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Y seremos bendecidos

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Y seremos bendecidos

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Hageo 2:18-19

Introducción

Después de haber retornado del cautiverio en Babilonia, los judíos se enfrentaron con muchos problemas al intentar reconstruir el templo, no importa cuánto se esforzaban, no tenían éxito, no eran bendecidos, y cada vez que creían que estaban saliendo de los problemas, se daban cuenta de que en realidad estaban retrocediendo.

Ahora, el día que volvieron a construir la casa del Señor, todos esos problemas desaparecieron y el Señor restableció Sus bendiciones. ¿Cuál es la lección? Que Dios quiere levantemos Su casa primero, especialmente en tiempos de lucha.

¿Qué fue lo que te motivó a venir al culto hoy?

Has pensado ¿qué fue lo que te motivó a venir al culto hoy? ¿Con qué propósito llegaste?. Déjenme decirles que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros.

El ser parte del edificio, la casa que Él habita, y que es mucho más que el tabernáculo y aún del templo de Jerusalén.

Quizás uno llega cansado, preocupado por algún problema, o pensando en otros temas. Pero es necesario que despejemos nuestra mente, y alineemos nuestro corazón a lo que Dios quiere hablarnos en este día. Dios quiere bendecirte.

Antes de reedificar la casa de Dios, debemos primero buscar la causa de la esterilidad. El muro de Jerusalén estaba en ruina. Pero el hecho de que había sido destruido a causa de sus pecados, no había sido considerado.

Y durante muchos años, Dios, por amor, les había advertido de la situación por medio de sus profetas. Pero con todo, siguieron desobedeciendo indiferentes a lo que les sucedía.

Esterilidad y falta de ser bendecidos entre los creyentes

En estos días vemos esterilidad y falta de bendición entre los creyentes, porque se endurecen en seguir las costumbres, y las prácticas de los hombres, en vez de obedecer a la Palabra de Dios. Fallan al no reconocer que esto es la raíz del mal.

Cuando un hombre quiere construir una casa sólida, tiene que echar un cimiento sólido. Y como el Señor ha dicho, si edificamos la casa sobre la roca, no caerá cuando vengan los vientos, las tormentas o las inundaciones.

El problema es que muchos olvidan esta regla y tratan de construir la casa de Dios sobre sobre cosas que no tienen el apoyo en Dios, y por eso vemos que todo se derrumba. En otras palabras, no son bendecidos.

La condición actual de muchos creyentes es muy parecida a la de Israel en tiempos de Nehemías.

Existe una esterilidad porque no han dado el lugar que le corresponde a Dios en sus vidas, a su Palabra y a su casa. No han comprendido que solamente humillándonos, volviéndonos a Dios con un arrepentimiento sincero y honrándole de corazón con todas nuestras acciones, podremos obtener sus ricas bendiciones.

Nehemías, quien un siervo de Dios que creía en las promesas del Señor, se puso a orar y ayunar. Esta es la manera en que Dios comenzó a obrar en la vida de Nehemías y, por medio de él, muchos fueron movidos a trabajar en la obra de Dios.

Y en la historia del pueblo de Dios vemos que siempre Dios levanta a un siervo fiel, o a un pequeño remanente para comenzar de nuevo con su obra. Pues el Señor hace grandes cosas por su pueblo, aunque sea gracias a la fidelidad de unos pocos que creen en sus promesas, y cumplen con lo que Él les pide.

Fíjense que a pesar de que el rey Ciro había proclamado que todos los judíos podían regresar, muchos se quedaron en Babilonia porque no podían creer. Y si nosotros dejamos de creer y de reclamar las promesas de Dios, Él no puede obrar en nosotros y por medio nuestro.

Muchos afirman creer en la Biblia pero no son bendecidos

Muchos afirman creer en la Biblia pero no cumplen con lo que ella dice, y siguen sus propias costumbres humanas. No son bendecidos porque por un lado declaran confiar en Dios y, por otro, cuando necesitan dinero, ayuda en su familia, o en su trabajo, se dedican a pedirlo en cualquier lado menos donde el Señor ha establecido, que son los pastores y líderes espirituales.

Mucha gente proclama su fe en Jesucristo, pero cuando vienen las dificultades comienzan a llorar por los rincones, muy sutilmente hacen alusión a sus necesidades a otros.  A veces hasta en sus oraciones en voz alta, pero no son capaces de humillarse para pedir ayuda directamente.

En Nehemías no vemos eso, él no hizo ninguna petición a su rey terrenal, sino que antes oró a Dios. Y así dependía de Dios para cada palabra que dijera, ya que solamente por una entera obediencia a Dios y a su Palabra podremos ver a Dios obrando en nuestro favor.

Para ser bendecidos tenemos que deshacernos de la mente mundana

Aquellos que no han nacido de nuevo, mantienen una mente mundana, y aunque sean muy inteligentes, no tienen parte en la obra de Dios porque no han entregado su corazón a Él.

Comienzan obedeciendo a Dios, pero cuando las dificultades llegan prefieren poner su confianza en los hombres antes de confiar en Dios. Pero el pueblo de Dios no debe depender de los impíos y mundanos en ningún concepto.

Y lo que debemos entender es que no hemos sido salvados para construir una congregación o un grupo. Dios nos llama a edificar Su morada, una casa celestial.

ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” Efesios 2:19-22

Y esta casa no está hecha de ladrillos, piedras, barro o madera, sino que es una morada espiritual, eterna, y el privilegio de edificarla está fuera del alcance de la gente de mundo gobernado por Satanás, (1 Juan 5:19), pues ha sido entregado exclusivamente a los rescatados por la preciosa sangre de Jesucristo.

Para ser bendecidos debemos tomar parte en la obra de Dios

Todos deberíamos tomar parte en la obra de Dios, sin importar el origen, la educación, conocimientos, o experiencia. Pues lo que el Señor busca son corazones dispuestos a servirle a Él y permanecer en el orden establecido por Él.

Esta es la lección que debemos aprender, pues en la casa de Dios no podemos hacer por nuestra cuenta, sino que tenemos que hacer solamente la voluntad de Dios, realizar Su plan.

Para ser bendecidos tenemos que eliminar las costumbres

Ahora bien, para que la casa sea sólidamente edificada, primero tenían que quitar todos los escombros de su derrumbamiento, y muchas veces ocurre como en el momento en que se reedificaba el muro de Jerusalén y decían: “Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muroNehemías 4:10

Y acá hablamos de las costumbres, tradiciones y prácticas humanas. Pues si queremos que la obra de Dios sea sólida en nuestras vidas, debemos quitar esos escombros a fin de no caer en la hipocresía de los “…los fariseos, y algunos de los escribas…” (Marcos 7:1-9) que Jesús decía . A menos que el escombro sea quitado, la obra de Dios no podrá establecerse según su Palabra, ni realizarse Su plan divino.

El muro fue terminado

Cuando el muro fue terminado, los impíos, incluyendo a los enemigos, tuvieron que reconocer que la obra había sido hecha por Dios. Y si somos fieles y consagrados en la oración y en la obra que el Señor nos ha confiado, perseverando a pesar de las luchas y pruebas que el enemigo nos ponga por delante, tal como Nehemías hizo a pesar de todos los ataques del enemigo, el Señor podrá utilizarnos para restablecer vidas arruinadas y hogares deshechos.

Y cuando la obra es llevada a cabo en nosotros, y a través de nosotros, hasta nuestros enemigos tienen que reconocerlo y no pueden menos que declarar, para la gloria de Dios, que el Señor lo ha hecho.

Conclusión

Las lecciones de la historia son muy claras. Quienes han bendecido a Abraham han sido bendecidos. Mientras que quienes lo han maldecido han sido maldecidos. Aun aquellas personas que niegan la existencia de Dios han notado lo que es una realidad.

Entonces, cuando los creyentes hacen un cambio de curso hacia el mundo, deberían preguntarse: ¿qué derecho tenemos de esperar algo más que un desastre? Y no es necesario ser profeta para predecir aún mayores desastres para los tiempos venideros si no volvemos nuestro corazón a Dios.

Si queremos ser bendecidos, es necesario que olvidemos todo lo demás cuando se trata del Señor, y solamente recordar una cosa. Dios ha reclamado tu corazón para Él.

Ninguna potencia terrenal es lo suficientemente poderosa como para disponer de un centímetro de ese corazón para dárselo a alguien más sin sufrir las consecuencias.

Recordemos siempre que el día que volvieron a construir la casa del Señor, todos los problemas desaparecieron. Ellos fueron grandemente bendecidos.

El Señor restableció volvió a derramar sus bendiciones en ellos. ¿Cuál fue la lección? Que Dios quiere que levantemos Su casa antes de preocuparnos por las cosas nuestras. Especialmente en los tiempos de luchas y pruebas, pues entonces SEREMOS BENDECIDOS.

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

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