¡Padres marcando huellas perdurables!

COMO PADRES, HEMOS SIDO LLAMADOS PARA:

  • o Guiar el camino de tus hijos por el camino de Dios (Salmo 89:26)
  • o Corregirlo de acuerdo a la Palabra de Dios (Proverbios 3:12)
  • o Que sepa que Dios es soberano y dueño de todas las almas (Ezequiel 18:4)
  • o Que sepa que Dios siempre estará allí para defenderlo, cuando sus padres no estén allí (Salmo 68:5)
  • o Contarles las hazañas de Dios en tu vida para que aumente la fe de ellos (Salmo 78:2-3)
  • o A ser prudentes y sensatos (Proverbios 4:1)
  • o A no ser rebeldes (Salmo 78:8)
  • o A no aplastar los sueños que Dios ha puesto en su corazón, ni imponerles los tuyos.

Tienes la responsabilidad de formarlo en una labor útil para que pueda salir adelante en la vida; a tener valores y principios; a enseñarle a saber elegir bien a su futuro cónyuge. Tienes un rol espiritual: enseñarle a amar y temer a Dios, quien es TODO sobre todas las cosas.

Proverbios 22:6Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará” (NVI).

2. LA INFLUENCIA DE LOS PADRES SOBRE LOS HIJOS SOBRE EL VARÓN:

Aprenden la masculinidad del padre. Ellos necesitan recibir ayuda del padre, para convertirse en hombres de bien. Los padres deben estar involucrados con ellos; que los amen, los apoyen, les enseñen, les disciplinen, que sean cariñosos, sensibles, que sepan tratar bien a una mujer, que sepan perdonar, con valores, principios y sobre todo amor y temor a Dios.

También necesitan una visión clara de adónde se dirigen; tener ideales bien definidos que los motiven a niveles de excelencia. Para eso es necesario saber cuál es el llamado de Dios para ellos. Para el hijo, los ideales se convierten en un modelo moral y espiritual. En otras palabras, es necesario que el padre sea mentor del hijo.

La presencia física y emocional del padre, da vida, anima al hijo. El niño observa todo lo que el padre hace: afeitarse, reírse, silbar, forma de carminar. Su “tanque” emocional se llena con la presencia del padre y el hacer cosas juntos.

Por eso, el padre ausente deja un gran vacío. Es un reclamo y dolor que guardan los hijos hasta cuando son adultos. Si el padre está muy ocupado como para involucrarse en la vida de su hijo, o está divorciado, ausente, o es negligente, el hijo crecerá con un vacío interno y empezará a desviarse. El recuerdo del padre que no los quiso, que no estuvo con ellos, que los abandonó, no se va.

El padre debe impartir en el hijo, valores morales y principios cristianos, así tendrá un ancla espiritual firme, que lo ayude en todas las decisiones y circunstancias que enfrente en la vida.

SOBRE LA MUJER:

El padre, más que la madre, es el que determina qué significa ser una ‘chica’. El padre tiene una influencia muy profunda en las opciones y relaciones románticas de la hija, según haya sido un padre de tiempo completo, divorciado, o ausente. La ausencia del amor paterno afectará las relaciones que ella tenga con los varones, en su manera de ver el mundo y su participación en él.

Es bueno que el padre saque a su hija adolescente (los dos solos), a comer a un restaurante bonito y la trate como una princesa. Ella aprenderá cómo la debe tratar un varón, con cortesía, con respeto.

El padre debe hablarle de esas cosas tan importantes para ella. No sólo la presencia física del padre es importante, sino también su participación e interés en las cosas de su hija.

Las chicas que han crecido sin el apoyo cariñoso del padre, comienzan una relación heterosexual precoz, con mayor ansiedad, buscando -equivocadamente- llenar el vacío emocional que dejó el padre, en una relación física.

A los dos hay que enseñarles honrar a Dios: Como padre cristiano, lo mejor que le puedes enseñar a tus hijos es la honra y temor a Dios. Eso es algo que se enseña con la vivencia diaria. De nada sirve en que le digas que sigan a Dios, lean la Biblia, etc. si en tu vida ellos no pueden ver el ejemplo cristiano que estás tratando de enseñarles.

Hay un solo Padre Perfecto: DIOS. Sin embargo, Él nos ha creado a Su imagen y desea que reproduzcamos lo que Él es, lo mejor que podamos. Él es Dios amoroso, perdonador, misericordioso, protector, proveedor, cuidador y defensor de Sus hijos. Ése es el ejemplo que Dios desea que dejemos a los hijos, porque los padres son los representantes de Dios en la tierra, mientras sus hijos van creciendo.

Papá, recuerda que tus hijos son producto de lo que tú siembres en ellos cuando son pequeños. Si hiciste algo mal como padre, no pierdas el tiempo sintiéndote culpable, sino que mientras haya vida, hay tiempo para corregirlo. El perdón es un arma poderosa para corregir los errores en las relaciones.

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