¡Dejemos de pensar como la langosta!

2 Crónicas 7:13-14Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; 14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”

2. CUANDO SOMOS DESOBEDIENTES (Deuteronomio 28:15, 38)

La desobediencia fue el primer pecado que aborreció Dios, en primer lugar viniendo de Satanás y luego a través de Eva y de Adán.

Cuando Dios nos demanda obediencia a su palabra, a sus autoridades instauradas, a su voz y no lo hacemos, Dios permite que pasemos ciertas pruebas donde el deja que langostas se roben lo que con amor y esfuerzo hemos construido para desarrollarnos ministerialmente, personalmente y poder dar un fruto.

El verso 42, Dice que toda tu alborada y tu fruto serán consumidos.

La desobediencia hace que nos veamos secos, improductivos, sin autoridad.

Jueces 6:1-5 Nos habla de que el pueblo hizo lo malo delante de Dios y por esto las langostas (enemigos) venían y se comían el fruto de la tierra y lo desbastaban.

Iglesia, todas las cosas buenas que en algún momento dimos se van, nadie las reconoce y es necesario comenzar de nuevo.

Cuando no hay obediencia Dios permite que la langosta venga y se coma tu fruto, esto genera perdida de la credibilidad y por esto, se pierde la autoridad.

¿CÓMO LOGRAR QUE HOMBRES CON MENTALIDAD DE LANGOSTAS DEJEN DE OPERAR SOBRE NUESTRAS VIDAS?

Siendo humildes, en obediencia y por medio de la oración.

1 Reyes 8:37-3937 Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea; 38 toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, 39 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el  corazón de todos los hijos de los hombres);”

Veamos el segundo punto de vistas: Nosotros actuamos como langostas cuando:

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