La Iglesia y el Espíritu Santo – Fuerza en Movimiento

IGLESIA,  LA ÚNICA FUERZA QUE MUEVE LA IGLESIA SE LLAMA ESPÍRITU SANTO.

No podemos pretender predicar el evangelio con la manipulación, predicándole a las emociones, Es el Espíritu Santo quien mueve a las personas al arrepentimiento y a la convicción de pecados.

Cuanto tiempo llevas tratando que un hijo tienda la cama antes de ir al colegio, que el esposo no deje los zapatos atravesados a la entrada del cuarto, que la esposa no deje el bolso botado en la mitad de la sala; o con los niños que dejan las medias en la mesa del comedor o sus zapatos…

No es posible con nuestras fuerzas, solo lo hace el Espíritu Santo.

Una vez la persona (papa, mama, hermano, hijo) reciba el toque del Espíritu Santo, no el suyo, esta persona no volverá atrás. Una vez reciba el toque del Espíritu, algo se accionará en ella y cambiará su curso, crecerá, será transformada.

2. LEY DE NEWTON. TODOS LOS OBJETOS QUE EN MOVIMIENTO ESTÁN VARIANDO CONTINUAMENTE SU VELOCIDAD, ADQUIEREN ACELERACIÓN.

El cambio de velocidad (aceleración o deceleración) de un cuerpo es producido por un desequilibrio entre las fuerzas que actúan sobre él. Esta aceleración o deceleración del objeto es directamente proporcional a la fuerza neta que actúa sobre él. En otras palabras si la fuerza no está equilibrada, el cuerpo no avanza constantemente, se estanca, se detiene, llega tarde.

Y esto me lleva a la palabra al texto de Eclesiastés 4:12Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!

Equilibrio de fuerzas: Sobre los cuerpos, siempre está actuando alguna fuerza. Pero su presencia no siempre es evidente. En ocasiones las fuerzas que interactúan sobre un cuerpo se contrarrestan entre sí, lo cual puede describirse como que “las fuerzas se anulan mutuamente y el cuerpo se encuentra en equilibrio”.

Efectos de una fuerza: Cuando las fuerzas actúan producen movimiento sobre algún cuerpo o pueden detener el movimiento. Sobre cada cuerpo actúan muchas fuerzas a la vez.

La iglesia universal necesita trabajar en unidad por un mismo propósito, al igual que como lo hace una familia. Cuantas veces se ha sentido echando en saco roto por que uno de los dos trabaja y trabaja y el otro gasta y gasta, sale a tomar, o fuma o en el billar. 

Y hablo también del otro lado, del de la mujer, que mantiene un tic compulsivo de compra de artículos de revistas. O los padres que trabajan y trabajan y los hijos pierden años, no aprovechan el colegio, no ahorran luz, agua.

Se frustra la economía y se estanca el movimiento de la misma y las metas.

Sucede lo mismo en la iglesia, si uno solo no hace su parte, se desequilibra el cuerpo. Si faltase el dedo pulgar el cuerpo no se sostiene. Lo dice 1 Corintios 12:21-22Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios

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