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El Dios que provee

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: El Dios que provee

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: “En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.” (Salmo 23:2).

Introducción

Estamos llegando al final del año y estoy seguro de que la mayoría hemos tenido experiencias positivas y/o negativas. Ya sea en el orden laboral, familiar, financiero y de salud. Pero a pesar de lo que hayamos experimentado podemos decir que Dios ha sido y es bueno. Él ha extendido su mano para sostenernos y mantenernos en pie y caminando.

Quiero invitarte a que alcemos nuestros ojos al cielo, nuestras manos y nuestra voz y en esta jornada de Acción de Gracias, démosle gracias a Dios porque todo se lo debemos a Él. Como dice Marcos Yaroide: Todo se lo debo a Él. Mi vida y sustento; Mi fuerza y esperanza; Todo se lo debo a Él.

David nos inspira en el Salmo 23 a reconocer que toda provisión viene de Dios. Que todo se lo debemos al Señor que es nuestro Pastor. La mayoría de las versiones más recientes, traducen la expresión “nada me faltará” (RVR1960) del versículo 1, como un presente afirmativo: “nada me falta”.

A penas dos verdades quiero compartir con ustedes del versículo dos de este precioso salmo que nos inspira a reconocer que Dios es la fuente de todo lo que tenemos.

I. EL SEÑOR PROVEE DESCANSO

«En campos de verdes pastos me hace descansar» (Salmo 23:2 RVC)

David dice que entre las cosas que Dios provee es “descanso”. A Dios le interesa que sus hijos descansen, que recuperen sus fuerzas, tanto físicas, como emocionales y espirituales, y que aprendan a descansar en Él.

De acuerdo con las estadísticas, el insomnio o la falta de sueño (de descanso), aflige a más de 70 millones de americanos y es la causa de unas 38 mil muertes cada año.

Imagínese que el insomnio impacta al 50 % de la población superior a los 65 años en EUA. Y se dice que en EUA se duerme sólo 6,5 horas por término medio. América no duerme. Tenemos la mente y el cuerpo cansados. Pero lo peor, tenemos el alma cansada.

Es que los seres humanos no acabamos de aprender que si la creación no sucumbió cuando Dios descansó, es seguro que no sucumbirá si nosotros descansamos. Hermanos no es nuestra la tarea de hacer funcionar al mundo ni de cambiar a la gente, eso le toca a Dios. (Éxodo 20:11).

Cuanta gente piensa que van a descansar cuando los hijos crezcan o cuando se casen. Otros cuando compren una casa, un carro o cuando le suban el salario. Sin embargo, no es así. La mayoría de los que me escuchan están convencidos de que no son las cosas materiales las que traen descanso (reposo) a la vida y al alma de los hombres.

David, siendo rey de Israel, pudo tener todo lo que necesitaba. Disponía de cuanto quería. Podía satisfacer todos sus deseos y sus gustos. Sin embargo, él dijo: “Puesto que el Señor es mi Pastor, tengo cuanto necesito. Me da descanso en buenos pastos…” (ATBAD).

Un consejero nos puede consolar en la tormenta, pero sólo Jesús tiene el poder para calmar cualquier tormenta. ¡JESÚS vino a darnos descanso de esas cargas que son imposibles de llevar! Su presencia nos conforta, consuela, aquieta y calma. Ningún ser humano tiene la capacidad de llevar las cargas de otros. Nadie tiene la capacidad de comprender al ser humano como Jesucristo.

Él Señor ofrece descanso al que está fatigado y cansado. Él lanza esta invitación: “Vengan a mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar.” (Mateo 11:28 NTBAD). El Señor no ofrece un escape del trabajo intelectual o manual.

El Señor no está alimentando la pereza o la falta de responsabilidad laboral. El Señor lo que está ofreciendo es liberarnos del temor, de la ansiedad, de la incertidumbre y de la falta de sentido en la vida. Él nos llama a reconocer nuestra necesidad y que aprendamos a depender de ÉL (Mateo 6:33).

Nuestra vida y sustento, nuestra fuerza y esperanza, nuestra casa y familia, todo se lo debemos a Él. Démosle gracias a Dios por que Jesucristo ha provisto descanso para nuestras almas y ene l somos confortados, fortalecidos, renovados y entrenados para enfrentar las batallas de la vida.

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