Llevando la Cruz

Sin embargo, nunca podremos separar a Cristo de la cruz.

Pedro incluso trató de hacerlo, porque quería un Mesías glorioso sin la cruz.

Pero, el camino de Dios es la cruz, no solo para salvarnos del pecado, sino también para salvarnos de nosotros mismos. El “yo” de Pedro se convirtió en la piedra de tropiezo en relación con la voluntad de Dios. La salvación depende de la obra de la cruz. La cruz trata no solo de nuestro pecado, sino también de nuestro “yo”.

La piedra de tropiezo debe ser quitada para que prevalezca la voluntad de Dios.

Jesús les había mostrado a sus discípulos cómo hacerlo:

Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. “(Mateo 16:24)

A menos que estemos dispuestos a negarnos a nosotros mismos, no podemos seguir a Jesús.

En otras palabras, Jesucristo debe ser el más grande para nosotros. El centro de nuestra vida. Aquellos que lo seguirían deben estar dispuestos a dar la vida por él. No se equivoquen: Jesús pide nuestra lealtad total, nuestra lealtad absoluta.

Y llegó un día en que Pedro tomó su cruz y siguió al Señor, ya no era Pedro, sino Cristo viviendo en Pedro y Cristo pudo cumplir todo según la voluntad del Padre.

La cruz siempre significa el camino de la salvación porque debido al pecado, estamos separados de Dios y nunca podríamos hacer lo suficiente para arreglar las cosas. Pero Dios nos ama tanto que envió a Jesús, su Hijo unigénito, como el Mesías prometido.

Y, al obedecer al Padre, Jesús murió en la cruz, mostrándonos, a través de la obediencia, cómo vivir en una relación correcta con Dios.

Cuando murió, se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto por nuestros pecados y venció el pecado, Satanás y la muerte.

Se puso de pie victorioso y justificado, prometiendo que, porque él vive, los que confían en él también vivirán. Su muerte y resurrección hicieron posible que seamos perdonados y tengamos una relación correcta con Dios.

Arrepentimiento

Para experimentar esta relación correcta, debemos arrepentirnos y confiar en ella por completo.

Ciertamente la palabra de la cruz es locura para los perdidos, pero para nosotros los que somos salvos, poder de Dios” (1 Corintios 1:18)

¿Crees esa palabra?

¿Alguna vez le ha entregado su vida al Señor Jesús?

Que la gracia del Señor Jesús esté en tu vida.

© Luis Andre Rocha. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones… Predicas Cristianas

NOTA: Esta predicación fue traducida de Portugués a Español por el equipo de Central de sermones. 

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