El Evangelio es un mensaje poderoso

Y de ahí parte el mensaje de amor que proclamamos. El evangelio marca una diferencia notable, porque precisamente el evangelio descubre y enseña el amor de Dios revelado en Jesucristo (Juan 3:16). Mas Dios nos demostró la inmensidad de su amor enviando a Cristo a morir por nosotros, aun cuando éramos pecadores.” (Romanos 5:8 NTBAD).

Pablo quiere decir que Dios envió a Jesucristo para que muriera por nosotros, no porque seamos buenos, ni lo merezcamos, sino porque nos ama. El sacrificio de Cristo es la prueba definitiva del amor de Dios. No hay amor (entre los hombres) como el amor de Dios.

El evangelio nos enseña amar a Dios por encima de todas las cosas. Pero también nos enseña a amar a la familia (que es el núcleo de la sociedad), a la iglesia, al prójimo y aun a nuestros enemigos.

La biblia dice que… “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1 Corintios 13:4-7).

2. PREDICAR EL EVANGELIO PORQUE ES UN MENSAJE DE ARREPENTIMIENTO

Juan el Bautista predicó un mensaje de arrepentimiento (Marcos 1:4). Jesucristo proclamó un mensaje de arrepentimiento. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.” (Mateo 9:13). Los apóstoles de Cristo predicaron un mensaje arrepentimiento.

En Pentecostés el apóstol Pedro llamó al arrepentimiento “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3:19). “el número de los varones era como cinco mil.” (Hechos 4:4b).

Qué pena que hoy ocupemos los púlpitos de las iglesias y las plataformas sociales para presentar un evangelio metalizado, popular, fácil y sincretizado. Que pretende manipular y darle órdenes a Dios. Con una verborrea triunfalista que alimenta el ego de las personas. Ni confronta al hombre con su pecado ni enseña al creyente a depender de la gracia y la misericordia del Señor.

Juan Wesley dijo: “Dame cien predicadores que no le teman a nada excepto al pecado, y que no deseen nada excepto a Dios. Ellos sacudirán las puertas del infierno y establecerán el Reino de Dios en la tierra.”

El evangelio es un mensaje poderoso, porque llama a los hombres al arrepentimiento. Generalmente el termino arrepentimiento, se traduce de la voz griega metanoia, que significa “cambio de actitud o de propósito en la vida” y no solo “penitencia” como solía traducirse en las versiones catolicorromanas antiguas.

Dice la biblia que el arrepentimiento genuino da fruto, es decir, se hace evidente en el cambio de vida que la persona experimenta en Cristo. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17).

El arrepentimiento es un proceso difícil, pero no imposible, porque la persona no está sola, el Espíritu Santo le ayuda en su debilidad y comienza a formar el carácter de Cristo en su vida.

En los días de Pedro algunos estaban cuestionando el inminente regreso de Cristo por su iglesia, el apóstol les explica que “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”  (2 Pedro 3:9).

El NTBAD lo traduce: “El Señor no demora el cumplimiento de su promesa, como algunos suponen, sino que no quiere que nadie se pierda y está alargando el plazo para que los pecadores se arrepientan.”

3. PREDICAR EL EVANGELIO PORQUE ES UN MENSAJE DE ESPERANZA

Pero además, el evangelio es un mensaje que trae esperanza a los que viven sin Dios y sin esperanza (Efesios 2:12). Mientras exista la Gracia de Dios en Jesucristo, la gente tiene la esperanza de experimentar una vida nueva si aceptan a Jesucristo como Señor y Salvador, porque Él está al alcance de todos. Él no hace acepción de personas. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Romanos 15:13).

Deja un comentario