Levántate.. Ve.. Pregona

Julio Ruiz

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Estudios Biblicos - Para predicadores - Parte 1

Levántate.. Ve.. Pregona

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Nínive era una ciudad idólatra, y la idolatría es el pecado más desafiante delante de Dios.  Para Dios era más fácil destruir a Nínive, así como también le fuera más fácil destruir al hombre incrédulo.  En Nínive había gente sincera, pero no habían escuchado la verdad de la palabra de Dios. Nínive representa a este mundo sin el Dios verdadero. Cuando Jonás dijo que la salvación es de Jehová (2:9), debió pensar en la ciudad donde fue enviado.

III. CUANDO SE RECHAZA LA TAREA SE TERRAZA LOS PLANES DE DIOS

a. Y Jonás se levantó para huir… (vers. 3).

Encontramos varias reacciones al llamado de Dios en la Biblia. Observe el caso de Felipe, su obediencia fue inmediata (Hechos 8:26). Ananías el hombre que el Señor llamó para ir a Pablo y restaurarlo, fue  después de discutir con el Señor (Hechos 9:10-17). Saúl tuvo una obediencia parcial (1 Samuel 15). Pero note que Jonás tuvo una desobediencia deliberada.

El mensaje de este libro es el de un Dios de amor que corre, corre, corre… detrás de un hijo que se escapa, se escapa y se escapa. Un padre de amor que busca al hijo que huye de su presencia. Dios sabe que nunca vas a ser feliz fuera de  él.

Esta es la historia de Jonás. Un hombre en fuga. Primero lo vemos huyendo de Dios. Segundo tenemos a un hombre huyendo hacia Dios. Un hombre huyendo con Dios. Un hombre huyendo delante de Dios. Mis amados, el primer asunto que descubrimos en esta actitud del profeta fue que él no amaba a los gentiles.

Jonás poseía un nacionalismo que rayaba lo absurdo. Él, como muchos creyentes hoy día, piensan que ellos son los únicos salvos o que pueden salvarse, y al igual que Jonás se levantan para huir delante del Señor sin importarles que los hombres sin Cristo están camino al infierno y a su perdición.

b. Pagar el pasaje de la desobediencia (vers. 3b).

Jonás es la más elocuente testimonio del creyente de hoy. No sabemos si a él le habían pagado los viáticos para ir a Nínive como profeta del Señor. Pero lo que si sabemos ahora es que él pagó su propio pasaje de la desobediencia. Este hombre llegó a la conclusión que era mejor irse lejos para no saber del Dios que ahora lo está llamando para esta tarea.

Así que este hombre emprendió una fuga, aunque él no sabía, porque pensaba que Dios no salía de Israel, que en todas partes fue encontrado por Dios (Salmos 139:7-12). Es que no se puede huir de Dios. 

Y la historia de Jonás nos muestra por otro lado que tú eres lo más importante para Dios. Nadie es igual a ti. Este libro plantea la pregunta ¿hasta dónde se puede  huir delante del Señor?  ¿Por qué huyó para irse a Tarsi y no ir a Nínive?

El capítulo 4:2 nos da la razón de esta huida. Cuántas cosas se pueden perder cuando uno anda huyendo del Señor. Se huye de Dios cuando no le buscamos, ni por su palabra ni por la oración.

Se huye de Dios también cuando él nos ha comisionado y no cumplimos. Pero debe saberse que cuando se huye del Señor comienza un gran descenso. Huyamos siempre hacia Dios no de huyamos de Dios.

III. LA DESOBEDIENCIA A LA GRAN COMISIÓN TRAE SUS CONSECUENCIAS

a. Levantando el viento de Dios… (vers. 4).

Al levantar una tempestad comienza el proceso de reprender al siervo desobediente con el fin de llevarlo al arrepentimiento y la confesión. Nuestro Dios no acepta una negativa de parte de sus mensajeros. Él siempre toma la iniciativa para lograr la rehabilitación del rebelde.

¿Qué hizo para reprender a Jonás y hacerlo un siervo útil? Envió una tempestad. En el versículo 3 Jonás actuó y en el 4 Jehová es quien se puso en acción. Jonás pensaba que todo estaba bien. Su plan se estaba realizando hasta ahora bien.

La nave lo llevaría lejos de la presencia de Jehová. El viaje era muy placentero, pues Jonás dormía sin preocupación alguna, por lo menos así pensaba. “Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar”. Aquí tenemos un ejemplo del refrán que dice “el hombre propone, pero Dios dispone”.

La acción divina fue deliberada. El viento provocó una tempestad de tal magnitud que la nave parecía partirse en dos; así dice el original. Nuestra desobediencia levanta la tormenta.

Dios no dejará que sus hijos permanezcan huyendo; él levantará alguna tempestad para que regresen. No pasemos por el costo de nuestra desobediencia. No huyamos de Dios, sino pidamos que nos ayude a ir y obedecer.

b. Quebrando nuestra cómoda embarcación (vers. 4b).

El pecado atonta y tenemos que hacer caso, no sea que, en cualquier momento, nuestros corazones sean endurecidos por lo engañoso de ellos. ¿Qué quieren decir los hombres con eso de dormirse en el pecado, cuando la palabra de Dios y las acusaciones de sus propias conciencias les advierten que se levanten y clamen al Señor si quieren escapar de la miseria eterna?

¿No debiéramos advertirnos unos a otros para despertar, levantarnos, clamar a nuestro Dios, si Él quisiera librarnos? Si alguna tempestad se ha levantado en nuestras vidas es porque Dios no desea vernos “dormidos” en nuestra propia condición. Seguro que es hora de levantarnos. El pecado pudiera adormecer nuestras conciencias.

No permanezcamos en la misma condición. Levantémonos para el Señor. Dios utilizará sus medios naturales para hacer que volvamos al camino de la obediencia. Cuando el hombre no responde la naturaleza obedece. Dios nos quiere en el lugar correcto, no huyendo de él. Levantémonos de nuestra indiferencia.

CONCLUSIÓN:

El mensaje para nosotros es el mismo. El Señor nos sigue diciendo: “Levantate… ve… pregona”. Si nosotros no lo hacemos vendrá una inminente destrucción a un mundo por el que Cristo ha muerto. ¿Qué actitud tendremos? ¿Será la misma de Jonás?

El Dr. R. T. Kendall, pastor de la Westminster Chapel de Londres, ha escrito sobre este libro, lo siguiente: “El libro de Jonás es uno de los libros más relevantes para el tiempo presente.

En primer lugar, guarda analogía con la iglesia moderna… La iglesia es como Jonás, que pagó el billete para viajar en el navío que iba en dirección opuesta a la que Dios requería.

La iglesia ha gastado su energía, su tiempo y su dinero en las cosas que no debía. Al presente, la iglesia es como Jonás, que duerme a un lado del navío mientras el mundo es zarandeado en aturdimiento sin precedentes.

El mundo tiene miedo: la iglesia está durmiendo. El mundo hace preguntas: la iglesia no tiene respuesta”. ¿Qué haremos?

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA

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Julio Ruiz
Autor

Julio Ruiz

Pastor en Virginia en los Estados Unidos, con 42 años de experiencia de los cuales 22 los dedicó en Venezuela, su país de origen. Otros 9 años los dedicó a pastorear en Vancouver, Canadá y los últimos 9 años en Columbia Baptist Church en su ministerio hispano, donde estuvo hasta agosto del (2015). A partir de octubre del mismo año (2015) comenzó una nueva obra que llegó a constituirse en iglesia el 22 de mayo de 2016 bajo el nombre de Iglesia Bautista Ambiente de Gracia en la ciudad de Burke, Virginia. El pastor Julio es Licenciado en Teología y ha estudiado algunas cursos para su maestría en Canadá. Además de haber sido presidente de la convención bautista venezolana en tres ocasiones, también fue profesor del seminario teológico bautista. El pastor Julio por espacio de unos 18 años publica sus sermones y artículos por estos medios. Es casado con Carmen Almera Ruiz y tiene tres hijas y una nieta: Laura, Oly, Sara e Isabella. Si usted quiere comunicarse con el pastor Julio, llámelo al (571) 251-6590.

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