Familias Íntegras – Mujer íntegra
En un mundo donde es mas aceptable una vida desordenada que una vida en santidad, donde tiene más valor lo inmoral que la decencia, donde tiene más valor la decadencia moral que el valor verdadero a la mujer.
En medio en toda esta tormenta que está erradicando lo valioso y hermoso del valor de las mujeres de Dios, ellas se mantienen firmes para dar a conocer el verdadero significado de ser mujer y el verdadero valor de ser hijas del Rey de reyes y Señor de señores.
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.” PROVERBIOS 31:10.
El Señor Jesús nunca se ha equivocado y nunca lo hará, por tal motivo enfoca en este verso que estas mujeres virtuosas son pocas. Pero, aunque sean pocas, ellas tienen un valor más alto que el de las piedras preciosas.
Esta mujer íntegra es aquella que reconoce en sus caminos, en sus decisiones, en sus acciones. Reconoce al Señor Jesús antes de dar el siguiente paso. No ama al mundo, aunque es ejemplo para ellos. No es vanidosa, busca siempre en oración lo mejor para los suyos.
Familias Íntegras – Familias felices
Podemos ver familias alegres, pero NO felices. Debemos reconocer que mi familia y yo serviremos al Señor Jesús, así nos lo enseña su hermosa palabra, pertenecemos a él y en él vivimos siempre mejor.
“También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? 12 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.” ECLESIASTÉS 4: 11-12.
Siempre será mejor una familia en Cristo Jesús, aunque al igual que muchas familias con problemas, con dificultades, con escases, pero la gran diferencia es que con Cristo en nuestras familias estos percances son temporales y tenemos a quien pelee con y por nosotros, en medio de los problemas el nos alza en sus manos y nos protege y no permitirá que esto nos derrumbe.
Las familias integras luchan juntos, luchan como equipo, van tras el mismo propósito, la salvación de todos en el hogar. Tienen un mismo anhelo, buscan el éxito juntos, luchan hombro a hombro por la correcta edificación en la fe de todos y para que todos sean salvos por medio de Jesucristo.
Una esposa es feliz porque la impulsan a cumplir sus sueños. Una esposa es feliz porque la felicitan por todo lo que hace para su familia. La mujer es corona de su esposo, y el esposo la trata con cuidado, como vaso frágil, la ama incondicionalmente y juntos se esfuerzan por sus hijos para ser edificados en el camino del Señor Jesús y todos, juntos lograrán lo anhelado por sus corazones con el respaldo, la gracia y poder del todo poderosos, Jesucristo.
Amemos a nuestra esposa, a nuestro esposo, a nuestros hijos, por cada uno de ellos rendiremos cuenta al Señor Jesús, pues a él clamamos para recibir de él su aprobación y su bendición.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
