La avaricia

Ricardo Hernandez

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Predicas Cristianas.. La avaricia

La avaricia

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Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: El pecado de la avaricia

Introducción

El Señor nos ha hablado respecto de qué son las bendiciones, y pudimos ver que no solo se trata de cosas materiales sino que hay bendiciones mucho más importantes, y son espirituales, y también debemos recordar cual es el sentido de la vida en cuanto al vivir con prosperidad, canalizando las bendiciones a través del servir en la obra del Señor, bajo la ley establecida por este al decir que “Más bienaventurado es dar que recibirHechos 20:35.

Avaricia – comportamiento de los pecados en el ser humano

Es así que cada vez  que vamos limando las asperezas de la personalidad que nos ha impuesto la vida en un mundo egoísta y consumista, nuestro espíritu brilla más, y es por eso que necesitamos descubrir el comportamiento de los pecados en el ser humano y en la sociedad, y uno de estos pecados que debemos conocer es la avaricia, ya que debemos entender lo que nos puede suceder, o sucede, en la vida diaria con este comportamiento equivocado respecto de la prosperidad o bendiciones de Dios, sean materiales o espirituales.

El pecado de la avaricia se relaciona con una obsesión en la forma vivir respecto de la prosperidad que el Señor puede darnos, por lo que la avaricia sería la formación y sostén de la idea equivocada de uno mismo, considerando que nuestro mundo funciona a través de los logros tangibles y palpables.

Pero propios, que llevan a la confusión y desequilibrio de los seres humanos, de manera que si no se dan cuenta que existe otro sentido de la prosperidad en Dios, se quedan atrapados en el mundo, aunque asistan a la iglesia, creyendo que este es el sentido de la vida de prosperidad que el Señor desea para sus hijos.

Predicas Cristianas.. Texto de la Predicación 

1 Timoteo 6:6-12Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”.

Los valores cristianos

Una de las enseñanzas básicas del cristianismo, son los valores cristianos, y se podría decir que son universales, como son las leyes universales de lo bueno y lo malo; como hijos de Dios, algo que debemos tener presente al ir construyendo nuestra vida de valores cristianos como son la verdad, la integridad, la honestidad, el amor y la fe, por nombrar algunos.

Y sabiendo además, que sin la base de los valores cristianos se crea un desequilibrio que nos impediría vivir en comunidad con los demás creyentes, y es por esta razón que desde niños debemos enseñar a nuestros hijos ciertos valores y principios, sabiendo que no se puede predicar aquello que no se practica, ya que:

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezasMateo 6:24.

Avaricia antivalores o pecados

En la Biblia encontramos valores y principios, y los antivalores o pecados, como es la avaricia, que es muy grave porque a través de ella se cometen muchos otros pecados, ya que es un pecado que puede ser origen u ocasión de otros como la desobediencia, el egoísmo, la envidia, el engaño, llegando hasta la traición de los personas más cercanas, y basta como ejemplo el caso de Judas que entregó a Jesús por una monedas, entonces:

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazónMateo 6:19-21.

¿Qué es la avaricia?

La avaricia es el deseo desordenado y excesivo por la riqueza, y su especial malicia está en conseguir dinero, propiedades, y demás, con el solo propósito de vivir para eso, no entendiendo que estas cosas son sólo los instrumentos que el Señor emplea para evaluar la conducta de una vida, debido a la condición especial en la que cada uno es colocado al recibir a Cristo en el corazón.

Resultando que a menudo esa avaricia se muestre como una virtud bajo el pretexto de ahorrar para el futuro, mientras que “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se veHebreos 11:1, y “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscanHebreos 11:6.

Esto significa que si tu no haces cosas por fe, no puedes agradar a Dios, y lo único que necesitas para que te vaya bien en todo, es mantener a tu Dios “agradado” y para eso debes moverte en fe.

La avaricia podría describirse como la necesidad constante de adquirir posesiones, especialmente las de tipo material. Pero que también se puede manifestar en lo espiritual al no compartir lo que el Señor nos da en lo espiritual, aun cuando la Biblia nos dice: “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de graciaMateo 10:8.

La avaricia no presenta ningún lado positivo, como sí podría haberlo en la ambición, pues se relaciona con un deseo obsesivo sobre el objetivo que se ha dispuesto, siendo señalada como una de las características típicas de las sociedades capitalistas en las que el progreso social está marcado a partir de la riqueza y de los logros materiales, dejándose de lado el aspecto espiritual que tienen las bendiciones del Señor, pudiendo incluso estar dirigida a la obtención de poder y de lugares de jerarquía desde los cuales hacer las cosas a su gusto y sin límites.

Diferentes tipos de avaricia

Existe avaricia por el dinero cuando lo anhelamos con propósitos personales, y no para cubrir nuestras necesidades, es por esto que muchos quieren dinero para ganar prestigio social, altas posiciones, etc, entonces….., como cristianos, es necesario que descubramos dónde termina nuestra necesidad y dónde comienza la avaricia.

Existe avaricia de poder cuando queremos resultados rápidos, es por eso que muchos andan de iglesia en iglesia buscando poder, pero generando una mente cada vez más inestable, y “el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminosSantiago 1:6-8, por lo que van siempre sufriendo, siempre anhelando poder, pero sin conseguir jamás nada, ya que lo inestable no puede jamás comprender lo estable, permanente y divino que es en Cristo.

Abandona la avaricia

Quien quiera trabajar en la obra de Dios debe abandonar primero la avaricia; el albañil que es avaro abandona la obra cuando encuentra en su camino otra obra que le parece mejor y que logrará algún rédito, aun cuando ésta sea realmente de tinieblas.

De la gran obra de Dios se retiran los avaros, por lo que muchos son los que comienzan el trabajo, pero pocos los que lo terminan, “el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidosMateo 22:13-14.

El avaro es básicamente dominado por el miedo, siempre guarda por si pasa algo negativo en su vida, y crea a su alrededor una mentalidad mezquina.

La mente mundana se compone de miedo, avaricia, individualismo, escasez y tendencia al control, pero la nueva mente en Cristo nos enseña que en este momento es necesaria la obediencia, la armonía, y sobre todo, la paz.

En lo espiritual, nos encontramos el caso de personas que anhelan el poder, y tratan de llegar a él de cualquier forma, entonces se rodea en un mundo en el cuál están los otros pecados, ahí el amor y la obediencia no existe, pues el dinero ha dejado el corazón de lado, dejando de ser un aliado para ser un enemigo, por lo que se ve la mezquindad al no querer perder lo que se tiene y se ha ganado, pues se olvida que todo lo que tiene proviene de Dios.

Ahora…., cuando desde lo cristiano se habla de progreso, ¿debe entenderse progreso exterior o interior? Pues parece que el interior y lo exterior son excluyentes, y lo son cuando intervienen las valoraciones mundanas por sobre las espirituales, y esta es una forma de avaricia disfrazada de consumo, creando necesidades que no son reales para el común de las personas para no dar cumplimiento a lo que espiritualmente se nos está pidiendo.

La prosperidad es sentirse y actuar de acuerdo con la prosperidad del Señor, y esta sintonía espiritual tiene una relación inmediata con la abundancia, pues el mundo fue creado con infinitas posibilidades y oportunidades para el hombre. Reconociendo así que:

dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; …. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comerGénesis 1:26-29.

La prosperidad está compuesta de tres palabras claves que unidas hacen un equilibro fundamental para ser prospero, riqueza, salud y amor, y se trata más de un estado mental pues no se depende del dinero para comenzar a ser prospero.

Sino que todo depende de nuestra entrega a Dios y la obediencia a su guía, y para llegar a ella tenemos que cambiar nuestros procesos mentales para basarlos en nuestras actitud frente a la Palabra de Dios, cambiando el concepto errado que tenemos frente al dinero.

Cuando consideramos la prosperidad como un estado de Dios, y que como tal necesita ser alimentada a través de una relación fluida con el Señor en obediencia, los nuevos pensamientos comienzan a manifestarse.

Muchos son educados con la idea de  dar el diezmo, pues esta enseñanza sale muchos pasajes de la Biblia por la importancia de dar. Pero a diferencia de lo que hemos aprendido, el diezmo no es una obligación, sino que es un requisito básico para mantener la relación con el Señor a través de la obediencia, y de esta manera nos aseguramos no interrumpir la prosperidad, ya que dar el diezmo significa devolver al Señor parte de lo que hemos recibido para mantener el flujo de las bendiciones que de Él provienen.

Conclusión

En toda semilla está la promesa de miles de bosques, pero la semilla no debe ser acaparada, debe dar su simiente al suelo fértil, a través de su acción de dar su energía invisible fluye para convertirse en una manifestación material.

Pero si al dar sentimos que hemos perdido algo, lo dado no ha sido entregado en realidad de corazón y no generará abundancia, ya que al dar y al recibir lo más importante es la intención, ya que “porque Dios ama al dador alegre2 Corintios 9:7.

Lo que te pertenece, material o espiritual nunca se perderá si lo cultivas, si lo alimentas a través del amor a Dios y la obediencia, la avaricia no es más que las carencias de alguien que busca algo y no lo encuentras dentro de sí mismo, entonces lo busca afuera, entonces:

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

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Autor

Ricardo Hernandez

Servidor de nuestro Señor Jesucristo. Entregue mi vida a Cristo hace más de 20 años, y me gusta compartir los mensajes cristianos que Dios pone en mi corazón.

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