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Hablemos de Sanidad

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Hablemos de Sanidad

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Santiago 5:13-18

Introducción

Como cristianos debemos asumir que nuestra doctrina es Cristo céntrica, por lo tanto, debemos hacer lo que el Señor dejo establecido en Su palabra, y entre otras cosas, nos manda a sanar a los enfermos de la iglesia y al prójimo, sabiendo que esta doctrina es bíblica, por lo que tenemos que orar con fe para que sane nuestras enfermedades.

Dios puede sanar cualquier enfermedad

Dios puede sanar cualquier enfermedad, y para esto, lo primero que debemos hacer es orar con fe, aun sabiendo que puede no sanar la enfermedad como pasó con Pablo, quien oró tres veces y con fe, pero el Señor no lo sanó para que se manifieste la gracia de Dios, 2 Corintios 12:8-9, ya que Dios sana conforme a su voluntad.

La raíz de todos los problemas del mundo es que la gente tiene más interés en su bienestar material que en el espiritual, y dentro de las iglesias, el gran problema es la falta de fe en las promesas de la Palabra de Dios, de manera que consideran que todas las esperanzas son para un futuro lejano, sin tener en cuenta que la palabra de Dios ofrece ayuda efectiva y presente a quienes se atreven a tomarse de sus promesas.

Debemos saber que la sanidad divina es el cumplimiento de una profecía bíblica, vivimos en una época en la cual “ya está en acción el misterio de la iniquidad2 Tesalonicenses 2:7, y Jesús dijo que en los últimos tiempos “se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidosMateo 24:24, y el resultado es que muchos buenos creyentes no se dan cuenta de los métodos del diablo y son engañados por el disfraz de religiosidad.

Leamos la palabra de Dios

Santiago 5:13-18¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.”

La fe es vital para la sanidad

La fe es vital en la vida cristiana ya que es la única manera de conocer a Dios, por lo que “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscanHebreos 11:6, pero la fe debe ser nuestro forma diaria de vida, “porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe viviráRomanos 1:17.

Dios nos entregó una nueva tierra, la de bendición, y es una fuente de provisión que incluye sanidad para cualquier enfermedad que puedas tener, ya que “ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curadosIsaías 53:4-5

Es decir que la voluntad de Dios es que tengamos salud y que no estemos enfermo, por lo que la enfermedad se convierte en una oportunidad para poner a prueba nuestra fe, y experimentar la sanidad divina.

Dios es un Dios justo, pero no solamente de castigos y de ponernos en pruebas, Dios ante todo es nuestro Padre y quiere lo mejor para nosotros, por eso es necesario que sepamos que Dios nos ha dado una medida de fe y esa medida debe crecer como el grano de mostaza crece y se convierte en un gran árbol, así nuestra fe debe crecer y debemos aprender a vivir en la vida sobrenatural de Dios, como nos dice en Su Palabra: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma3 Juan 1:2.

Promesa de la sanidad

La promesa más antigua de la Biblia vinculada con la sanidad divina se encuentra en Éxodo 15:25-26Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador

Es muy claro que Dios quiere ser el médico de su pueblo, quiere ser responsable de cuidar y guardar a ese pueblo y se goza cuando nosotros venimos a Él y dependemos de Él para todas las cosas.

Ministerio de la sanidad

El Señor encomendó el ministerio de la sanidad primero a los doce, luego a los setenta, más tarde a toda la iglesia y finalmente a cada creyente en particular diciendo:

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el HijoJuan 14:12-13

“sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” Marcos 16:18

El Señor es el sanador para los que están dispuestos a poner por obra Su Palabra y todos sus mandamientos, para esos que oyen con cuidado Su Palabra, es decir, todo el que realmente se ha convertido al Señor, que anhela servirle a Dios de corazón y obedecerle en todo tiene una promesa: Quiere ser su médico, y con Él todo es posible, no hay limitaciones, no hay fallas, no hay engaño pues “si puedes creer, al que cree todo le es posibleMarcos 9:23.

Cuando leemos: “Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de tiÉxodo 23:25, vemos que las promesas no son para los pecadores, ni son para aquellos que no hacen nada para Dios, y que por lo tanto no le sirven al Señor, no es promesa del hombre, sino la promesa de Dios, de manera que todo aquel que tiene fe y sabe que está viviendo para Dios, que en oración se pone delante de Dios y abre su corazón, Dios tiene que cumplir eso, porque es palabra de suya y está obligado por Su palabra; si crees que estas bien con Dios, dile al Señor como el salmista: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad Y guíame en el camino eternoSalmos 139:23-24.

Santiago 4:16 le dice al enfermo que “Llame a los ancianos de la Iglesia…”, nos está diciendo que el enfermo es quien debe llamar a los ancianos, pastores o hermanos maduros en la fe, pues es bueno que oren los hermanos que mantienen una buena relación con Dios, es decir, aquellos que se han consagrado al Señor y Su obra.

Y sigue diciendo a aquellos que van a orar: “Oren por él, ungiéndole con aceite”, la indicación es: Oren por el enfermo, y únjanlo con aceite, pero siempre teniendo en cuenta que no es el aceite el que sana, sino el Señor, pues el aceite es un simbolismo de Su presencia.

Hagan esto porque “la oración de fe salvará al enfermo”, está hablando de la oración de los que oran, pues es necesario que quien lo haga este lleno de fe asegurando la llenura del Señor para que se derrame su presencia como aceite en la vida del enfermo.

Y otra clave es la confesión de los pecados, confesión al Señor, no a quien ora, pues no es por orar solamente que es sanado, sino por la confesión de sus pecados y orar con fe, sabiendo que el Señor sana y obra según su voluntad, por todo esto, es importante obedecer lo que nos pide el Señor en Su Palabra.

Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águilaSalmo 103:3-5

La sanidad divina

Si hablamos de sanidad divina, es necesario saber que Él perdona todas tus iniquidades, no importa el pecado que sea, llegas al Señor y te perdona, si setenta veces vienes arrepentido de corazón, esas veces tiene Dios que perdonarte, como nosotros tenemos que perdonar setenta veces siete.

Si te enfermas setenta veces siete, el Señor también te que sanará setenta veces siete porque el que llevó el pecado, también llevó la enfermedad, y si tienes fe, cuando le fallas, debes venir al Señor y decirle, perdóname, porque tenemos más fe para pedir perdón por el pecado que cometimos que para la sanidad.

Si cuando hay un pecado, venimos al Señor y lloramos, y el Señor nos perdona, ¿por qué cuando viene la enfermedad no vamos al Señor también y le decimos?:

“Bendice alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios” Salmo 103:2

Como diciéndole, no te olvides que eres el sanador de tu pueblo, que no te falte la fe, y escucha al Señor que te dirá:

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigoIsaías 41:10-11.

Cuando dejamos que Dios obre, Dios obra y sana de acuerdo a su soberana voluntad, por lo tanto debemos saber que el que tenga y crea en el don de sanidad puede orar y ver gente que es sanada, o no, ya que el don es un canal por el cual Dios obra o no, según su soberanía, por lo que nosotros debemos tener fe en Dios y esperar en Él, aun cuando no haya sanidad; lo importante es dejar que Dios obre y nuestra fe este puesta en Él, y eso hará que nos mantengamos creciendo y nuestra vida dependa de Dios.

El diablo viene a matar, a robar, y a destruir, pero Dios prometió, “completaré el número de tus días”, por lo que si estamos viviendo la vida que Dios pide somos dueños de esas promesas, si hay fe y estamos viviendo la Palabra, no hay poder del diablo que nos pueda robar lo que ha prometido Dios.

Isaías dice: “Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manosIsaías 45:11

Conclusión

Los que le sirven guardan Su Palabra y tiene que cumplírselas, ya que Dios está detrás de todas sus promesas para cumplirlas y no será tardo en poner por obra Su Palabra, es decir que esas promesas nos hacen creer a los que confiamos, que es nuestro sanador, y que no fallará; y atenderá al que está por morirse antes de tiempo.

Dios quiere que tengamos salud y bienestar integral, pero si envejece, tiene alguna discapacidad, o una salud plena, alabe al Señor, porque Él es soberano y obra para bien del creyente, pues:

sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bienRomanos 8:28

Por lo que es importante ser agradecidos a Dios por la vida y salud que nos da, y no solamente debemos buscarlo en la enfermedad, sino en la salud cuando estamos bien.

Jesucristo sanó de diversas maneras, porque en Su soberanía, Dios sana conforme a su voluntad, creemos en la sanidad integral en cuerpo, alma y espíritu,.

Por lo tanto, cualquiera que sea nuestro estado de salud, debemos tener una actitud de agradecimiento al Señor por darnos la salud apropiada, de manera que Dios sana por medios sobrenaturales, o con medicinas y médicos, pero en todos los casos no debemos olvidarnos de glorificar a Dios.

Y entre los creyentes debemos tener claro que el don de sanidad está sujeto a la voluntad de Dios, ya que es un medio de edificación de la iglesia y para que se glorifique el Señor de la iglesia y no el hombre.

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

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