Génesis 1:27 Hechos con propósito

Prédicas Cristianas

Prédica de Hoy: Génesis 1:27 – Hechos con propósito

Mensajes Cristianos. Texto Bíblico: Génesis 1: 27. “Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.“

Génesis 1:27 – Introducción

Una de las cuestiones más relevantes del cristianismo es la concepción de los orígenes. Este aspecto nos es de gran importancia por varias razones. Una de ellas es la manera cómo concebiremos el mundo y la realidad. Otra, es que de acuerdo a nuestra concepción del comienzo entenderemos nuestro propósito y finalidad de ser.

Génesis 1:27 es un texto que está allí en medio de todo el relato de los orígenes. En él se encuentra la base de lo que es la humanidad. También, contempla la correcta posición de los géneros humanos creados por Dios y nos otorga el conocimiento sobre el propósito de la vida.

Por otro lado, todo el relato de los comienzos de la humanidad y el mundo han estado en completo debate. Esto se debe a que la discusión y rivalidad entre la ciencia y la fe se centran de manera especial en estos relatos. Por lo tanto, es nuestro deber no solo creer en la creación Divina, sino comprender la importancia de estos conceptos bíblicos.

La Biblia desde ninguna perspectiva soporta el concepto de evolución. Más bien, nos muestra una humanidad creada a imagen de Dios y con propósito como lo muestra Génesis 1:27. Dios es un Ser de racionalidad y orden, que contraría y refuta toda la concepción evolutiva del azar, la casualidad y términos similares.

Parte 1: Génesis 1:26 una decisión Divina

Génesis 1:26 dice “entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.” Esto nos muestra claramente que todo fue una decisión razonada y consciente. Dios en su infinita sabiduría tuvo a bien crearnos. No solo darnos la existencia, sino hacernos a su imagen.

El nacimiento de los primeros seres humanos fue una decisión Divina completamente consciente. La Biblia nunca deja lugar a dudas para el origen del ser humano.  Así como todo lo demás, todos nosotros fuimos creados por Dios de manera especial. No solo tuvo a bien crearnos, sino que nos dio la bendición de ser creados a su imagen y semejanza.

Los dos conceptos anteriores se reflejan en las capacidades especiales de los seres humanos. La capacidad de raciocinio, de toma de decisiones y el lugar preeminente en la creación forman parte de esa condición especial. Sin embargo, en la medida que le permitimos al Señor transformarnos esa imagen se va haciendo más evidente en nosotros.

Parte 2: Génesis 1:27 El lugar de la Humanidad

Tanto Génesis 1:26 como Génesis 1:27 son bases fundamentales para conocer el lugar de la humanidad en la creación. Cuando miramos todo el relato creativo nos damos cuenta que todo fue creado con anterioridad y al final de toda esa jornada semanal Dios creó a la humanidad.

Lo anterior nos lleva a reflexionar que Dios nos trajo a la existencia en el último momento de la creación. Algunos podrían llegar a pensar que esto es algo malo ¿Cómo es que fuimos lo último en ser creado? Sin embargo, esta decisión tiene un significado totalmente contrario a ese pensamiento.

Dios nos creo al final porque preparó de antemano todo para nosotros. Él se dedicó a hacer cada una de las cosas que el ser humano necesitaba para ser feliz y estar bien. Dios creó todo este hermoso planeta para nosotros, por eso al final nos creo para que todo estuviera listo.

Por todo lo anterior, podemos saber que la humanidad tiene esa preeminencia en el mundo. Dios no nos equiparó con los demás seres, sino que nos hizo superiores. Lógicamente, esto tiene para nosotros algunos privilegios, pero también una gran responsabilidad ante el planeta y los demás seres vivos.

Parte 3:  Génesis 1:27 propósito del ser humano

Todo lo que Dios hace tiene un propósito. Esto de ninguna manera es diferente con el ser humano, hemos sido creados con propósito. Primero, Dios nos dice que somo hechos para su Gloria (Isaías 43:7). Nosotros estamos en el mundo para glorificar a Dios a través de nuestra vida y alabanza.

Vivir para la gloria de Dios podría ser un concepto no tan fácil de interpretar. Podríamos pensar que Dios nos ha creado para su beneficio y vanagloria. Pero, este es un concepto totalmente alejado de la realidad. Vivir para la gloria de Dios es vivir en compañerismo, armonía y agradecimiento.

Somos nosotros los beneficiados de las obras y bendiciones del Señor. La glorificación que le damos es una expresión de gozo por las maravillas que Él hace por nosotros en cada momento. Debemos glorificar a Dios en nuestras vidas y en su creación, pues, hemos sido puestos como mayordomos de este mundo y debemos cuidarlo para nuestro bien y la gloria de Dios.

Finalmente, el hecho de que seamos creados a imagen de Dios, tanto el hombre como la mujer, señala el principio de igualdad. Dios nos ha creado iguales para que nos gocemos en la compañía mutua dentro de los límites establecidos. Dios desde el principio nos mostró la necesidad de los dos sexos para el avance del mundo y en definitiva de su pueblo.

Conclusión

Génesis 1:27 es un texto que nos debe llenar de gozo y agradecimiento. Dios ha decidido conscientemente crearnos y bendecirnos. Ha creado todo un mundo para nuestro beneficio y felicidad y está dispuesto a llenarnos de bendiciones cada día.

Además, el Señor nos ha creado como su joya más preciosa. Por lo tanto, todo lo que necesitemos de acuerdo a su voluntad nos será otorgado. Nos ha dado todo y quiere que aprendamos a tener nuestro lugar como cuidadores y administradores de este mundo.

No somos creados por azar o casualidad. Génesis 1:27 nos muestra que tenemos el propósito de glorificar a Dios diariamente. Todos, hombres y mujeres, hemos sido creados para representar con nuestras obras el amor Divino. Para mostrar el amor de Dios al mundo y para alabar a Dios por su gran bondad.

Hoy es un día para que recordemos lo maravilloso de saber que somos creados por Dios. Reconocer que somos de gran valor y que Dios quiere lo mejor para nosotros. Por eso, nos ofrece su amor, sus bendiciones y sobre todo, su salvación. Aceptemos esa salvación y glorifiquémosle cada día.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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