la palmera, Y tus pechos a los racimos. Yo dije: Subiré a la palmera, Asiré sus ramas. Deja que tus pechos sean como racimos de vid, Y el olor de tu boca como de manzanas“.

Preste atención como dice el texto de Cantares capítulo 7 del versículo 1 al 8. Hace una clara descripción del cuerpo de la mujer y como se deleita el hombre al contemplarla. Hay aspectos de suma importancia que no deben descuidarse en el acto sexual, pero esto no significa que haya “prohibiciones” de parte de Dios en cuanto a qué hacer o qué no hacer.

La mujer posee cualidades puestas en su ser de manera intrínseca, le pertenecen solo a ella, usted mujer es capaz de seducir con soltura a su esposo, pues no hay hombre que se resista a las caricias e inventos de su mujer, en su casa, dentro del matrimonio actúe con libertad que ese es exclusivamente el sexo que Dios permite.

Es posible agradar a Dios sin sentirnos mal después del acto sexual. Si usted duda de su salvación o necesita asegurarla, invite a Cristo a su corazón:

Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz en mi lugar, y que resucitaste al tercer día. Me arrepiento soy pecador, gracias doy al Padre por enviar a su Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy.

En Cristo Jesús mi salvador… amén.

© Giovanni Ordonez. Todos los derechos reservados.

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