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No temas, cree solamente

Predicas Cristianas | Mensajes Cristianos

Texto Biblico: Marcos 5:21-24; 35-42

INTRODUCCIÓN:

Los padres responsables tienen una marcada preocupación cuando se trata de satisfacer las necesidades de sus hijos. De cuántas cosas adolecen nuestros hijos. En el campo físico, los padres buscaran siempre las formas sobre cómo proteger, cuidar y alimentar a sus hijos. En el campo emocional, los padres nos interesa alentar a nuestros, así como consolarlos cuando pasan por sus diferentes etapas de sufrimiento. En el aspecto de formar valores y principios, nos interesa mucho el corregirlos, disciplinarlos, pues con ellos estaremos criando hijos sabios y no bastardos. En el campo financiero, nos aseguramos que ellos tengan paras sus necesidades básicas, que incluyen: ropa, zapatos y todo lo que podamos, de acuerdo a nuestras posibilidades. Pero sobre todas las cosas, los padres responsables llenan las necesidades espirituales de sus hijos.

Esta es la necesidad más grande de sus vidas. De hecho, si llenamos todas las anteriores necesidades, pero no llenamos esta, estaremos criando a un hijo para la perdición de su alma. Y para nadie es un secreto que hay tantos padres que se esfuerzan en llenar a sus hijos con todas las demás necesidades, pero descuidan esta parte. A veces hay una excesiva preocupación en los otros bienestares que el de “instruir al niño en su camino”, es que el más se descuida. Los padres debemos asegurarnos que nuestros hijos vengan a Cristo. Para ello es necesario tener una verdadera carga por sus necesidades.

Nada marcara más la vida de nuestros hijos que la responsabilidad que los padres han tenido por ellos, primero en el contexto espiritual, y por su puesto en llenar sus necesidades. En la historia de hoy tenemos la vida un padre que tuvo una pesada carga por su hija. Su nombre es “Jairo”, cuyo nombre significa “iluminado”. Tenía una preciosa niña de 12 años a punto de morir. ¡Qué escena tan dramática! ¡Qué carrera contra la muerte en un ser tan especial! Así que contra todos los obstáculos, este hombre busca a Jesús. Véalo sorteando todos los obstáculos para llegar a Jesús. Véalo cayendo delante del Señor de rodilla. Véalo abogando con insistencia para que ayude a su hija. Este hombre tuvo una carga por su familia y no se detuvo hasta lograr aliviarla. Ningún padre debiera estar feliz hasta que no se asegure que sus hijos vengan a Cristo. Así que al igual que en ese momento, Jesús también le dice a los padres de hoy: “No temas, cree solamente”. ¿Qué representa para la familia de hoy esta declaración de Jesús?

I. LA PRESENTE ORDEN DE JESÚS EMPLAZA A CADA FAMILIA PARA QUE CUANDO VENGA LA PRUEBA, CREA.

1. Esto demanda quebrantamiento v. 22.

Es una ironía de la vida que mientras todas las cosas están marchando bien, es cuando menos le ponemos atención a las cosas de arriba. Para tantas familias que viven entre la bonanza y bienestar, Dios no siempre es la opción a que la que se acude, pues al parecer no hay necesidad de él, porque todo está “satisfecho” en casa. Pero, ¿qué es lo que sucede cuando la supuesta “felicidad” del hogar es trastocada por una prueba? ¿Qué sucede cuando alguien de la familia es sometido a la prueba más severa, próxima a la muerte misma? Mire el caso de Jairo. Vea la investidura de ese hombre. Un “principal de la sinagoga” era un hombre de mucha influencia e importancia para los judíos. Bien se podía decir que era una especie de sacerdote para ellos. Esos hombres no eran dados a quebrantarse, y la gran mayoría de ellos menospreció al Señor. Pero aquí tenemos a un hombre que, frente a la dificultad de la vida, se postra, se humilla, reconociendo la necesidad de aliviar la carga en su familia. ¡Qué cuadro más elocuente cuando vemos la actitud de este padre delante del Señor! El mundo está urgido de padres que vengan a Jesús en humildad intercediendo por sus hijos. Sólo él los salvará.

2. Esto demanda una alta súplica v. 23.

Este padre de familia llegó a un nivel de desesperación. La impotencia se apoderó de su condición en ese momento. Todo parecía conspirar en su búsqueda. El reloj no paraba. La hija de su corazón agoniza. La enfermedad la consume. Lo eminente de la muerte ya está presente. La oración y el ruego de este hombre crecen cada vez más en la crisis. Sus palabras no podían ser más expresivas: “Mi hija está agonizando”. Hay familias que tienen a sus hijos “agonizando” en medio de una rebelión, una adicción a las drogas, por haber sido abusados o porque ahora se declararon homosexuales. Y es que cuando se trata de salvar a nuestros hijos, el asunto es muy serio. No hay tiempo que perder. En el caso de esta historia, Jesús no volvería a pasar por allí. Era en ese momento. Y aunque este hombre se va a encontrar con una multitud que impedía la prontitud de Jesús para llegar a su hogar, eso no le detiene en búsqueda. Al final esta demanda tendrá su resultado, pues Jesús mismo va a decir: “No temas, cree solamente”. Creer es lo que necesitamos para ver salvo a nuestra familia.

3. Esto demanda una fe inalterable v. 23b.

Jairo fue un padre creyente. Creyó que si Jesús tocaba a su hija, ella sanaría. Felices los hijos que cuentan con padres como Jairo. Que creen en el poder de transformación del Señor. Un padre responsable se asegura que sean las manos del mismo Señor que toquen a sus hijos. Que cuando nazcan, sean sus manos las que les bendicen. Que cuando sean niños, sean esas manos las que comiencen a moldear su carácter. Que cuando lleguen adolescentes, sean esas manos las que le toquen para sus pensamientos y actitudes reflejen que ya es un hijo de Dios. Y sobre todo, que cuando sea un joven adulto esas manos lo preserven para dar lo mejor de su vida al Señor. Lo contrario las estadísticas negativas mencionadas es que cuando hay un padre que ama responsablemente a sus hijos, al estilo de Jairo, sus niños tienen más confianza, son más capaces de lidiar con la frustración, más capaces de ganar independencia y su propia identidad, más posibilidades de madurar y convertirse en adultos compasivos. Las manos de Jesús que crearon al mudo pueden crear una hermosa vida en nuestros hijos. ¿Cuáles manos están tocando a nuestros hijos?

II. LA PRESENTE ORDEN DE JESÚS EMPLAZA A CADA FAMILIA PARA QUE CUANDO VENGA LA DEVASTACIÓN, CREA.

1. Devastado en la multitud v. 24.

No sabemos cuál era la enfermedad de la hija de Jairo, pero a juzgar por la forma cómo llegó a Jesús, y las palabras “mi hija está agonizando”, era una clara evidencia que aquella adolescente se estaba muriendo y no se podía perder más tiempo. Todos sabemos cuántas personas mueren por la falta de atención médica a tiempo. Cuántas vidas pueden salvarse si la medicina y la ayuda llegaran a tiempo. Así que aquí tenemos a un padre que se encuentra con algo inesperado. Primero vemos que Jesús no rehusó ir de inmediato con él, pero había una gran multitud, muchos de ellos buscando también sanidad, que lo seguían y lo apretaban. Quizás Jairo pensaba que su hija debiera ser atendida de inmediato, antes que otro caso. Pero es aquí donde hay que depender del Señor. La desesperación nos puede hacer perder el control. Algunas situaciones familiares tienen la misión de producir una devastación en medio de la multitud de los que buscan a Jesús. Y si bien es cierto que la crisis por la que pasamos nos parece que es la peor de todas, debemos saber que hay otros peores que nosotros. Este fue el caso de aquella pobre mujer y su flujo de sangre. No claudique cuando busca ayuda, crea solamente.

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