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Deja el cautiverio y toma la libertad

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy:Deja el cautiverio y toma la libertad

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Isaías 61:1

Introducción

Muchas veces los cristianos no disfrutan de las bendiciones que el Señor les provee a consecuencia de la falta de conocimiento de la Palabra. Pero lo cierto es que otras veces es a consecuencia de que no toman la determinación de asumir la posición que el Señor ha venido a traernos.

Y es así que hay cristianos que pasan años en las congregaciones, pasan años pidiendo la misericordia de Dios sin darse cuenta que son ellos mismos quienes deben dar el gran paso hacia la libertad que ya Jesús les ha dado.

A lo largo del Antiguo Testamento podemos ver a Jesús anunciado a través de profecías. Hay muchas que hablan de su manifestación, pero hoy veremos una misión que Él tenía en la tierra y que la refresca luego con sus propias palabras en momentos en que leía las Escrituras en la sinagoga, Lucas 4:16-21.

Dios prometió a Abraham una tierra de bendición

Pagar impuesto, alquiler o como quiera que se llame por algo que es nuestro y que no lo ocupamos, es siempre molesto y doloroso. Dios prometió a Abraham una tierra de bendición, (Génesis 12:1-9). Y él en obediencia había dejado su propia tierra y su parentela.

Abraham había viajado muchos kilómetros para llegar a Canaán, ocupando esa tierra durante cuatro generaciones hasta que debieron dejarla a consecuencia de la maldad de los paganos que allí habitaban, (Génesis 15:12-21).

Cuando llegó el tiempo de Dios, fue Moisés quien dirigió a los descendientes de Abraham en busca de la tierra que Dios les prometiera. Pero esta vez la conquista debía hacerse militarmente, mediante una guerra en la cual Dios castigaría a los paganos y les quitaría lo que no era de ellos.

No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti. No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres túDeuteronomio 9:4-6, y por otro lado la familia de Abraham estaría recuperando lo que Dios le había prometido.

El Señor en su Palabra nos ha prometido libertad

Hemos visto que el Señor en su Palabra nos ha prometido libertad de todos nuestros opresores, apertura de las cárceles en que nos mantiene cautivo ese enemigo que lucha sin piedad para que no podamos recibir las bendiciones de Dios.

Participamos de la promesa de Abraham como descendientes espirituales de él, pero además el Señor nos refresca la promesa de libertad. Pero también nos dice como a ellos:

No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; ……….. No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón………….. para confirmar la palabra que Jehová juró ………….. Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú”.

Nosotros deberemos batallar para conquistar esa libertad

Y también nosotros deberemos batallar para conquistar esa libertad que el Señor nos ha prometido. Deberemos desatar una verdadera guerra espiritual de conquista, y para esto debemos equiparnos en la armadura de Dios.

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de DiosEfesios 6:12-17.

El momento de la conquista

Y llegó el momento de la conquista, ya Moisés había muerto. Era Josué quien estaba al mando y dispuesto a batallar para lograr la promesa. como debe estar dispuesto el pueblo de Dios en este día si es que quiere que las puertas de sus cárceles sean abiertas por el Señor.

Ellos ya habían puestos sus pies sobre la tierra prometida, como tu has puesto tus pies sobre la promesa al recibir a Jesús en tu corazón como Señor y Salvador personal. Entonces fue cuando le habló Dios para decirle: “Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerraJosué 6:2

Como a ti te dice: Mira que yo he entregado en tus manos a las huestes de maldad que te mantienen prisionero, “A cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombresEfesios 4:7-8.

La batalla por la libertad

Dios quiere que su pueblo tenga aliento en la batalla que va a comenzar, y entonces les entrega la estrategia. “Entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia delanteJosué 6:5. Pues esta es la forma en que debemos atacar a todo aquello que quiere apartarnos de la gracia de Dios e impedirnos ser libres.

Si queremos dejar de beber, no podemos decir beberé un poco menos hasta que el Señor me quite el vicio, o fumaré menos hasta que pueda dejar el vicio, o así con cualquier cosa que no le agrada al Señor.

No es esquivando o dando el costado sino “cada uno derecho hacia delante”, con la confianza puesta en Jesús, sabiendo que “Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas2 Crónicas 32:8.

Además, como hijos de Dios conocemos que el método es la oración. Pues “Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho1 Juan 5:14-15.

Dios le entregaba Jericó, y debían destruir todo lo que allí había

“Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad habíaJosué 6:20-21.

Tu no puede ser libre si no quitas de tu vida todo aquello que puede tentarte a retroceder, a hacerte volver a la cárcel. Si quieres ser libre de la cárcel de la droga, no puedes tener droga en tu casa ni juntarte con quienes la consuman.

Si quieres dejar el tabaco, destierra el tabaco de tu casa, o si quieres dejar el juego no puedes concurrir a un sitio donde se juega. Así se los advirtió el Señor: “Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéisJosué 6:18. Y tu también debes quitar de tu casa, y de tu vida, todo aquello que pueda turbarte para arrastrarte nuevamente a la prisión.

Conclusión

El Señor ha venido a tu vida para darte libertad de todas aquellas cosas que no le agradan a Él, “para confirmar la palabra que Jehová juró ….. Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú”.

Y a pesar de tu dureza y tu rebeldía quiere que comiences a batallar para ser realmente libre. Libre de tus vicios, libre de tus ataduras, libres de las ligaduras de maldad que te aprisionan. Pero eres tú quien debe tomar la determinación, muchos pueden orar por ti, pero la decisión es solamente tuya y de nadie más.

Si por fin te has decidido a ser libre realmente, el Espíritu Santo te ayudará y guiará. “El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dichoJuan 14:26.

Solamente debes ser obediente a su voz y a la forma que te indique atacar. Si decidiste ser libre, entonces tómate de la Palabra de Dios, “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filosHebreos 4:12, y a este arma no hay nada ni nadie que la resista.

Escudriña las Escrituras para que el Señor cobre vida dentro tuyo sacándote de la cárcel de los vicios, de la idolatría, de la miseria o necesidad, del egoísmo o la avaricia, de la rebeldía y desobediencia, del orgullo y la altivez.

Deja que el Señor cobre vida dentro tuyo para que puedas conocerle en profundidad, en la plenitud de su amor, “Porque Jehová será tu confianza, Y él preservará tu pie de quedar presoProverbios 3:26.

Eleva ahora tu oración de guerra, batalla ahora por esa libertad que tanto anhelas. Deja ahora el cautiverio en que tenía sumido el enemigo, “Tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.

Este es el momento en que el Señor quiere darte la libertad.

Clama por ella para que sean destruidos los muros de tu prisión. Avanza derecho a ese enemigo que quiere destruir tu vida y quitarte la bendición de Dios. No son algunas cosas las que debes quitar de tu vida, sino todas aquellas que no le agradan al Señor.

Mata con la espada de la Palabra a todos tus enemigos, hasta que no quede nada de impiedad. Recuerda que no puede quedar nada que sea anatema en tu casa. Todo aquello que pertenecía al vicio, a la idolatría o al mundo, debe ser destruido en tu nueva vida en libertad.

Y ahora que ya eres libre, el Señor te dice: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitudGálatas 5:1.

© Reenier Gonzalo Prado. Todos los derechos reservados.

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