Predicas Cristianas
Predicas cristianas predica de hoy: Una fe inquebrantable
Predicas cristianas lectura bíblica de hoy: “Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” (Daniel 3:16-18)
Introducción:
La historia del pueblo de Dios está edificada sobre la fe inquebrantable de muchos hombres y mujeres que tuvieron una fe radical y principios absolutos que guiaban sus vidas en medios de pruebas, persecuciones y desafíos.
Para un buen porcentaje de cristianos acostumbrados a un evangelio casi “paradisiaco y superficial es bastante difícil dimensionar lo que muchos en la Biblia y en la historia del cristianismo han tenido que pasar para mantener su fe y servir a Dios.
Vivir la fe para que esta sea una fe inquebrantable lejos de menguar ante las pruebas y desafíos que vivimos en este mundo se necesita hombres y mujeres dependientes y comprometidas con Dios en medio de un mundo que no quiere saber nada de Él.
La experiencia de Sadrac, Mesac, Abed Nego, nos lleva a la consideración de lo que realmente significa una fe radical, una fe inconmovible, una fe innegociable, una fe inquebrantable. Las declaraciones de estos hombres ante la autoridad máxima de su tiempo el dilema de adorar o no a dioses ajenos, marco sus vidas como hombres fieles y entregados incondicionalmente al Dios Todopoderoso.
Proposición: Experimentar una fe inquebrantable siempre será un desafío que marcara un antes y un después en nuestra vida espiritual.
La Fe inquebrantable me enseña que la obediencia a Dios no es una opción.
“Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto” (vers. 16)
Estas palabras denotan firmeza y determinación. No había que presentar allí un discurso elaborado. Pocas palabras eran suficientes. Los “valientes” arrebatan el reino de los cielos.
Nuestra obediencia a Dios siempre nos permitirá disfrutar de las bendiciones que Él nos ha prometido. ¡Que glorioso es saber que las bendiciones de Dios nos alcanzarán! ¿Y cuándo se hará realidad esto? cuando pongamos por obra la Palabra de Dios y seamos obedientes al Señor.
La adoración a la estatua del rey era una prueba de fe y lealtad a Dios. El horno de fuego, era real, Y la amenaza del rey era cierta. La posición de los jóvenes fue firme e innegociable.
Hebreos 11:1 nos enseña que “Es pues la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
La fe verdadera y salvadora nos enseña mirar a lo desconocido y confiar aun en las cosas que no se ven pero que ha sido prometida por Dios. Una fe inquebrantable nos hace permanecer mirando a lo invisible y confiando en que Dios cumple lo que promete.
La fe inquebrantable no es negociable.
“He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.” (vers. 17)
Una fe inquebrantable nos hace permanecer firmes ante las pruebas y momentos difíciles que vivimos en este mundo.
Daniel tenía una fe inquebrantable. Su confianza en el Señor lo sostuvo cuando fue sacado de su patria, hecho cautivo y enviado a un país extranjero. Esa fe lo fortaleció cuando sirvió a cuatro reyes diferentes y enfrentó muchos problemas.
Conocer a Dios y confiar en Él son los dos elementos clave de la fe inquebrantable.
Daniel, que era miembro de la nobleza israelita, conoció al Señor desde temprana edad. Mientras estuvo cautivo, sus palabras y sus acciones demostraban que conocía las Sagradas Escrituras y que quería obedecer a Dios.
Cuando le sirvieron una comida que había sido sacrificada a los ídolos, se arriesgó mucho al pedir que le dieran otro alimento. Dios hizo que se ganara la buena voluntad del oficial (Daniel 1:5-9).
Como Daniel, nosotros también debemos invertir nuestra vida aprendiendo y haciendo lo que agrada a nuestro Padre celestial (Colosenses 1:10).
Pero este joven no solo sabía lo que decían las Sagradas Escrituras; confiaba, también, en que Dios haría lo que había prometido. Cada vez que Daniel tomaba una postura piadosa, estaba demostrando su confianza en el Padre celestial. Y también sus amigos, Sadrac, Mesac y Abed-nego, tenían una fe firme. No sabían con certeza si el Señor los libraría del horno de fuego, pero confiaron en que Él haría lo correcto (Daniel 3:16-18).
La fe inquebrantable nos hace actuar con valentía
“Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” (vers. 18)
Cuando vivimos por fe y le creemos a Dios y a su Palabra podremos vivir con valentía confiando en que El peleara por nosotros en cualquier circunstancia.
La fe requiere que seamos valientes y ser valiente viviendo la fe en el Señor nos ayuda a no quebrantar cuando somos probados.
Es la valentía la que nos lleva a creer que las circunstancias de la vida cambiarán a pesar de haber sido desilusionados muchas veces. Se requiere arrojo para creer cuando la evidencia está en contra nuestra.
Se requiere valor cuando las circunstancias no están a nuestro favor o cuando no estamos seguros de cómo proceder. Cuando nuestra reacción es que no dejaremos de creer, no se trata de fantasías sino de una fe intrépida.
Así que, no menospreciemos la fuerza y la valentía cuando la vida nos arroja esos momentos difíciles, esos momentos en que quedamos entre los que esperamos y lo que todavía no hemos visto o experimentado.
En la tradición cristiana, la fe no es la postura de “ver es creer”, sino que es confiar en realidades mejores y nuevas cuando todavía no son evidentes en nuestra vida.
Conclusión:
Una fe inquebrantable No se canta, No se grita, No se publicita. Una fe inquebrantable se vive y se demuestra en los momentos más difíciles y necesarios, en los momentos donde se debe honrar el nombre de Dios.
© José Duanys Gutierrez. Todos los derechos reservados.
Maravilloso mensaje de FE inquebrantable. Lo necesitamos a cada momento de nuestra vida. Vivir en ese FE no negociable…Gracias por compartir la bendita palabra de Dios.