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Ten memoria

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Ten memoria

Predica Cristiana Lectura Bíblica: Cantares 8:5-7

Introducción

Como pastores vemos que la iglesia del Señor está tomando una posición de comodidad que la lleva a poner en riesgo la misma salvación, y esto ocurre porque no tenemos memoria de dónde nos sacó el Señor para traernos a su luz, y como no recordamos esto es que dejamos de darle la gloria a Dios por todo lo bueno que viene sucediendo en nuestras vidas.

Leamos la palabra de Dios

¿Quién es ésta que sube del desierto, Recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté; Allí tuvo tu madre dolores, Allí tuvo dolores la que te dio a luz. Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; Porque fuerte es como la muerte el amor; Duros como el Seol los celos; Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, De cierto lo menospreciarían”.

Muchos se relajan después que tienen la bendición que buscan

Parece que después de un tiempo los cristianos se acostumbran a que el Señor les cuide recibiendo bendiciones y dejan de lado su vida espiritual, creen que ya lo tienen todo y no se tienen que preocupar por nada más y cumplir con lo que el Señor les manda hacer: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criaturaMarcos 16:15

Reciben las bendiciones de la nueva vida, pero se olvidan de dónde los rescató el Señor, y eso no les permite valorar esta nueva condición, resultándoles igual cumplir que no cumplir con el Señor, y como son mas gratas las cosas y afanes del mundo se vuelven a éste.

La iglesia es la “sube del desierto, Recostada sobre su amado”

Somos cada uno de nosotros los que venimos del desierto de problemas y necesidades; son los creyentes los que subimos del pozo del pecado, y no los hacemos por nuestros méritos, sino porque aprendimos a recostarnos en los brazos del Señor.

Somos los cristianos que amamos al Señor y confiamos a pesar de las pruebas, pues sabemos que los que han salido en victoria “no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellosSalmo 44:3, son los que se han recostado sobre Jesús, y han confiado.

Hemos sido rescatado del pecado y un elevado precio ha sido pagado por ese rescate, “porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios1 Corintios 6:20, y es esto lo que nunca debemos olvidar; no debemos olvidar que caminábamos por los caminos de pecado del mundo y el diablo se encargaba cada día de ofrecernos más de lo suyo, más de su pecado para que no pudiéramos salir de él.

Pero hasta ahí llegó Cristo para mostrarnos su amor y despertarnos, y “el que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de CristoEfesios 4:10-12.

Fue el Señor el que nos hizo subir y que pudiéramos abrir los ojos a esa realidad, para que pudiéramos ver y disfrutar de la verdadera vida, “conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímosRomanos 13:11, pero debemos subir reconociendo el mal camino por el cual anduvimos, y que lo hemos logrado no por méritos propios sino los méritos son del Señor.

Quienes no creen en Jesús, al igual que muchos de nosotros hemos vivido bajo la sombra del pecado, pero quienes entregamos nuestro corazón al Señor, quienes nos recostamos sobre su diestra, podemos ver la verdad, y separarla del engaño que veníamos sufriendo.

Es allí en donde viene el acostumbramiento que nos hace adormecer al punto de olvidar que el apóstol nos dice: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblorFilipenses 2:12, y por esto es que nuestra vida debe ser un testimonio de Cristo, dentro de la iglesia pero mayor aún fuera de ella.

El enemigo trata siempre de mantenernos con sueño

Es por eso que vemos a muchos durmiendo cuando tienen grandes ministerios, o movimientos que se levantan predicando una gracia permisiva que considera a todo como lícito, como que no hay más pecado pues la gracia lo cubre todo.

Hablan de Jesús, pero son apostatas que solo hablan mentiras, “porque en la boca de ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjasSalmo 5:9.

También hay muchos que viven por las viejas glorias, hablan de todo lo que hicieron para el Señor y de cómo los usaba, pero ahora lo único que hacen es dormir sobre los recuerdos y para el Señor no hacen nada poniendo pretextos y justificaciones.

Otros viven en las palabras o profecías recibidas, y piensan que tendrán un ministerio floreciente y el Señor se glorificará en sus vidas usándoles tremendamente, el problema es que no hacen nada por avanzar, se e

Engañan recordando las promesas de Dios y eso les impide conquistar las bendiciones y desarrollar sus ministerios.

Muchos no se desarrollan por no reconocer al Señor en sus vidas, y esto lo reconocemos porque cuando una persona recibe a Cristo como su Señor y Salvador, entregando su corazón para que el Espíritu Santo gobierne en él:

nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo2 Corintios 5:17-18

Es allí en donde comenzamos una nueva vida disfrutando plenamente de bendiciones y gozo, libre de ataduras, y donde el Señor nos suple las necesidades y nos soluciona los problemas.

Es realmente una nueva vida, pero eso no quiere decir que nos olvidemos de donde nos rescató el Señor ni del precio que pagó, reconociendo que el autor de la transformación es solamente el Señor, que siempre fiel, estaba cumpliendo la promesa dada a su pueblo cuando dijo:

Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁÉxodo 6:6-8.

Si has aprendido a valorar todo lo que el Señor hizo por ti, no puedes quedarte bajo la sombra de las glorias pasadas; tampoco puedes buscar esos lugares que palmean el pecado o solo dicen lo que a ti te agrada para allí buscar la tranquilidad para tu espíritu.

Es tiempo que te sacudas, ¡¡DESPIERTA, NO DEJES QUE EL ENEMIGO TE MANTENGA DORMIDO!!; es tiempo de que cada uno de nosotros comencemos a servir en la obra de Dios, es tiempo de llevar la Palabra a aquellos que tienen tantas necesidades como nosotros teníamos cuando nos alcanzó Jesús.

Puede que desde tu nacimiento hayas permanecido bajo el pecado, pero hasta ese lugar llegó Jesús para rescatarte; a partir de allí has comenzado a transitar por nuevos caminos para cosechar bendiciones.

Para conquistar nuevamente a tu familia y a esa sociedad que te rechazaba al ver el pecado que moraba en ti; para vivir con una salud que ya nos es controlada por el hombre, sino que es Dios quien mantiene la normalidad; has comenzado a vivir una nueva vida donde se ha cambiado tu lamento en alabanza, tu tristeza en gozo, tu aflicción en alegría y tu necesidad en abundancia.

Ésta es tu realidad, pero recuerda siempre que fue Jesús quien pagó el precio del rescate, recuerda siempre que aunque quisieras, jamás lograrías los méritos necesarios para hacerlo por ti mismo, debes vivir reconociendo de dónde vienes; reconociendo que Jesús descendió hasta lo más profundo para que pudieras subir recostado en su brazo.

Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del SeñorEfesios 5:14-17; es tiempo de despertar a esa nueva vida, es tiempo de estar sano y feliz, es tiempo de abandonar la escasez para vivir en abundancia, es tiempo de servir a Cristo.

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

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