El covd-19 y el carmelo

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: El covd-19 y el carmelo

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: “Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.” 1 Reyes 18:36

INTRODUCCIÓN

El rey Acab es considerado uno de los peores reyes de Israel. Se casó con Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios. Oficializó el culto al dios falso Baal edificándole un templo en Samaria, y apoyó a su esposa en su gran empeño en erradicar el culto a Jehová (1 Reyes 18).

Y Dios levanta al profeta Elías con la comprometedora tarea de desafiar esta apostasía dentro del pueblo de Dios. Hoy quiero ubicarme solamente cuando Elías desafía a los profetas de Baal y de Asera y los convoca al monte Carmelo.

Elías sabía que los hebreos estaban acostumbrados ver obrar a Dios de forma milagrosa. De ahí parte el desafío. Si Baal es Dios, que sus profetas (400 de Baal y 400 de Asera) le pidan que haga descender del cielo fuego y consuma el holocausto. Y si Jehová es el Dios verdadero, Él y sólo Él, le pediría a Dios que hiciera el milagro de consumir el holocausto con fuego del cielo.

De esta excelente historia, solo quiero resaltar cuatro verdades que encuentro en la oración que hace Elías, al pedirle a Dios que haga el milagro de descender fuego del cielo y consumir el holocausto. (1 Reyes 18:36).

I. DIOS ES FIEL

“Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel…”

Al mencionar públicamente los nombres de estos tres patriarcas y padres de la nación hebrea, Elías le trae a la memoria la relación que les ligaba al Dios de sus antepasados.

Le recordó a este pueblo apóstata que el fundador de aquella nación era el Dios eterno, que no cambia en la historia, que permanece fiel. Que no dejó en vergüenza a los padres de la nación, sino que cumplió sus promesas y sus pactos y les entregó la tierra que les prometió.

Si Israel existía como nación era porque el Dios de los patriarcas cumplió sus promesas. ¿Cómo irse ahora tras dioses falsos? Era como si el profeta Elías los estuviera llamando: ¡Honremos al Dios de nuestros padres. Él es la única esperanza de vida, bendición y protección para la nación!

Elías está seguro de que el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob respondería su oración y manifestaría su poder delante de aquel pueblo que claudicaba entre dos pensamientos. Dios no lo dejaría en vergüenza.

Los Elías de hoy, que es la iglesia de Cristo, se enfrentan más que a una pandemia; se enfrenta a una generación que tiene como dios la tecnología, el dinero, las riquezas, el humanismo, la fama, las modas, las tendencias liberales, entre otros dioses más.

Y se enfrenta a gente que se nombran cristianos y están dentro de las iglesias, pero como este pueblo de los tiempos de Elías, claudican entre dos pensamientos: quieren las bendiciones de Dios y todo lo que el mundo me ofrece. Y eso no es posible en el reino de Dios.

La gente está diciendo que después de esta pandemia “el mundo no será el mismo”; incluso que “la iglesia no será la misma”. Siempre que el cambio sea para acercarnos y comprometernos más con Dios, bienvenido sea. Pero ojo, tengamos mucho cuidado porque si este cambio enfríe tu amor por Dios y Su iglesia, pierdes toda pasión y entusiasmo por Dios y su obra, habrás firmado tu sentencia de muerte espiritual.

Aunque la gente cambie por cualquier causa o razón, Dios es el mismo. El Dios de AYER es el mismo de HOY, y de SIEMPRE. El Dios que no dejó en vergüenza a los padres y fundadores de la iglesia, es el mismo que hoy sigue presente en la iglesia.

Y yo me preguntaba: Como iglesia de Cristo: ¿a qué Dios yo estoy clamando? ¿En qué Dios he puesto mi confianza y esperanza? ¿Sigo creyendo que el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob es el mismo? ¿Sigo creyendo que Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” (Hebreos 13:3)? ¿Y que Él nos sacará adelante?

II. DIOS ES ÚNICO

“… sea manifiesto que tú que eres Dios en Israel…”

Lo primero que le pide Elías al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, es que le demuestre [que le de una prueba más] a este pueblo apóstata, que Él es el Dios de Israel y no Baal, ese dios falso importado por la reina Jezabel.

Desde que salieron de Egipto hasta el momento en que vivían, Jehová había sido el único Dios en Israel. Fue el que los sostuvo durante los cuarenta años en el desierto, los estableció en la tierra prometida y el que ha hecho posible que permanezcan como nación.

Quiero aclarar que esa idea de que hay un solo Dios y no importa cómo se llame, no es bíblica, es falsa, es una herejía. La iglesia de Jesucristo tiene la alta responsabilidad de enfrentar esa falsa tendencia religiosa y proclamar con autoridad y poder, que el Dios revelado en la Biblia es el único Dios verdadero y real, y que todos los demás que llaman dioses son ídolos, sean canonizados o no.

El profeta Jeremías declara: “El Señor es el Dios verdadero, el Dios viviente, el Rey eterno…Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo” (Jeremías 10:10–11 NVI).

Y quiero recalcar que el Señor de la iglesia es Cristo. Jesucristo ha sido y es la cabeza, el fundamento y quien imparte vida a Su iglesia a través de la historia (Efesios 1:22-23; 1 Corintios 3:11). La iglesia se debe al programa que Él le trazó desde la eternidad. Como Elías, la iglesia tiene que pedirle a Su Señor que le demuestre a este mundo que las puertas del hades no prevalecerán contra ella, y que el cumplirá sus propósitos con Su iglesia.

Que esta pandemia no nos haga dudar del Dios en quien creemos. Que este COVID-19 no nos haga tambalear en nuestra fe. Dios sigue siendo Dios pase lo que pase. Él sigue siendo el Señor de la iglesia. Si él obró AYER en los que creyeron en ÉL, también obrará en los que HOY creen en ÉL. Y doblan sus rodillas ante Baal.

III. DIOS RESPALDA A SUS SIERVOS

“…sea manifiesto hoy… que yo soy tu siervo…”

Elías no dudaba ni por un instante que Dios le había llamado a un ministerio profético poderoso, pero desafiante. Como ya les dije, desarrolló su ministerio profético en medio de un pueblo guiado por uno de los peores reyes de Israel.

Dios no envió a Elías a consolar al pueblo, sino a confrontarlo por su apostasía. Él tuvo el valor de denunciar y confrontar al rey Acab y al pueblo de Israel que le habían dado la espalda a Dios y se habían ido a adorar al falso dios Baal. Dios plantó su iglesia para que confronte al pecador con su pecado por medio del evangelio.

Imagínese la condición espiritual de aquel pueblo que dudaron y rechazaron al profeta Elías y su ministerio. Y ante este rechazo Elías le pide a Dios que le demuestre a este pueblo que él no era un impostor, ni un profeta improvisado ni contratado.

Su ministerio no respondía a intereses personales. No buscaba beneficios propios profetizando lo que el pueblo quería oír. Su llamado al profetismo era auténtico y genuino. Él era un siervo de Jehová a quien se le había asignado la tarea de hacer volver el pueblo a Dios.

Y quiero aplicar a la iglesia de Cristo de hoy el término siervo que usa Elías aquí en su oración. No estoy forzando la hermenéutica en este punto, sino que apelo a lo que el apóstol Pablo dice en su carta a los cristianos que estaban en Roma: Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.” (Romanos 6:22).

Y el Espíritu Santo me hacía entender que es hora (y es hoy) que la iglesia, como siervos de Dios, le pidamos a Dios en ayuno y oración, que demuestre una vez más a este mundo y a los gobiernos, que no somos un grupo de fanáticos creyendo en un Dios que no se ve; que no somos un grupo de gente irrealizada sin futuro; que no somos un puñado de hombres y mujeres que se opone a toda depravación moral y social, apoyada por los izquierdistas.

La iglesia representa los intereses del Dios Altísimo, en ella reposa el poder del Cristo resucitado. El Señor le asignó a Su iglesia ser luz y sal de la tierra, le encargó proclamar el poderoso evangelio que transforma y cambia vidas, familias y sociedad. Iglesia no renunciemos a ser lo que somos: SOMOS EL PUEBLO DE DIOS. (1 Pedro 2:9-10).

Elías le pide a Dios que lo reivindique delante del pueblo y que les demuestre que si estaba allí era porque Dios así lo quería. Y el mundo tiene que saber que si la iglesia existe es porque Dios la dispuesto así. Y la existencia de la iglesia hasta hoy, es la mayor evidencia de la existencia de Dios.

IV. DIOS BENDICE A LOS QUE LE OBEDECEN

“… y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas…”

Antes de este épico (glorioso) encuentro de Elías con los profetas del falso dios Baal en el monte Carmelo. Dios le había ordenado al profeta que le anunciara a este pueblo que vendrían tres años de sequía, y así lo hizo, y así ocurrió.

Dios le dijo a Elías que se fuera al arroyo de Querit y a Sarepta de Sidón, y así lo hizo. Dios le dijo que confrontara a los adoradores del falso dios Baal en el monte Carmelo, y así lo hizo.

Esta última expresión de su oración es significativa [“… y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas…”]. Esta expresión revela a un siervo que obedece a Dios a riesgo de lo que sea.

Sus prioridades no son lucrativas, no hay en este siervo aspiraciones de grandeza o enriquecimiento o promoción; no hay egoísmo ni orgullo. Su obediencia y sujeción al programa de Dios, es un verdadero reflejo de su fe y su relación personal con Dios.

La fe de Elías era incuestionable, porque su obediencia a Dios lo demostraba. Porque fe y obediencia son inseparables. Todo el que tiene fe, obedece, y todo el que obedece es porque tiene fe.

Todo el que obedece a Dios, siempre busca glorificar a Dios en todo lo que le pide y hace. ¿Para qué Elías le pide a Dios un milagro? “¡Respóndeme, Señor; respóndeme, para que esta gente sepa que tú eres Dios, y que los invitas a volverse de nuevo a ti!” (1 Reyes 18:37 DHH).

Elías aprendió que “la obediencia es inseparable de la bendición de Dios”. (Deuteronomio 28:1-15). Es que Dios está comprometido con aquellos que están decididos a someterse a su voluntad por encima de la voluntad de los hombres.

Pablo les dice a los cristianos de Colosas: Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” (Colosenses 3:24).

¿Qué espera Dios de ti y de mí como iglesia de Jesucristo en estos tiempos de COVID-19? Que subamos al monte de la obediencia, que es mejor que los sacrificios (1 Samuel 15:22).

CONCLUSIONES

Y Dios no dejó en vergüenza al profeta Elías. Dios respondió milagrosamente al terminar su sencilla pero poderosa oración. “Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!” (1 Reyes 18:38-39).

Respeto tu posición con todo lo que está ocurriendo y no pretendo inmiscuirme en tus decisiones ni mucho menos cuestionar tu fe, ni tu personal evaluación de lo que está ocurriendo. Solo quise compartir contigo la experiencia del profeta Elías, cuando enfrentó su crisis. Enfrenta el COVID-19 aferrado a estas cuatro verdades:

DIOS ES FIEL. Siempre hará lo que ha dicho.

DIOS ES ÚNICO. Es el Dios que revela la Biblia, no hay otro.

DIOS RESPALDA A SUS SIERVOS. Dios garantiza su respaldo. No te dejará solo.

DIOS BENDICE A LOS QUE LE OBEDECEN. La obediencia es inseparable de la bendición de Dios.

Elías era la gran esperanza para el Israel apóstata de su tiempo, la iglesia de Jesucristo es la última esperanza de América, y no debemos ceder ante los planes de quienes nos odian.

© Pastor David N. Zamora. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones.. Predicas Cristianas

3 comentarios en «El covd-19 y el carmelo»

  1. Dios bendiga su vida y Ministerio, su mensaje es muy apropiado para la situación que a nivel mundia estamos viviendo, hoy más que nunca debemos aferrarnos a Único Dios Verdadero y enfrentarnos con valentía y poder de Dios a esta contingencia que nos ha tocado vivir.

    Responder
    • Gracias mi hermana Guadalupe. Así como Elías supo enfrentar la apostasía de su tiempo, nosotros hoy enfrentamos la apostasía de los últimos tiempos. Dios nos ayudará a permanecer fiel. Gracias por su comentario.

      Responder

Deja un comentario