Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: Victoria total
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: 2 Crónicas 20:1-30
Introducción
Estamos frente a un relato fascinante, una palabra en extremo poderosa.
Josafat fue uno de los pocos Reyes de Judá que hizo lo recto delante del Señor, solo fue amonestado por haber dado ayuda a Acab su suegro, Acab era rey de Israel, hombre muy malo el cual se había casado con Jezabel una sacerdotisa del dios baal.
Josafat le ayuda a Acab y en esa batalla muere este rey pero Josafat sale bien librado pero un profeta le amonesta y le dice has ayudado a un enemigo del Señor, has brindado ayuda a alguien que aborrece al Señor. Esto ha sido mal visto por Dios.
Pero a pesar de eso a Josafat se le dice que se le han visto cosas buenas, porque a quitado a los ídolos y ha dispuesto su corazón para buscar al Señor.
La batalla
De un momento a otro se levantan unas naciones a pelear contra este rey, la Biblia dice que era un ejército numeroso.
Era tan numeroso que atemorizó al rey y al pueblo también, si les atemorizó debía ser porque eran muchos más que ellos, en unos capítulos atrás nos dicen que el número del ejército que tenía Josafat sin contar a los que tenía en las ciudades era de 1.600.000, o sea que los que venían contra ellos fácilmente debían doblarlos en número, se imagina una multitud de más de 3 millones sobre ellos, eso fue suficiente para llenarlos de temor.
Victoria total – Aplicación.
Es lo que siempre busca Satanás, llenarnos de temor, de miedo, de espanto, que nuestra mirada se desvíe del Señor y la coloquemos en eso que nos está atemorizado o causando angustia.
Bien lo dice el apóstol Pablo en 2 Corintios 5:7 que nosotros andamos por fe y no por vista. Porque con nuestra vista podremos estar viendo algo que nos atemorice como lo estaba viendo este pueblo, pero mi fe me debe servir para estar esperando ver un Dios moverse a mi favor.
Con la vista puedo estar viendo el problema que me angustia pero con mi fe puedo ver a un Dios que me saca del desespero.
Con la vista puedo ver la enfermedad, puedo ver la escasez y cuando veo esto me llena de temor, cuando veo con mi vista carnal me lleva a tener temor pero cuando veo con los ojos de la fe entonces empiezo a ver otra cosa, empiezo a ver un Dios obrando, un Dios que tiene el poder para sacarme de Dónde estoy pero necesitamos creerlo así.
La respuesta de Josafat (Victoria total).
Este rey está oyendo lo que le dicen, se puede imaginar ese ejército que viene, por un momento se atemoriza, por un momento siente la derrota que se le avecina, por un momento puede presentir el fin de su reinando.
Pero algo pasa, de repente dice la palabra que este rey se humilla ante el Señor, la Biblia dice que este rey comenzó a recordar todo lo que Dios había hecho por ellos en el pasado, no precisamente con ellos si no con sus padres y eso le basta para comprender que el Señor los puede ayudar.
Comienza a reconocer que ha sido Dios el que echo a todas las naciones que ocupaban Canaán y gracias a el ellos ocupan el lugar donde están porque es por la promesa hecha a Abraham que ellos están ahí, por la fidelidad de Dios.
Aplicación
Es en momentos como estos, es en estos momentos de necesidad, es en los momentos más difíciles de nuestras vidas que necesitamos confiar en el Señor, que al igual que Josafat recordemos lo que el Señor ha hecho por nosotros en tiempos pasados, en días atrás.
Es en momentos así difíciles que debemos aferrarnos a su palabra y llenarnos de ella reconociendo que así como el ha dado ayuda a su pueblo Israel a nosotros también puede ayudarnos, que así como ayudo a estás personas cuando todo estaba en su contra a mí también puede ayudarme así parezca que no hay salida.
Escuché hermano bien dice la palabra no solo de comida vivimos, también vivimos gracias a su palabra, únicamente cuando tú y yo hacemos de su palabra nuestro alimento entonces tendremos las fuerzas necesarias para vencer.
Eso fue lo que hizo este rey, este hombre recordó todo lo que Dios había hecho en tiempos anteriores y en eso se fortaleció. Es tiempo de volver a la palabra, es tiempo de creerla y vivirla hermanos.
La humillación.
Josafat no solo recuerda todo lo que el Señor había hecho en los tiempos atrás sino que también reconoce su debilidad, reconoce sus falencias, el sabía que no podría hacer frente a tan grande multitud.
Le dice a Dios, nosotros no tenemos las fuerzas para pelear contra tan grande multitud, no sabemos que hacer, a ti alzamos nuestros ojos. Se identifica con esto, momentos en que decimos no sé qué hacer.
Aplicación.
Que gran ejemplo este rey, bien lo dice la palabra que Dios atiende al humilde y mira de lejos al altivo.
Me parece estar viendo al Señor ocupado en sus asuntos, de repente hay dos personas necesitadas una de ellas a pesar que ve la falta de Dios cree que puede valerse por sí misma, se cree autosuficiente, busca de Dios pero confía en si misma, busca de Dios pero confía en sus capacidades.
Pero también hay otra persona, también muy necesitada, pero esta persona es diferente a la otra en algo, se mira así misma como que no tiene las fuerzas para levantarse, se ve así misma como alguien débil, busca a Dios y confía solo en Él, busca a Dios y cree que solo Él es capaz de ayudarle porque se mira así misma y no ve algo en ella que le pueda servir para salir de dónde está, solo ve a Dios.
En ese momento el Señor deja de hacer lo que está haciendo y de repente a la primer persona mira de lejos, no le pone cuidado, a pesar de que también está clamando, a pesar que también está pidiendo pero al mirar en su corazón altivez pasa de largo y se acerca al humilde, se acerca para atender al humilde, al que se mira como nada, al que no tiene confianza en sí mismo, si no que confía en Él.
Eso fue lo que hizo este rey, y eso captó la mirada del Señor, esto mismo debemos hacer nosotros, reconocer nuestra debilidad, nuestra limitación, pero de verdad hermano, sin Dios no somos nada, no es una frase de cajón, es una realidad.
La respuesta divina
Inmediatamente hicieron esto de reconocer su debilidad el Señor les da una respuesta, les dice no teman, no se amedranten, no es de ustedes está guerra, está guerra es mía.
No tienen que pelear, yo pelearé por ustedes.
Escuché, esta respuesta parece salida de contexto, ellos tal vez se hubieran imaginado que ellos debían pelear como lo habían hecho sus padres anteriormente, pero ahora resulta que Dios iba hacerlo por ellos, solo debían esperar y ver lo que Dios iba hacer.
Aplicación.
Tan grande fue su nivel de humillación ante el Señor, que Dios se decidió que pelearía en su lugar, solo tendrían que recoger el botín.
Nuestra humildad determina la victoria que tendremos, nuestra rendición ante Dios determinará su intervención en nuestras vidas.
En la medida que nos humillamos ante el veremos como el pelea por nosotros.
Muéstrenme un hombre humilde, muéstrenme un hombre que se cree débil en si mismo y yo les mostrare a un hombre por el cual Dios pelea.
El final.
Lo demás ya lo sabemos, el pueblo salió al otro día contentos, no preocupados por el enemigo, únicamente preocupados por alabar al Señor, no temían, solo alababan y Dios confundió a sus enemigos y se mataron entre ellos.
Se movieron únicamente para recoger el botín que había quedado, recordemos que cuando los ejércitos salían a la guerra llevaban cosas de valor las cuales tomaba el ejército que los vencía.
Aplicación.
Nada puede robarnos el privilegio de alabar al Señor, nada puede distraernos cuando alabamos a Dios, este pueblo fácilmente podrían haberlo hecho, el rey les dijo vamos a cantar y alabar y ellos decir ¿qué?
Pero ¿como no vamos a llevar las armas?, no, no vamos a llevar armas, solo vamos a cantar, y ellos estar cantando y pensando jumm este rey esta loco nos van a matar, ahí vienen nuestros enemigos pero de repente miran como se comienzan a matar entre ellos y al cabo de un rato todos habían sido destruidos.
Es fácil en medio del problema pensar en ellos y no concentrarnos en alabar a Dios, debemos hacer cómo estás personas, era duro lo que estaban haciendo, pero no sé distrajeron.
© Luis Ortiz. Todos los derechos reservados.
