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Cuando Dios abre, ¡Nadie cierra!

Predicas Cristianas | Estudios Biblicos

Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre dice estoApocalipsis 3:7

INTRODUCCIÓN:

Un cierto hombre de negocios muy prominente de Nueva York, perdió una gran parte de su caudal en la bolsa y decidió irse al estado de California a empezar un pequeño negocio con lo poco de capital que le quedaba. Compró algunas hectáreas de terreno y después de muchos trabajos logró ponerlo en condiciones para sembrarlo. Para poder irrigarlo tuvo que hacer un canal en la construcción del cual se le fue todo su dinero. Uno de tantos días, vino una tempestad que le inundó todo el terreno y desbarató completamente el canal que estaba en construcción.

Todos lamentaban la pérdida total de aquel hombre y él también. Por un momento de desesperó; pero, ¿cuál no sería su sorpresa cuando el agua bajó y notó que había abierto un hoyo profundo, encontrando una riquísima veta de oro completamente descubierta? Así pues, lo que todos habían considerado como una calamidad se había vuelto en salvación. ALELUYA!

Con esta ilustración quiero dar inicio a mi sermón con el firme propósito de revelar a través de las escrituras, que el propósito de Dios se cumplirá en ti, para lo cual él te ha diseñado.

El Señor cumplirá su propósito en mí; eterna, oh Señor, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos.(Salmos 138:8).

Me propongo animarlos a volver a comenzar, si creen que no pueden lograr sus objetivos, sus propósitos, si creen que no pueden lidiar con sus matrimonios, si creen que las deudas los atormentan, si creen que han fracasado, que no hay salida, vuelvan a empezar, no se den por vencidos!

En este sermón lo dividiré en tres principios esenciales, que creo los llevaran a levantarse de la pesadilla en las que muchos han vivido, a través de los años. Soy de los que creen que es posible, que se pueden construir sueños, uno a la vez, sin detenerse sin mirar al pasado.

1. Principio: procesados para volver a empezar.
2. Principio: la ayuda viene de arriba.
3. Principio: la puerta se abre.

1. Procesados para volver a empezar.

Las escrituras dan luz de los diversos procesos que pasaron los hombres de Dios y aunque fallaron, aunque cayeron, aunque dudaron, nunca se rindieron.

En los estudios bíblicos basados en el libro de Jueces encontramos la historia de Gedeón, quien fue escogido por el Señor para librar a su pueblo de los madianitas, que los extorsionaban, y los despojaban de sus alimentos. (Jueces 6:2-5). Los madianitas oprimieron a Israel, y para librarse de ellos, los israelitas se hicieron escondites en las cuevas de las montañas, en las cavernas y en los lugares escarpados. 3 Cada vez que Israel sembraba, venían los madianitas, los amalecitas y los Orientales, y los invadían. 4 Acampaban frente a ellos y destruían los productos del suelo hasta los confines de Gaza. No dejaban víveres, ovejas, bueyes ni asnos en Israel, 5 porque subían con su ganado y sus tiendas de campaña, y eran numerosos como langostas. Tanto ellos como sus camellos eran incontables, y entraban en el país para devastarlo. 6 Israel quedó muy debilitado a causa de Madián, y los israelitas clamaron al Señor.

Tremenda tarea para un hombre común, sin ninguna experiencia, ni nada por el estilo, CON UN EJÉRCITO PEQUEÑO.. Se enfrentaría a un ejército atroz y sin misericordia, además de numeroso.

De inmediato lo embarga la duda, al igual que la gran mayoría de los hombres de Dios de esa época y pasadas. Y se le ocurre la idea de probar con algunas señales, si en verdad era Dios que le hablaba. similar a mucho de nosotros los creyentes en Cristo que viendo la realidad, la misericordia de a Dios nuestro favor, dudamos y nos convertimos en personas de doble ánimo. Lo que da pie a nuestra pérdida de esperanza, en el que dijo que iba a abrir puertas a nuestro favor, y créanme que en medio de cualquier circunstancia él las abrirá. Números 22:19.

Los estudios bíblicos y predicas cristianas no enseñan que Gedeón no se rindió, las señales fueron contestadas, y eso dio paso a su gran victoria con solo 300 hombres. ¡Aleluya!. Dios abrió las puertas y el enemigo por medio de ese pueblo hostil, no pudo cerrarlas. Lo que significa que habrá personas que te querrán detener, que te pondrán escollos de envidia, para que tropieces y te quedes en el suelo, pero se equivocan, no hay puertas que Cristo abra que alguien las cierre. Escúchame bien no las hay, no las ha habido, ni la habrá.

En los estudios bíblicos y de las predicas cristianas aprendemos que en una ocasión el profeta Elías estaba pasando por un proceso de persecución por parte de Jezabel y Acab, el propósito de ellos era matar a los profetas de Dios, e imponer el orden idolátrico en esa nación. 1 Reyes 18:13 ¿No ha sido dicho a mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehová; que escondí a cien varones de los profetas de Jehová de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los mantuve con pan y agua?

Pero Elías tenía autoridad de arriba, y desafió a los baales que imperaban en ese reino, y fueron derrotados los 450. Dando por sentado que la autoridad que posee un hombre de Dios es superior a la del hombre común. Elías oró para que no lloviera y no llovió, oro para que volviera la lluvia y llovió de nuevo. Por la palabra de su boca, era un hombre que tenía la autoridad, de abrir las puertas que Dios había abierto a su favor y lo hizo, y ni Jezabel, ni Acab, ni ningún dios baal, pudieron cerrarlas, ¡santo!

Los estudios bíblicos y predicas cristianas nos enseñan que Moisés pensó en un momento que todo estaba perdido al ser desterrado al desierto, que iba a morir, que no iba a ser capaz de libertar al pueblo que Dios le había encomendado libertar, sufrió dificultades, hambre sed, calor incesante, todo estaba perdido, no había esperanza, estaba derrotado. Pero Dios le dio fuerza donde no había, lo levantó volvió en sí y se convirtió en el líder absoluto de Israel, hasta hoy. Las puertas se abrieron y ninguna dificultad, ningún Faraón ni ningún desierto, pudo cerrarla.

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