Claves para servir

Franklin Riera

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Debes escuchar a Jesús cuando le preguntes, porque el siguiente paso puede doler. Porque lo siguiente quizás sea duro y te lastime, y Su respuesta te aseguro que te dará paz.

II. CLAVES PARA SERVIR – TENER UNA ABICION CORRECTA (VERSS 33-37)

Acaban de llegar y Jesús como queriendo sacar el tema, les pregunta: oye, ¿qué venían hablando una hora en el camino? Porque ellos venían peleando de quien va a ser más importante en el reino de los cielos. O sea, que mundanos, que egocéntricos los discípulos. Pero sabe que todos tenemos esa actitud de alguna manera.

En realidad, ni siquiera esa debería ser la pregunta, porque no es que el reino que iba a ser de los discípulos, el reino es de Jesús. Jesús es el que pudo decirles: ¿qué de gana pelean si el más importante soy yo? Y ¿qué vas a hacer?

Y eso hubiese sido correcto, porque el reino es de Jesús y no de sus discípulos. Así que yo veo aquí una enseñanza de paciencia de Jesús. Él ya sabía lo que discutían, porque cuando uno discute no lo hace en baja voz, y los interpela diciendo ¿que hablaban? y no le dijeron porque estaban avergonzados.

Que paciencia, ponte en su lugar, tu sabes que es tu reino, que eres el hijo de Dios y una persona con aires de grandeza empieza a pavonearse. Tu sabes que esas personas que solo hablan de sí mismos, de sus logros etc., y tú la vez con sonrisa. Pero por dentro diciendo: ya por favor cambia de tema. Pero Jesús es paciente y quiere darles una lección.

No todo lo que discutían era malo. Hay cosas que hay que corregir, pero dentro de esta discusión no todo es malo. ¿Alguna vez te has sentido avergonzado por desear más o tener una ambición?

Esto sucede mucho entre cristianos; nos da miedo, porque se nos enseña que hay que ser humildes, y creemos que es hacernos el pobrecito y decir “hay yo no, o yo no valgo, solo a Dios la gloria yo soy el estrado de sus pies”. Pero realmente hay ambiciones que Dios pone en tu corazón, pero porque son correctas porque Dios es un Dios ambicioso.

Él quiere alcanzar a todo el mundo a través de su iglesia, y eso es algo ambicioso. Dios quiere que toda la gente no perezca sino que procedan al arrepentimiento. Entonces Jesús no les pregunta para exponerlos, sino que Jesús al escuchar su ambición sabe que está bien, pero el motivo es el que está un poco torcido. Es decir, tu ambición es buena pero hay que redirigirla.

No es malo tener ambiciones para el reino de Dios, lo que es malo hacerlas desde una posición de egoísmo. Entonces si tú tienes una ambición no la entierres o no la deseches, ni la cubras con esa actitud de falsa humildad. Más bien hazle la pregunta a Jesús, sobre cuál es el motivo y la dirección para que sea una ambición correcta, porque fuimos creados con el deseo de querer más, querer ir mas allá. Fuimos creados para algo eterno.

Lo que hace Jesús es redirigir esa ambición, y nos enseña que la grandeza de reino no se basa en cuantos te sirven, cuantos te siguen en Twitter, Instagram, tik tok. Sino que la grandeza según el mismo rey es a servicio de a cuantas personas tú estas. Jesús les invierte la imagen de servicio. Dios no busca influenciadores; Dios busca que seas capaz de que estés donde estés, tú también puedas coger una escoba y ayudar, y que lo hagas con gozo sin recelo.

Es fácil servir a quien te llevas bien, o que puedas recibir algo a cambio. Pero se requiere verdadera humildad reconocer y hacer un servicio a quien tal vez no se merece.

Pero a veces nos ponemos como los Fariseos y decimos: no eso ya no es para mí yo estoy en otro nivel, estaré orando por ti mientras sirves. Pero el reino de Dios es al revés, así que tienes que servir y servir a los demás como superiores a nosotros a todos. Jesús quiere que ambiciones servir a los demás.

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Franklin Riera
Autor

Franklin Riera

Magister en Teología y Estudios Bíblicos, Lic. en Teología Pastoral y Estudios Transculturales. Pastor en Ecuador por 20 años.

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