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La obediencia

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Predicas cristianas predica de hoy: La obediencia

Predica cristiana lectura bíblica de hoy: Levíticos 26:3-8

La obediencia – Introducción

A lo largo de la historia podemos ver que una de las causas, por no decir concretamente “La Causa Fundamental”, por la cual los hijos de Dios no reciben la totalidad, o pierden las bendiciones, es la desobediencia. Es decir, la falta de cumplimiento a las órdenes o mandatos del Señor, en alguna de sus áreas.

El hombre destruyó la naturaleza divina y las bendiciones que Dios le había entregado en la creación. Pues “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creóGénesis 1:26-27

La naturaleza del hombre cambió

Luego dice la Escritura que “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás” Génesis 2:15-17

Tan grande desastre lo hizo a través de la desobediencia, ya que “vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” Génesis 3:6.

A partir de allí, la naturaleza del hombre cambió. La mala experiencia sufrida nos le fue suficiente y continuó desobedeciendo a los mandatos de Dios.

Él les hablaba, les daba instrucciones, les mostraba su amor a través de bendiciones, y a pesar de saber que nada bueno le produciría esto de ser desobediente, sino que por el contrario.

Solo perderían los beneficios que el Señor les podría brindar

A pesar de todo, hay quienes continúan siendo desobedientes o se comportan como niños caprichosos que tratan de que los demás hagan conforme a sus deseos. 

No vamos a hacer un recuento de todas las veces en que el pueblo de Dios le fue desobediente a los mandatos de Dios, ni de las muchas consecuencias que éstas desobediencias le trajeron. Pues para esto solo nos basta con leer la Escritura.

Pero lo que si vamos a rescatar de este caso y que deberemos tomar por experiencia, es que el Señor nos quiere bendecir en gran manera y con todo cuanto necesitamos. “porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáisMateo 6:8. Pero también, que todo lo podemos perder a consecuencia de nuestra propia desobediencia.

Trasfondo

En los tiempo de los patriarcas, la familia era la unidad básica en términos sociales y económicos. Por lo tanto, dentro de estos núcleos se llevaba adelante la educación.

Era así que se trasmitían a los jóvenes las experiencias y costumbres de sus mayores, que les servían a éstos jóvenes para lograr un crecimiento en lo social y económico, evitándoles la necesidad de pasar personalmente por un gran número de pruebas y necesidades que solo les causarían retraso en su avance y pérdidas en lo económico.

En el Sinaí, el pueblo de Dios recibió de parte de Dios, la obligación de transmitir a las sucesivas generaciones las leyes del pacto y las experiencias sufridas a fin de mantenerse como el verdadero pueblo de Dios.

pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santaÉxodo 19:5-6

Pudiendo así recibir todas las bendiciones, conscientes de que “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientosSalmo 111:10.

Como sacerdotes del Altísimo es lo que tratamos de transmitir al pueblo, para que todos aquellos que mantengan en su corazón la Palabra de Dios y permanezcan en el temor santo al Señor, también puedan ser bendecidos sin necesidad de pasar por esas malas experiencias que ya otros pasaron, y que solo les causaría un retraso en su ministerio, además de las consecuencias físicas o materiales que les podrían sobrevenir.

El pueblo de Dios de hoy

Pero resulta que en el pueblo de Dios, así como están los educados en Cristo y obedientes al Señor, también están quienes no actúan de la misma forma. Son como advierte Proverbios 1:7 pues saben que “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”, pero aún así, “Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”.

Estos son aquellos que cierran sus oídos a los testimonios de sus hermanos en la fe cuando hablan de cumplimiento, pero sienten envidia por sus logros y conquistas. Son aquellos que prefieren sufrir malas experiencias personales y todas sus consecuencias, pero no doblegar su propio orgullo al someterse a las enseñanzas.

Es así que “Hay generación limpia en su propia opinión, Si bien no se ha limpiado de su inmundicia. Hay generación cuyos ojos son altivos Y cuyos párpados están levantados en altoProverbios 30:12-13, y éstos deberían preguntarse: Si estoy tan bien, ¿Por qué no recibo bendiciones? O: Si hago las cosas como creo me las indica el Señor, ¿por qué no resultan en bendición?

La obediencia

La obediencia es el acto de cumplir con las órdenes o instrucciones de un superior. En el idioma hebreo “Shama” significa “Prestar oído, escuchar, oír”. Pero en algunas ocasiones se traduce como “obedecer”, entonces nos dice el Señor, “pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mandoGénesis 27:8.

Dios nos pide que obedezcamos Su voz pues desea bendecirnos. Lo que trae bendición es la obediencia a Dios, no las rebeldías de aquellos que han sido mal educado en las cosas del Señor.

Es por esto que el Señor nos dice:

Si obedecieres cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarásDeuteronomio 11:13-15. Este es el condicionante de la promesa de bendiciones.

La falta de obediencia

Dios envió juicio sobre Jerusalén a consecuencia de la falta de obediencia.

Dijo Jehová: Porque dejaron mi ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz, ni caminaron conforme a ella; antes se fueron tras la imaginación de su corazón, y en pos de los baales, según les enseñaron sus padresJeremías 9:13-14.

Siendo éste el caso de aquellos que cierran su corazón a las enseñanzas del Señor y hacen perdurar la soberbia o altivez que recibieron como enseñanza de sus mayores. Enseñanzas que luego vienen a transformarse en maldiciones generacionales.

Pues la desobediencia a Dios solamente trae maldición. “por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová tu DiosDeuteronomio 28:62.

Sublime ejemplo de obediencia

El sublime ejemplo de obediencia a Dios nos los entregó nuestro Señor Jesucristo, quien “estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruzFilipenses 2:8

Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” Hebreos 5:8-9.

Dentro de este marco de obediencia del Hijo al Padre hasta la muerte, es que los cristianos debemos vivir, respetando y obedeciendo a Dios y a las autoridades que Él pone. Ya sea en la congregación, Hebreos 13:17, en el gobierno, Tito 3:1-5, en el trabajo, Efesios 6:5-8, y en nuestra casa, Efesios 6:1-2.

Conclusión

La obediencia y la humildad de corazón son bases fundamentales en el buen creyente, y la llave para liberar sus bendiciones.

Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos” Deuteronomio 11:18.

Moisés entregaba a su pueblo esta llave, la misma que hoy nos entrega el Señor a cada uno de nosotros. La llave acompañada de las instrucciones para su uso correcto.

Uso correcto de la llave

Que nuestro corazón esté verdaderamente lleno de la Palabra de Dios, lo cual hará que el cumplir con ella no nos resultará una carga sino el gozo del deber cumplido y la seguridad de lo que esperamos.

El corazón lleno de la Palabra nos hace hacedores de la misma, Santiago 1:22-25, y nos llena de fe, Hebreos 11:1.

Que nuestra mirada siempre esté puesta en el Señor, Hebreos 12:1-2, y en la Palabra de Dios. A fin de tener siempre presente todos sus mandamientos, donde sea que dirijamos nuestra mirada, aún cuando pretendamos dejar de mirar al Señor.

Que ese pequeño órgano, tan difícil de dominar y que es la lengua, Santiago 3:9-10, sea empleado para hablar del Señor y sus maravillas. Sea empleado para predicar la Santa Palabra de Dios. Y no para criticar, juzgar, murmurar o producir divisiones en el Cuerpo de Cristo.

Dominar la lengua es una obligación

Pero solamente la podremos cumplir cuando nuestro corazón esté lleno del amor y la Palabra de Dios.

Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosasMateo 12:34-35.

Ahora tienes la llave de tu bendición. Si la empleas conforme a las instrucciones recibidas:

Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te daDeuteronomio 28:3-8.

© Reenier Gonzalo Prado. Todos los derechos reservados.

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