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Cristo viene: Realidad Impredecible

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Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: Cristo viene: Realidad Impredecible

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” (Marcos 13:32)

Cristo viene – Introducción

Como todos oyeron o leyeron, se anunció para el 23 de septiembre de este año 2017 el arrebatamiento de la iglesia y el fin del mundo.

Este anuncio se basó en una falsa interpretación de Apocalipsis 12:1Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”.

Los defensores de la Señal del Apocalipsis 12 interpretaron que la mujer vestida del sol se corresponde con la constelación de Virgo, mientras que la corona de doce estrellas vendría a estar compuesta por Leo (que tiene 9 estrellas), más los planetas Venus, Marte y Mercurio.

En teoría la alineación entre las constelaciones de Leo y Virgo y de algunos planetas deberían haber hecho que se cumpliese al pie de la letra esta gran señal de Apocalipsis 12 que, según esta falsa teoría, anuncia la llegada del Rapto y el consiguiente fin del mundo, y que ocurría este 23 de septiembre.

Este es un error interpretativo que no resiste el más mínimo análisis hermenéutico. La mayoría de los intérpretes evangélico de la biblia, coinciden en que la mujer vestida de sol simboliza a Israel (al pueblo fiel de Dios que ha esperado al Mesías), del cual vino el Mesías, es decir, el hijo varón del versículo 5, que regirá con vara de hierro a todas las naciones (12:5; cf. Salmo 2:9).

El estar vestido de sol, significa que está vestida con la gloria de su Señor (cp. Salmo 84:11); la luna debajo de sus pies habla de su permanencia (cp. Salmo 89:37), y la corona de doce estrellas representa a las doce tribus de Israel. [1]

Hermanos queridos, nosotros desechamos los métodos alegóricos, racionalistas, místicos y dogmáticos para interpretar la biblia.

Estos métodos sacan al texto de su contexto. Usamos el Método Histórico-Gramatical, que consiste en conseguir de la Escritura el significado preciso que los escritores quisieron dar.

David Meade (Mid), que es un “astrónomo aficionado y numerólogo de la biblia” ha estado estudiando las alineaciones de las estrellas y versículos específicos de la Biblia que lo han llevado a predecir que un evento astronómico histórico tendría lugar el sábado 23 de septiembre del 2017.

Los numerólogos dicen que el Planeta X, también conocido como Nibiru, debía impactar en la Tierra y causar erupciones volcánicas, tsunamis y terremotos que no dejarán rastro de la vida humana; entonces tendría lugar uno de los episodios más importantes para los creyentes: el Rapto o Arrebatamiento, cuando supuestamente llegaría la segunda venida de Jesucristo.

Cuidado hermano con aquellos que le atribuyen demasiada importancia a la “numerología bíblica. Hay quien trata de encontrar un significado especial detrás de cada número en la Biblia, cuando con frecuencia, un número en la Biblia es simplemente un número. Dios no nos llamó a buscar significados secretos, mensajes ocultos, o códigos en la Biblia. Hay más que suficiente verdad pura en la Escritura para suplir todas nuestras necesidades y hacernos “enteramente preparados para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16). [2]

Hace año y medio, Meade lanzó un libro titulado Planeta X-La llegada del 2017, donde decía haber calculado la fecha en la que iba a suceder los hechos profetizados por el libro de Apocalipsis. Y marcó en el calendario, concretamente, el 23 de septiembre del 2017. 3

La comunidad científica niega tajantemente la existencia de un planeta Nibiru o Planeta X. La NASA asegura que el planeta llamado Nibiru o Planeta X que según esta teoría impactará contra la Tierra no existe, que es una invención. David Morrison, científico de la NASA en declaraciones a The Washington Post afirmó: “Si Nibiru fuera real y fuera un planeta con una masa sustancial, entonces ya estaría perturbando las órbitas de Marte y de la Tierra. Veríamos cambios en esas órbitas”. [4]

Según los teóricos de esta falsa predicción el eclipse total del pasado 21 de agosto, los devastadores huracanes Irma y María o el terremoto de México serían avisos de lo que tendría que haber pasado este 23 de septiembre.

Tras cada ola sucesiva de eventos, no sabemos cuál será la última. Y esto es bueno, porque Dios no intenta que lo sepamos. Dios quiere que continuemos anhelando el regreso de Cristo y esperando que ocurra en cualquier momento.

Quiero aprovechar este momento para aclarar nuestra posición ante todas estas falsas corrientes. Dos grandes verdades acerca del Rapto o el Arrebatamiento de la Iglesia:

1. QUE CRISTO VIENE ESTÁ BÍBLICAMENTE  GARANTIZADO

La venida de Cristo es mencionada más de 300 veces en el Nuevo Testamento. Pablo, en sus epístolas, hace referencia más de cincuenta (50) veces a la segunda venida de Cristo.

Jesucristo les prometió a sus discípulos: “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2b, 3).

Cristo habla del cielo como un lugar real, no simplemente un estado mental, algo ilusorio, un espejismo. Cristo describe al cielo como un hogar donde mora el Padre (Juan 14:2) y donde Él fue a preparar lugar para sus seguidores de todos, y regresará personal y corporalmente a buscar a quienes creen en ÉL [os tomaré a mí mismo].

Después de la ascensión de Cristo, los ángeles les prometieron a los discípulos que Jesús regresaría otra vez. “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo“. (Hechos 1:10-11).

Pablo estaba seguro de que Jesucristo regresaría por su iglesia: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo…” (Filipenses 3:20). Para Pablo, era una esperanza gloriosa, la mejor que podría mirar en el futuro. Los que amamos a Cristo debemos esperar con ansiedad ese momento maravilloso de su regreso (Tito 2:13).

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