¡Levantate su mirada!

¿Por qué debemos levantar nuestra vista al cielo? Porque en el momento menos esperado veremos a Cristo que descenderá del cielo con toda su gloria, con todo su poder, con sus más poderosos ángeles como parte de su comitiva celestial. Mis hermanos, el reloj Dios ya ha determinado cuándo será su manifestación. El mundo sigue su curso.

La tierra sigue gimiendo con dolores de parto. El calentamiento global sigue indetenible. El presente coronavirus sigue batiendo récord de contagios y de muertes en el mundo, pero el reloj de Dios sigue marcando su hora. El suyo no se atrasa y tampoco se adelanta. El suyo no tiene problemas de electricidad o de baterías. Al suyo no se le retrocede una hora o se adelanta porque ha llegado una nueva estación.

No, mis hermanos, el reloj de Dios se parará exactamente cuando Dios le diga a Jesucristo “!Hijo, es hora de ir a buscar a su Novia!”. Solo quiero decirles que los preparativos para las Bodas del Cordero siguen en el cielo sin detenerse.

Las profecías se están cumpliendo de acuerdo con el plan divino. El rapto de la iglesia es un hecho inminente. El toque de trompeta, junto con la señal del Hijo del Hombre será la más grande sorpresa que la aguarda a este mundo.

2. Manifestado con él en gloria (vers. 4b)

Pablo nos dice que Cristo es nuestra vida; eso, él es el todo de nuestra vida. ¿Será cierto que Jesucristo es mi vida? Si él es mi vida, cuando él se manifieste en gloria también seremos nosotros manifestado con él. El presente texto nos aclara que cuando Cristo venga no solo vamos a ver su gloria, sino que nosotros seremos parte de ella. Que nuestra vida que está ahora escondida en Cristo será manifestada con él.

Mis pensamientos son muy limitados para entender aquel acontecimiento, pero el texto me dice que yo seré parte de esa gloria que acompañará a Jesucristo. ¿Y quiénes le acompañarán en esa gloria?

Pues vendrán Adán y Eva, los padres de la raza humana. Vendrán los patriarcas. Vendrá Noé con sus hijos. Vendrá Abraham, el padre de la fe. Vendrá Moisés, el libertador. Vendrá Josué, Samuel, David, los profetas, los apóstoles, los mártires de la fe.

Vendrán tus familiares y los míos y todos los que saldrán de la gran tribulación. Esto me dice que aquellas cosas que ahora están bajo velo, cuando vengamos con Cristo serán iluminados con la luz brillante de la gloria de Dios. Esa gloria transformará nuestro cuerpo corruptible por uno incorruptible preparado para vivir en el cielo para siempre.

CONCLUSIÓN

La vida nos impone un ritmo que pudieran pasar los días sin levantar la vista al cielo de donde vendrá nuestro salvador. Estamos tan metidos en las cosas de la tierra y tan identificadas con ellas que, sin saberlo, el llamado del apóstol Pablo de buscad y poned la mirada en las cosas de arriba, pudiera ser el más ignorado.

Hubo hombres de Dios que pusieron su mira en las cosas terrenales y otros en las de arriba donde está Cristo sentado. El justo Lot tenía buenas aspiraciones, pero puso su mirada en las tierras codiciables, llegando a poner su tienda cerca de Sodoma y al final su vida fue un desastre (Génesis 13:1-18).

Sin embargo, Abraham puso su mirada en las cosas de arriba (Génesis 13:15-18), en la tierra que Dios escogió para él, y su vida hasta ahora es una bendición. Sansón tenía un poder que se le dio del mismo cielo, pero comenzó a poner su mirada en las mujeres equivocadas (Jueces 16:4-22), y terminó muriendo aplastado en el templo con los filisteos.

Sin embargo, José el hijo de Jacob, puso su mirada en las cosas de arriba y venció la tentación, llegando a ser el hombre más íntegro y poderoso de aquellos tiempos (Génesis 46:3-4). Pedro fue uno de los apóstoles prominentes del Señor, pero en un momento de su vida puso su mirada en las cosas de la tierra, y por su confianza en sí mismo, negó a Cristo.

Sin embargo, Pablo después de su conversión siempre puso su mirada en las cosas de arriba y aquí lo vemos exhortándonos a que hagamos los mismo. Hay una continua bendición para aquel que decide poner sus ojos en Cristo (Hebreos 12:2).

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.

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