El Valor de la Santidad

La respuesta al problema de la obediencia es el amor. Si lo amas, le obedecerás. “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando” (vers. 14).

Si amas a Jesús verdaderamente:

Si le amamos, llegaremos  a ser como Él.

Si no le obedecemos, no le amamos. Si le amamos, le obedeceremos.

No le amamos, no haremos lo que Él enseña.

Porque el creyente conoce a Dios, le ama,  vive una vida de obediencia y no practica el pecado.

4. La única prueba que somos verdaderos hijos de Dios es un estilo de vida en santidad.

Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido” (1 Juan 3:6).

El hijo de Dios no tiene el hábito del pecado (no es que no pequemos, luchamos contra Él para no pecar) porque él tiene el principio divino de Dios de vida morando en él.

No podemos continuar pecando, porque ahora tenemos la naturaleza misma de Dios en nosotros. Una persona que “permanece” en una persona sin pecado,  él mismo debe estar sin pecado, porque tiene una naturaleza regeneradora sin pecado.

Los hijos de Dios actúan como su Padre. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu Santo de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14).

El Espíritu de Dios conduce a la santidad porque Él no te conducirá al pecado y la desobediencia. Si el Espíritu te conduce, vivirás una vida santa.

“Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. ” (1 Juan 3:15).

“Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. ” (vers. 9).

 “El nuevo nacimiento implica una purificación perfecta del pecado.”

5 comentarios en «El Valor de la Santidad»

  1. Excelente mensaje que nos ayuda a aferrarnos cada día a la palabra de Dios, a afirmar nuestro caminar en Cristo y luchar por obtener el galardón.

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