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Contentamiento: un rechazo a la ambición y al conformismo

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: Contentamiento: un rechazo a la ambición y al conformismo

Introducción

En el sermón del monte Jesús advierte en contra del afán y la ansiedad. Él enseña que, si tenemos un Padre celestial que se ocupa de nuestras necesidades diarias, entonces para qué afanarse y vivir en extrema ansiedad. Obviamente, Jesús enseña a poner en orden nuestras prioridades. (Mateo 6:33).

El afán viene del término griego merizo, que significa «dividir en partes». La palabra sugiere distracción y preocupación con cosas que causan ansiedad, tensión y presión y que compiten con una vida dependiente de Dios.

El Señor reveló que muchas veces la verdadera causa de ansiedad en los creyentes es la poca fe; es decir, dudar sobre el poder de Dios y Su deseo de proveerle a sus hijos lo que ellos necesitan. “Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?” (Mateo 6:30).

Por otro lado, carecer de deseos de superación y no dar lo mejor de nosotros con esfuerzo, dedicación y trabajo, nos impide disfrutar la vida y proveer un mejor futuro para nuestra familia y la comunidad. En el discurso de despedida de Pablo a los ancianos de Éfeso él les dice:

Les he enseñado que deben trabajar y ayudar a los que nada tienen. Recuerden lo que nos dijo el Señor Jesús: bendice más al que da que al que recibe.” (Hechos 20:35 TLA). Y a los tesalonicenses les recuerda: “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.” (2 Tesalonicenses 3:10).

Ahora bien, el reto es cómo encontrar un balance entre estas dos tendencias. ¿cómo podemos anhelar superarnos sin que el afán de progresar nos aflija? ¿Cómo disfrutar lo que tenemos en lugar de codiciar o quejarnos por lo que nos falta? ¿Cómo no dejarse atrapar por el conformismo ni por la codicia? La Biblia tiene la respuesta, lo llama contentamiento.

Según el diccionario de la real academia contentamiento es la acción y efecto de estar contento, pero la Biblia profundiza aún más en su verdadero significado.

Contentamiento de acuerdo con la biblia es una satisfacción interior que no exige cambios en circunstancias externas, porque nunca depende de la posesión de cosas externas, más bien viene de una actitud interior ante la vida. Es la decisión de estar satisfechos con lo que tenemos, agradecidos con Dios por lo que vamos logrando en la vida.

A penas quiero significar tres pasajes bíblicos sobre este tema:

1. El escritor a los hebreos aconseja: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5).

El cristiano no puede ser víctima del amor al dinero (1 Timoteo 6:10), más bien debe disfrutar de lo que tiene en lugar de estar resentido por lo que se está perdiendo. Para el escritor a los hebreos el hombre de Dios debe sentirse satisfecho porque tiene siempre consigo la presencia y la ayuda de Dios. Nada que se le pudiera dar sería mayor riqueza.

2. Pablo expresa su agradecimiento a los cristianos de Filipos por la ayuda que ellos le enviaron, no que dependiera de ellas, ni que fuera su intención solicitar más ayuda.

Él les dice a sus amigos filipenses “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:11-13).

Pablo utiliza la palabra griega autarkés traducida contentarme, que significa “suficiente en sí mismo”, no en el sentido en que la usaban los estoicos.

Los estoicos eran filósofos que procuraban alcanzar la felicidad y la sabiduría prescindiendo de las comodidades, los bienes materiales y la fortuna, como una alta virtud el poder desprenderse de las circunstancias externas y el tener recursos en uno mismo para enfrentar cualquier situación.

El secreto del contentamiento de Pablo estaba en Jesucristo quien era el todo en su vida y quien le fortalecía en cada momento de su vida.

La experiencia de Pablo es un desafío para nosotros en este tiempo de tanto consumismo. Nunca nos lamentemos por lo que no tenemos sino démosle gracias a Dios gracias por lo que Él nos suple cada día.

Somos bendecidos por estar vivos, por tener ropa para vestir, trabajo que desempeñar, suficiente comida, tener la alegría de una familia, de amigos que nos rodean y sobre todo, tener a Cristo como Señor y Salvador de nuestras vidas.

3. Pablo aconseja a Timoteo que se aparte de los falsos maestros que tomaban el evangelio como una fuente fácil de hacerse rico (1 Timoteo 6:5). Y le dice “Por supuesto, la religión cristiana hace que nuestra vida sea mucho mejor, pero sólo cuando uno está contento con lo que tiene.” (1 Timoteo 6:6 TLA).

Pablo le da dos razones a Timoteo de porque el evangelio debe ir acompañado de contentamiento:

a. “Porque, cuando nacimos no trajimos nada al mundo, y cuando muramos tampoco podremos llevarnos nada” (1 Timoteo 6:7 TLA). Nada material hemos traído al mundo en el momento de nacer; nada podemos sacar de él en el momento de la muerte.

Los tres deseos de Alejandro Magno al morir. Que los médicos cargarán su ataúd, que regarán con sus joyas, la tierra por donde pasaría su ataúd, y que sus manos colgarán fuera de su ataúd. Entonces para que afanarnos.

Ante el infortunio Job dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá.” (Job 1:21).

Es interesante la conclusión que hace Jesús en la parábola del rico insensato: “Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche vienen a quitarte la vida; ¿y para quién será lo que has guardado?” (Lucas 12:20 RVC).

b. “Así que debemos estar contentos de que tenemos ropa y comida.” (1 Timoteo 6:8 TLA). Estas palabras de Pablo reflejan la enseñanza de Jesús cuando condena la avaricia y advierte sobre el afán y la ansiedad (Mateo 6:25-34; Lucas 12:22-32).

“ropa y comida o sustento y abrigo, representa lo básico que necesitamos para vivir. Y eso debe bastar para estar agradecidos; porque si tenemos que comer tendremos fuerzas para trabajar, y trabajando con diligencia y esfuerzo podremos superarnos, pues Dios también quiere darnos las cosas en “abundancia para que las disfrutemos”.

Pero la motivación no proviene de una ambición egoísta y personal, sino de un interés que incluye a los demás, a la familia, a los que necesitan ayuda y la obra de Dios. Porque las riquezas, la fama y el poder no son un fin, son sólo un medio.

Conclusiones

Pablo bendice a los filipenses con esta promesa: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19). Dios siempre suple nuestras necesidades materiales, emocionales y espirituales.

Hay una verdad que puede cambiar totalmente nuestra vida: “Dios y lo que Dios me da, es todo lo que necesito.”

© David N. Zamora. Todos los derechos reservados.

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