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Enderecemos nuestros caminos

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Enderecemos nuestros caminos

Predica Cristiana Lectura Bíblica: Lucas 13:10-17

Introducción

Una gran verdad de vivir en este mundo es que cotidianamente, somos atraídos hacia diferentes direcciones. Comento esto porque todos los presentes tenemos responsabilidades familiares que nos llevan en una dirección y tenemos responsabilidades con nuestras amistades o círculos sociales que nos llevan en otras direcciones.

Todo esto junto conlleva a que en múltiples sucesos direccionemos nuestra vida  llena de presiones y fatigas. Cuando esto ocurre la mayoría se atasca tan profundo en sus inconvenientes, las intranquilidades y las exigencias  de este mundo, que las tensiones desgastan tan fuertemente que ni siquiera logramos observar hacia arriba.

Es decir, se reprimen de cierta manera que se alejan y no acuden al único que le puede enderezar su vida y sacarla adelante. Su fe se desgasta de cierta manera que aleja su vista de Dios. Permaneciendo con esto que les acabo de compartir en la mente, prosigamos.

Un milagro más de Jesús

Si leemos esto por encima, es decir sin reflexionar en ello, lo uno que podemos mirar acá es un milagro más de Jesús. Pero cuando sacamos el tiempo para reflexionar en estos versículos, rápidamente hallamos que acá existe mucho más que una eventualidad histórica.

Cuando reflexionamos en esto versículos hallamos que  se  descubren muy bien  destacado la condición espiritual de muchos devotos. Comento esto porque en esta época existen múltiples devotos que se hallan en la misma forma de esta mujer.

La enfermedad de esta mujer

Reflexionemos ahora estos versículos lo más cercano posible  para  que descubramos si lo que les comento tiene sentido alguno. La Palabra aquí nos dice “Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; 11y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.”

Deseo que observen acá dos cosas en específico de gran importancia. La primera es que la mujer tenía dieciocho años padeciendo esta enfermedad y lo segundo  es que este padecimiento es tan grave que como lo dice la Palabra, esta mujer “andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.”

La Biblia no determina precisamente el nombre de esta enfermedad pero lo más probable es que dicha mujer padeciera un problema de la espina dorsal. Cuando sacamos el tiempo para reflexionar en estos versículos y analizando entre líneas logramos especificar que ella era una mujer que amaba totalmente a Dios, comento que podemos especificar esto debido a sus actos ya que lo demostraban. ¿Qué actos?

Hermanos, ella se encontraba en la sinagoga, ella estaba hallando a Dios. Como les comente, no conocemos exactamente cuál era su padecimiento pero lo que si logramos estar confiados es de los que nos comenta la Palabra de Dios “…tenia espíritu de enfermedad.”

Existen numerosos cristianos que padecen de esta misma aflicción

Ella padecía de esta aflicción física, pero como les comento hoy en día que  existen demasiado devotos que padecen de esta misma aflicción pero no físicamente sino espiritualmente. ¿Cómo les puedo comentar esto?

Para responder esta cuestión no será imprescindible comprobar  los espíritus más frecuentes que con reiteración  perjudican nuestra vida espiritual de muchos.

De esta manera comprobemos algunos de los espíritus más frecuentes que con reiteración doblegan nuestra la fe de un sin número de creyentes. Primeramente para proceder quiero realizar una explicación.

Cuando se les comenta del espíritu, lo primero que se viene a la mente de las personas  es lo representan las películas en el cine, es decir una espectro que posee a una persona.

Obviamente esta que esta  será una de las definiciones pero les quiero comentar y dejar bien explicado que esta no es la única definición para esta palabra. La palabra espíritu también se define como “animo, valor, aliento, brío, esfuerzo”. Tal cual como logramos observar el espíritu nos dice sobre la voluntad e intención de una persona. ¿Amen?

El mundo de hoy

Como les comente en un principio, la gran verdad de esta era actual es que todos los presentes vivimos en un mundo saturado de estrés. Es por este motivo que yo comentaría que el primer espíritu que con reiteradamente daña la fe de la mayoría acá presente es el espíritu de la angustia y la desesperación.

Lo atrayente de este estado anímico es que no es algo que repentinamente aparece en nosotros. La  angustia y desesperación es algo que se amontona escalonadamente en la vida de muchos. Me acuerdo como si fuese la primera vez que oí a un psicólogo que lo explico de esta forma.

El psicólogo comentó que la angustia y desesperación era similar a cuando una persona hunde un balón en una piscina. Según esta persona, lo que acontece es que la gran cantidad de las personas no combaten directamente con estos acontecimientos que se exhiben todos los días, la gran cantidad de personas suprimen sus sentimientos, es decir, logran hundirlos.

La conclusión definitiva de esto es que inciertamente llega el instante que por cualquier situación ya no logra soportar más y estalla. Usando una relación del balón en la piscina, llega el instante cuando el balón se escapa  y sube aceleradamente con todo su poder hacia la superficie.

Es por este motivo que en situaciones oímos acerca de personas que agarrado a balazos en un estacionamiento, o ese nueva palabra usada para detallar un acontecimiento violento, vinculado con cuestiones de tráfico, fue por un accidente de “road rage” (furia en la carretera”).

Lo que lleva a las personas a  conducirse de forma feroz,  no es  el incidente de tráfico, sino que todo termina por motivo de la angustia y desesperación que tenían reprimidas en su interior. El psicólogo lo aclara de esta forma pero Cristo lo aclara de otra.

Cristo actuó forma sensible al padecimiento de esta mujer

Como podemos observar acá, Cristo no actuó de una forma insensible al padecimiento de esta mujer. Cristo no desconoce su mal y angustia, Cristo la sanó. Cristo quiere realizar lo mismo con todas y cada una de las personas.

Es por este motivo que en Mateo 11:28-30 encontramos que Él nos dice “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” como les comente, este espíritu de angustia y desesperación es algo que se impregna  despaciosamente en nuestra vida.

La carga de las angustias y las responsabilidades van apareciendo lentamente a nuestros hombros y si no conocemos lo que nos está ocurriendo y no le damos esa carga al Señor, entonces empezaremos a doblarnos espiritualmente.

Óiganme bien rebaño, cuando paramos de confiar en Dios, es decir, cuando perdemos nuestra vista del Señor y nos enfocamos en el hombre, entonces comenzamos a doblarnos.

No tan solo esto sino casualmente llegará el instante cuando por la más pequeña cosa paramos de reunirnos. Llegará el instante que por la más pequeña acción pararemos de ver hacia Dios para ver otras soluciones.

Es decir, nos doblegaremos de tal forma que no seremos capaces de ver hacia arriba y no seremos capaces de ver hacia Dios esta condición del espíritu es la que nos lleva a demasiado a pensar que Dios se los ha abandonado, demasiados piensan que Dios pasado por alto sus oraciones, que Dios es indolente a las ocasiones por la que tenemos que cruzar.

Pero algo de esta manera es muy obvio y esto es que cristo no es indistinto, Cristo desea sanarnos, Él desea sanar nuestro espíritu para que logremos poseer a lo que fuimos llamados. ¿A que fuimos llamados? 

La respuesta la encontramos en 1 Corintios 1:9 cuando leemos “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.”  Dile a la persona que tienes a tu lado, enderézate.

El segundo espíritu que nos empieza a doblegar a demasiados es el espíritu de licitud. Se lograron observar, este fue el mismísimo espíritu con el que Jesús tuvo que pelear mientras estuvo en la tierra. Recuerde bien que en el pueblo Judío existen dos congregaciones muy prestigiosas, los saduceos y los fariseos, y ambos era fanáticos de la ley.

Para que logren comprender de una mejor forma lo que les acabo de comentar es necesario que pare un momento acá y les demuestre cómo eran las tradiciones de este pueblo. En aquella época las mujeres tenían pocas oportunidades.

Habitualmente las mujeres no les prestaban atención y hasta tenían que frecuentar a la sinagoga en diferentes secciones; ella no tenía el derecho de ir juntas con sus esposos, debían separarse. Así que podemos observar lo que el Señor realizó en aquel momento fue algo que no fue de mucho gusto para los líderes de aquella época.

Observen muy bien lo que aconteció cuando leemos, “Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo.” Deseo que observemos muy bien la licitud que cegó a este hombre. La licitud no le dejo apreciar el milagro que había ocurrido.

El gran inconveniente que existe con la licitud es que con frecuencia la licitud nos dirigió a juzgar a otros en base a nuestras propias normas y nos dirige al desamor. La licitud nos lleva a no ser reales servidores de Dios, sino que servimos por una obligación. Y por último, la licitud nos guía a usar el sentimiento de culpa para manejar a otros.

Observen atentamente que eso mismo es lo que estaba intentado de realizar el principal de la sinagoga en aquella época. Ahora, deseo parar acá por un instante antes de proseguir, porque no quiero que alguien tome a mal lo que esto comentando.

Con esto no estoy comentando que la ley de Dios no tiene un motivo. La ley si tiene no motivo y este motivo es el que manifestando donde está el pecado. Observemos muy bien cómo esto que acá queda declarado en Romanos 7:7 cuando leemos “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

Pero una gran verdad es que nadie de nosotros acá y ninguna persona que se estime cristiano es salvado debido a la ejecución de la ley. Nosotros solamente hemos logrado alcanzar la  salvación  por obra y gracias de Dios.

Esto queda claramente en Efesios 2:8-9 cuando leemos “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Nuestra salvación no necesita de las reglas y leyes,  nuestra salvación solo pende de  nuestra fe en Cristo. Observen atentamente y está muy especificado en Gálatas 2:16 cuando leemos “sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”

Pero el espíritu le la licitud provocara que la fe de muchos empiece a doblegarse, hasta el instante cuando albergamos mejor las reglas y normas implantadas por los hombres con el fin de manipular a las personas, que el real evangelio del misericordia, remordimiento y amor que Jesús murió en la cruz por darnos. Coméntale a esta persona que tiene a su lado, la licitud te ciega.

El tercer espíritu que comienza a doblegarnos a muchos es el espíritu de indolencia y desamor. Este espíritu es uno que conmueve a las personas a no departir con sus hermanos. Espíritu hace que a las personas les de igual una cosa u otra.

Este espíritu o estado de ánimo nos dirige a que las personas piensan que el entorno que puede estar cruzando otro creyente  no es su inconveniente. Es decir, le dirige a apartarse del real amor de Dios. Comento que les dirige a separarse del real amor de Dios porque la gran verdad es que entre todos los devotos existe una relación mutua.

Observen bien como esto queda bien reflejado en 1 Tesalonicenses 5:11 cuando leemos “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.”  Y también en Santiago 5:16 al leer “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”

Existe una relación mutua entra todos los devotos y es por esta razón que no me canso de reiterarles la gran importancia que  de congregarnos para alabar y adorar a Dios. Pero el espíritu de indolencia o desamor generara que nuestra fe empiece a doblegarse para que no seamos capaces de recibir las bendiciones que Dios tiene para nosotros.

Coméntale a la persona que tienes a tu lado, el desamor indispone. Estos son solo tres ejemplos pero si tomamos tiempo para filosofar en el tema estoy confiado que hallaremos múltiples espíritus de que existen y pueden dañar e indisponer nuestra fe.

Para finalizar.

Existen múltiples ocasiones que pensamos que Dios nos ha abandonado y probablemente este fue la situación de esta mujer ya que acá podemos leer que había padecido por “dieciocho años.”.

Por dieciocho años esta mujer permaneció doblegada sin poder ponerse recta, no lograba mirar hacia arriba, por dieciocho años esta mujer estuvo que esta indispuesta. Lamentablemente, en nuestra época existen muchos feligreses que igual a esta mujer están enfermos.

No les estoy comentando de una enfermedad física les comento de una enfermedad más perjudicial, una enfermedad espiritual. Esta enfermedad seguramente no perjudique nuestro cuerpo pero si perjudica nuestra relación con Dios.

En muchas ocasiones pensamos que no somos capaces de aguantar la tentación. En muchas ocasiones dejamos que nuestro espíritu sea contagiado, que nuestro espíritu caiga enfermo. Y les comento que lo dejamos que suceda porque esa es la verdad del tema. Si nos colocamos a razonar en esto podemos observar que es real en cada instante.

Les cuestiono ¿Cuantas personas pasarían dentro de una habitación con una persona en cuarentena que posea una enfermedad extremadamente contagiosa y letal? Pocos lo realizaríamos, con plena seguridad diría que todos nosotros evadiríamos aquella habitación. Pero con reiteración nosotros realizamos esto mismo cuando se acerca a nuestra vida espiritual.

En vez de apartarnos de estas cosas que nos perjudican, en vez de rechazar esas costumbres, amistades y demás que conocemos que solo ayudan para angustiarnos, quitarnos la paz y contagiar nuestros espíritus, permanecemos con ellas.

No dejes que lo repugnante corroa tu espíritu y no dejes que las malas influencias mundanas dobleguen tu fe. Tal vez tengas algunos años padeciendo con algo, tal vez tengas algunos años sufriendo con un clavo encajado en tu corazón, tal vez tu fe se ha doblegado por culpa de estos motivos y circunstancias que están a nuestro alrededor y estés inhabilitado.

Pero si así es, Oye bien porque cristo te grita hoy ¡Enderézate! siempre ten presente que Él nos exhorta de nuestra vida de pecado, ten siempre presente que Él nos liberó de los poderes de las tinieblas y que su amor por cada persona presente él ha entregado su vida.

Y les voy a reiterar un versículo hoy, que todos están en obligación de grabar en sus mentes, Juan 3:16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Este es el Dios a cual nosotros servimos, el Dios que nos ama, El Dios que nos protege, el Dios que ha borrado nuestros pecados con su sangre. Y este es el Dios que te grita hoy en día ¡Enderézate!

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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