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El cristiano y la guerra espiritual

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: El cristiano y la guerra espiritual

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Efesios 6:12

Introducción

El mundo material se rige por leyes naturales, las cuales no pueden ser violadas. Sin embargo existe un mundo espiritual, en el cual las leyes naturales no tienen efecto. Este mundo espiritual está regido también por leyes y quienes vivan en este mundo deben regirse por ellas.

El ser humano es un cuerpo material y vivimos en este mundo tangible, pero a la vez somos espíritu. Dios nos ha creado así y podemos tener comunión con Él. Sabemos que Dios es espíritu y su palabra nos dice que los que le adoramos lo hagamos en espíritu y en verdad (Juan 4:24).

Pero en el mundo espiritual no todo se trata del bien. Existe una guerra espiritual entre el bien y el mal, entre los hijos de Dios y el enemigo de nuestra fe. Nuestra alma está en juego y el diablo quiere que nos perdamos con él. Pero Dios nos ama tanto que no quiere que nadie se pierda sino que seamos más que vencedores en esta guerra espiritual.

¿Estamos preparados para pelear esta guerra? ¿Los ataques del enemigo pueden hacernos daño? El diablo usa todas sus artimañas, todos sus trucos para atacar a los hijos de Dios y estos deben estar preparados para no permitir que esos ataques hagan el daño que buscan.

I. Guerra espiritual – La hechicería y brujería

En el mundo podemos encontrar prácticas que buscan la manipulación de las cosas, la manipulación de las personas. Estas prácticas oscuras pretenden obtener resultados en beneficio de alguien o algo y en perjuicio de otros.

El mundo quiere cambiar la realidad y buscan maneras de hacerlo, aunque así tenga que hacer cosas alejadas de la luz. Esto es algo que no está en consideración por parte de los cristianos nacidos de nuevo, pues la luz ha venido a ellos. Pero el mundo, que es contrario a los hijos de Dios, pretende usar todas sus armas para dañar a los cristianos.

¿Pueden estas personas y estas armas afectar a los hijos de Dios? Antes de responder veamos lo que dice Dios acerca de la hechicería o brujería.

a. Es contraria a Dios (2 Reyes 17:17)

Debemos saber que estas prácticas son una realidad, no son invenciones de algunos sino prácticas reales que son usadas constantemente para hacer daño, para tratar de manipular la realidad.

En este pasaje del segundo libro de Reyes vemos cómo el pueblo de Dios se entregó a las adivinaciones y realizaron rituales dedicados a otros dioses. Pero la parte final del versículo nos dice que esto provocó ira a nuestro Dios.

El practicar la brujería, la hechicería, la adivinación, los agüeros son cosas que no solo desagradan a Dios, sino que le provocan ira. Dios se enoja contra quienes practican tales cosas. De esta manera, sabemos que quienes practican tales cosas no proceden de Dios, sino que son contrarios a Él.

El enemigo intenta engañar a los hijos de Dios cuando los hechiceros mencionan el nombre de Dios y proclaman que actúan en Su nombre, pero sus actos dicen lo contrario. Dios es poderoso y no necesita de ningún hombre que haga su trabajo. Nadie que realice prácticas de este tipo es de Dios.

b. Son obras de la carne (Gálatas 5:19-21)

Como mencionamos anteriormente Dios es espíritu y quienes le adoran lo hacen en espíritu y verdad. Quienes adoran a Dios no andan en las cosas de la carne sino en las cosas del Espíritu.

En este versículo nos damos cuenta que la idolatría y la hechicería están consideradas como obras de la carne. Al final del versículo veintiuno el Señor nos advierte que “los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.

Identificamos a quienes andan en el espíritu y quienes andan en la carne por medio de este listado que encontramos en la palabra de Dios, debemos examinar si las cosas proceden de Dios o son obras de la carne. Si somos hijos de Dios no debemos practicar estas cosas, para que nuestro Padre se agrade de nosotros debemos en su lugar tener el fruto de su Espíritu.

c. Guerra espiritual – Usada por el diablo para afligir a los cristianos (1 Reyes 19:2)

No es un secreto que el enemigo quiere ver destruidos a los hijos de Dios. Si vemos el ejemplo de Job nos damos cuenta que el enemigo siente celos de cómo podemos acercarnos al Señor, de cómo recibimos de su gracia eterna. Por lo tanto el enemigo quiere destruir a los hijos de Dios. 1 Pedro 5:8 nos dice la palabra que el diablo es nuestro adversario y anda buscando a quien devorar.

En 2 Corintios 4:8-12 leemos que los cristianos somos atacados y nos encontramos atribulados, angustiados, en apuros, perseguidos, derribados. Esto es por causa de los ataques del maligno. Aún hombres de una fe fuerte tuvieron que huir, como fue el caso de Elías cuando fue perseguido por Jezabel.

El enemigo quiere devorarnos, el enemigo quiere afligirnos, quiere vernos destruidos y usará obras oscuras y perversas para atacar a los hijos de Dios.

d. Guerra espiritual – Usada para gobernar al mundo (Efesios 6:12)

En la biblia encontramos que nuestra lucha no es carnal, no es con espada ni con ejércitos, sino que es una lucha que se lleva a cabo en las regiones celestes. Es una guerra espiritual para la cual debemos estar preparados y saber cómo defendernos de los ataques que buscan destruir a los hijos de Dios.

La palabra nos dice que existen huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Estas huestes en las regiones celestes son quienes gobiernan este mundo. Son quienes manipulan a los incrédulos de este mundo para hacer las obras del diablo y que no les resplandezca la luz de Cristo (2 Corintios 4:4)

II. Dios es superior a todo

La brujería y la hechicería son una realidad, y no se deben tomar a la ligera. Estas son usadas por el enemigo para atacar, para destruir, para gobernar el mundo, para que abunde la maldad en este siglo.

Pero estas prácticas no pueden afectar a Dios. Estas prácticas son contrarias al Señor y no tienen efecto alguno sobre Él. Porque Dios es superior a todas las cosas y todo se sujeta a Su voluntad perfecta.

a. Guerra espiritual – Todo sujeto a Cristo (1 Pedro 3:22)

Jesucristo murió y resucitó, fue recibido en el cielo y está sentado a la diestra de Dios Padre. Esta es la victoria de Cristo en la cruz, ahora le están sujetos los ángeles, autoridades y potestades. Todo está sujeto a Cristo, el autor y consumador de nuestra fe. De Él es la victoria sobre todas las cosas, Él venció en la cruz del Calvario.

b. Todo creado para Él (Colosenses 1:16)

Cristo es el dueño de todo lo que existe, las cosas fueron hechas por Él y para Él. Por lo tanto todo se sujeta a Él. Cristo es dueño de la creación. Nada hay que se escape de Su control, de Su dominio, de Su reino. Todo el universo se doblega ante Su poder y autoridad. No existe una autoridad mayor en el universo que la que viene de parte de Dios.

III. El poder transformador de Dios

Ya hemos visto que la brujería es contraria a Dios y que puede ser usada para atacar a los cristianos. También vimos cómo todo se sujeta a nuestro Señor y todo está bajo sus pies.

Dios tiene autoridad y poder para rescatarnos del lodo cenagoso. Dios tiene el poder para hacernos libres de las ataduras de maldad. Dios puede transformar a alguien que era esclavo de las obras de la carne y hacerlo un hijo suyo. Cuando venimos a Dios Él nos limpia y nos hace nueva criatura.

a. Dejan la brujería (Hechos 19:18-20)

Dios es poderoso para transformar hasta los corazones más duros. Dios puede transformar incluso a aquellos que han vivido en la más completa oscuridad. Ejemplo de ellos son los primeros cristianos que dejaban las prácticas paganas y se entregaban completamente al Señor. Dios transforma los corazones, Dios salva a la humanidad.

b. No practican el pecado (1 Juan 5:18)

En este versículo encontramos dos grandes verdades. Una de ellas es que quien ha nacido de Dios no practica el pecado. Nuevamente nos damos cuenta de que quienes practican las obras de la carne no han nacido de Dios. Quienes practican la hechicería no vienen de Dios sino del enemigo.

Lo segundo que aprendemos en este versículo es que quienes han nacido de Dios son guardados por el Señor y el enemigo no puede tocarlos. Dios guarda a Sus hijos y no hay poder de las tinieblas que puedan hacerles daño. Maravilloso es el Señor que nos guarda de todo mal para que estemos en paz en todo momento.

c. Desechamos toda contaminación (Deuteronomio 7:26)

Ahora con el poder transformador de Dios tenemos cuidado de todo aquello que traemos a nuestra vida. Tenemos cuidado de todo lo que escuchamos, de lo que vemos, de lo que hacemos, para que todo nuestro ser pueda ser hallado irreprensible delante del Señor.

d. Jesús nos libra de la opresión (Hechos 10:38)

Jesús vino para librarnos de la opresión. El Señor venció en la cruz del calvario y con su muerte y en su vida dio libertad a los oprimidos. De esta manera el diablo no tiene más autoridad sobre nuestra vida pues la victoria nos ha sido dada por los méritos de Cristo en la cruz.

Ahora podemos pronunciar esas palabras del apóstol Pablo y preguntar “¿Dónde está oh muerte tu aguijón” (1 Corintios 15:55). Cristo nos libra del poder de la muerte y ahora tenemos vida eterna.

IV. Guerra espiritual – Acción de los cristianos

Dios es superior a todas las cosas y ningún poder del mal puede dañarlo. El Señor también nos ha dado la victoria sobre la condenación eterna y tenemos vida nueva en Cristo Jesús. Pero como hijos suyos nacidos de nuevo debemos estar en Sus caminos. Debemos permanecer en Dios, y no desviarnos del camino de la salvación que Dios nos ha dado.

a. Someterse a Dios y resistir al diablo (Santiago 4:7)

Este mandamiento del Señor nos dice que en primer lugar debemos someternos a Dios. Sin ese sometimiento al Señor no podemos hacer lo segundo. El enemigo tiene poder, un tremendo poder, si vamos contra él por nuestros medios terminaremos siendo destruidos. Pero cuando nos sometemos a Dios no vamos solos a enfrentar esa guerra espiritual, Dios va con nosotros.

Debemos resistir al diablo, no debemos ser permisivos o tratar de evadir los ataques del mal. Debemos resistir en el Señor y bajo esa protección divina enfrentar esos ataques de maldad.

Hay poder en la palabra del Señor y este mandamiento nos permitirá estar firmes en Dios y no dejar que el mal triunfe sobre nuestra vida. Dios es poderoso para librarnos, debajo de sus alas estamos seguros.

Lo que pasa cuando nos sometemos a Dios y resistimos al enemigo, es que huye delante de nosotros. El diablo huira delante de aquellos hijos de Dios nacidos de nuevo que no practican el pecado, el diablo huye delante de aquellos que le resisten en el nombre de Jesús.

b. Vestirse de armadura de Dios (Efesios 6:11)

Además de someternos a Dios, debemos vestirnos de la armadura del Señor. Dios tiene cuidado de nosotros y nos da las herramientas necesarias para pelear la buena batalla de la fe. Tomemos esa armadura y estaremos listos para pelear y obtener la victoria en el Señor.

V. La liberación de Dios

Hay ataque contra el pueblo de Dios, hay un adversario que quiere devorarnos, no anda con rodeos pues quiere destruirnos completamente. Pero no estamos solos, no estamos desamparados, estamos protegidos en las manos de Dios y nada nos puede retirar de ese lugar.

a. Nos libera, nos da seguridad, nos aleja del miedo (Salmos 91:3-6)

Dios es quien nos libera, de cualquier ataque del enemigo, de cualquier pensamiento de maldad que se levante contra los hijos de Dios. El Señor nos permite estar seguros, no importa lo que esté a nuestro alrededor, sin importar los ataques que puedan haber contra nuestra vida Dios es quien vela por Sus hijos.

El miedo se aleja, el miedo por la maldad, por la brujería, por la hechicería se va, pues somos hijos de Dios y estamos seguros en sus manos. Debajo de sus alas estamos seguros dice su palabra. Por lo tanto debemos tener paz en Dios y comprender que sólo en Él podemos tener esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

b. Ninguna arma (Isaías 54:17)

Ninguna arma, nada que venga contra los hijos de Dios prosperará. Dios es grande y maravilloso y nos da la victoria sin importar el medio, sin importar la cantidad de ataques ni la forma de estos, ninguno prospera contra los hijos de Dios.

Esta no es palabra de hombres, no es una promesa que desaparece. Esta es palabra de Dios y como tal se cumple a cabalidad. Nada nos dañará, nada contra los hijos de Dios prospera, Dios lo ha dicho.

c. No nos pueden maldecir (Números 23:8-9)

Hubo un rey que quiso maldecir al pueblo de Dios, por lo tanto buscó a alguien que hiciera maldiciones contra el pueblo del Señor. Sin embargo Dios no lo permitió y transformó la maldición en bendición.

Somos ese pueblo de Dios, somos ese pueblo que habita confiado, no hay maldición, no hay conjuro, no hay hechizo que tenga poder sobre los santos de Dios. Así lo declara nuevamente el Señor en el versículo 23 del libro de Números no hay agüero ni adivinación contra el pueblo de Dios. Nos gozamos en Dios y celebramos esa seguridad que el Señor nos da.

d. Somos benditos de Dios (Mateo 25:34)

El Señor nos llama benditos. Como vimos en la maldición que Balac quería contra el pueblo de Dios fue transformada en bendición, Balaam no pudo maldecir al pueblo de Dios porque Él no los había maldecido. Dios no nos ha maldecido, todo lo contrario, el Señor nos ha hecho benditos. De esta manera ninguna maldición puede venir contra el pueblo de Dios.

VI. Guerra espiritual – La victoria de Cristo

Ya vimos que Dios es superior a todo y en Él está la victoria. Pero además debemos saber que a Jesús le fue dada toda potestad. Él tiene toda autoridad sobre todo. Ahora somos salvos por el sacrificio de Cristo en la cruz.

a. Toda potestad es de Él (Mateo 28:18)

No hay nada que se escape del control del Señor, de nuestro Señor. En las manos de Cristo está la autoridad sobre el universo, suya es la victoria.

b. Nos ha dado potestad (Lucas 10:19)

Con esa autoridad que solo Cristo tiene, recibimos de Él la potestad de hollar serpientes y escorpiones. El Señor nos da autoridad y nos advierte que nada nos dañará.

Conclusión

Todo cristiano nacido de nuevo, que es temeroso de Dios puede estar seguro, puede estar tranquilo en las manos de Dios. Nada nos dañará, ninguna arma prospera contra los hijos de Dios.

Pero debemos estar sometidos a Dios y dispuesta la armadura del Señor para pelear la batalla espiritual.

El enemigo nos atacará, pero podemos estar seguros en Dios, Él ya ha vencido y suya es la victoria sobre todas las cosas. No hay potestad, no hay autoridad que pueda enfrentar al Rey de reyes y Señor de señores. Nuestro Padre es el Rey.

© Mauricio Aquino. Todos los derechos reservados.

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