La duda es un espíritu inmundo que quiere apartarte de Dios y sus propósitos.
El objetivo de la Duda es arrastrarte hacia un espíritu mayor a él que es la incredulidad. La Duda es la poca fe que uno puede tener. Veamos en Mateo 14:22-33 (Jesús anda sobre el mar).
Muchos de nosotros estuvimos a un paso de probar lo sobrenatural de Dios, así como grandes hombre de la fe en nuestras vidas, pero el que te hizo retroceder fue la duda. Cuando Jesús confronta a Pedro con esta verdad “Hombre de poca Fe”, no es para humillarlo o señalarlo negativamente, lo hace para evitar que caiga en algo peor que es la incredulidad.
Veamos que se dice de la incredulidad; y la incredulidad es la falta de Fe, este es el punto más crítico porque es el exterminio de la Fe y como consecuencia el que tu no entres en el Reino.
La incredulidad es el resultado de un corazón endurecido, y una de esas formas es por tanto dudar (Hebreos 3:7-12). Dios sigue insistiendo que no endurezcas tu corazón, ¿Por qué? Porque Él sigue hablando, pero la duda ha hecho que nuestros oídos mengüen porque se ha encargado de disminuir tu Fe.
Pero no se detiene ahí… va por más.
Hebreos 3:15-16 “…entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. 16 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés?..”.
Vieron la Gloria de Dios y luego dudaron sobre su promesa, y esta duda los arrastró a algo peor.
Hebreos 3:17-18 “…¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?..”
Ver. 18 Te apartará del reposo de nuestro Señor.
Hebreos 3:19 “…Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad…”.
El texto dice a CAUSA DE INCREDULIDAD. Quiere decir que está implicado no algo sino alguien.
Muchos cristianos víctimas de esta estrategia de demonios llegan al punto de confesar que “Dios no existe”, “Dios no me ama”, “Dios ya no me perdona. Y por eso ya no le puedo seguir… Bendito sea el Padre que envió a su hijo, y dijo:
Juan 8:36 “…Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres…”.
Somos salvos y libres. Usted y yo podemos tener ahora mismo el acceso por medio de la sangre de Cristo a esta libertad.
© Héctor Ulloa. Todos los derechos reservados.
excelente a veces escuchamos la voz de Dios y dudamos hasta pensamos que enloquecimos
Que Dios los siga usando grandemente en esta obra para que muchas almas lleguen a los pies de Cristo, amén
Excelente explicación. Dios lo siga usando y así pueda seguir compartiendo la sabiduría de Dios con nosotros. Bendiciones