Los Hombres alrededor del Nacimiento de Jesucristo Parte 2: Simeón

¡Si una corona nos esta aguardando a nosotros que esperamos la venida del que vino, cuanto mas al que esperaba confiado y seguro la venida del que aún no había venido!

4. El Espíritu Santo estaba sobre él. (Versículo 25)

Nos deja claro a entender la salvación de este hombre. La relación existente entre el y su Dios. Es digno de notar el trabajo del Espíritu en el Antiguo Testamento. Primariamente el de escoger hombres para ponerlos a su servicio. Hombres que le aman. Hombres que le obedecen.

Es la frase clave al indicar cuando Dios estaba hablando por medio de alguien. No era simplemente un profesante, era uno que tenía una relación especial con Dios.

5. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo (Versículo 26)

Dios honró la convicción de este hombre. Dios le dio la capacidad de entender el significado de su Palabra. Recuerdo cuando Daniel estaba sumido en su dolor por entender la visión y le fue dada la iluminación.

  • Daniel 9:23Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy AMADO. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión“.
  • Daniel 10:11Y me dijo: Daniel, varón muy AMADO, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando“.
  • Daniel 10:19y me dijo: Muy AMADO, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido”.

Es al corazón que le espera, al hombre que se dedica a buscarle en oración y estudio de su Palabra que Dios escoge para revelarle sus motivos y acciones.

6. Y movido por el Espíritu (Versículo 27)

Aquí hay un pensamiento clave: No solo tenía una teología, el convirtió esa teología en acción.
Simeón entendió que Dios quería mostrarle algo y obedeció. Si estoy convencido que lo que hago es de Dios, debo buscar enfáticamente poner por obra lo que Dios me está revelando.

Leo que debo congregarme, no falto. Leo que debo predicar, hablo con todos los que puedo acerca de Jesucristo. Leo que debo andar en Santidad, pues procuro presentar mi vida a Dios cada día en sacrificio santo y agradable.

Es que viva lo que predico. No es que voy a ser perfecto, es que voy a hacer lo que digo. Voy a buscar ser coherente con lo que vivo. Simeón fue al templo. ¿Por qué? Porque su corazón le indicaba que debía estar donde Dios manda. ¿Nuestra vida se mueve con el Espíritu o contra el Espíritu?

Moverse acorde a como el Espíritu te mueve es muchas veces duro. Principalmente cuando basamos nuestras motivaciones en nuestros logros humanos. Pablo dice en torno a esto en 1 Corintios 9:24-27 “…¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado…”.

Deja que el Espíritu de Dios te mueva en las misiones, en tu asistencia al templo, en tus diezmos y ofrendas, en tu tiempo de evangelismo… en todo tu vivir.

7. Bendijo

eulogeo (εὐλογέω, G2127), lit: hablar bien de (eu, bien; logos, palabra; de allí el término castellano «elogiar»). Significa: (a) alabar, celebrar con alabanzas; de aquello que se dirige a Dios, reconociendo su bondad, con deseo de darle gloria a él (Lucas 1:64; Lucas 2:28; Lucas 24:51, Lucas 24:53; Santiago 3:9). Consagrar una cosa con solemnes oraciones, pedir la bendición de Dios sobre una cosa Simeón ejecuto lo que cada cristiano esta llamado a hacer en esta vida. Bendecir para dar testimonio del Dios odopoderoso al que servimos.

Lo hizo en la misma manera que Jesucristo haría unos 30 años después: Sirviendo a Dios sin olvidarse de los hombres. El primer y segundo mandamiento en acción.

a. A Dios

Somos adoradores. ¡Adoremos! Adoremos con nuestros labios, con nuestras acciones, en nuestros negocios, en nuestras casas. La adoración es una constante que debe ser una realidad en nuestras vidas.
Esa adoración debe ser verdadera. Esa adoración debe ser hecha en el espíritu. Debe salir de lo mas profundo de nuestro ser. Simeón bendijo a Dios… en su misma presencia.

¿Es nuestra interacción con Dios una de alabanza o simplemente vamos a Él a pedir? Ante las maravillas de Dios nuestra natural reacción debe ser una de adoración.

b. Y los bendijo Simeón

En este momento Simeón pasa de enfocarse primariamente en Dios a alabar el hecho de que Dios haya usado a esta mujer para esta gran obra. María pasa a ser el motivo de alabanza. Y le notifica que lo que va a ser de bendición para el pueblo va a ser de dolor para su alma.

Lucas dice que maría guardaba en su corazón todas estas cosas que estaban ocurriendo alrededor de su primogénito. Estas memorias sirvieron luego para que Lucas pusiera en orden su evangelio y nos lo legara a nosotros en la generación venidera.

Nuestra adoración a Dios, nuestras interacciones con Dios no tienen un sentido completo si no somos capaces de bendecir a los demás. Lo que hacemos como cristianos debe tener un impacto en las gentes de afuera, en los que nos rodean.

Puedo mirar aquí a los líderes. José y María eran los padres del Ser más importante, al que Simeón estaba adorando, sin embargo, Él toma tiempo para reconocerlos. Valora a los hombres y mujeres que Dios ha puesto para dirigirnos, enseñarnos, corregirnos y discipularnos. Muchos sufren para que tú seas bendecido.

Conclusión

Doy gracias a Dios por las enseñanzas que estos hombres nos regalan. Simeón tuvo un gran privilegio: Bendecir a Jesucristo. Solo vamos a dar lo que poseemos.

Solo con la presencia del Espíritu de Dios en nuestras vidas, podremos dar el fruto del Espíritu a los que nos rodean. Es en el mejor y más amplio sentido el Ministerio de la reconciliación. Bendecir a los demás con la presencia del Señor.

Que la presencia de Dios guiando nuestras vidas sea una realidad en nuestro diario vivir.

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Leer: Los Hombres alrededor del Nacimiento de Jesucristo – Parte 1: Los Magos

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