Predicas Cristianas
Predicas cristianas predica de hoy: Una lección de tolerancia
Tema: Hoy quiero hablarte de la necesidad que tiene la iglesia de erradicar la tendencia a la intolerancia y al exclusivismo, al pensar que
Introducción
Primera semana: Una iglesia al estilo de Jesús. Jesús modelo con su vida y ministerio una Iglesia Relevante, Intencional y Saludable.
Segunda semana: Secretos para servir con Éxito. Y les hable sobre la unidad que da el Espíritu Santo en medio de la diversidad.
Hoy quiero hablarte de la necesidad que tiene la iglesia de erradicar la tendencia a la intolerancia y al exclusivismo, al pensar que nuestra forma de hacer las cosas para Dios es la única aceptable.
Resulta que Juan y otros discípulos más, se encontraron a una persona, de la cual no se ofrecen muchos detalles de quién era, que en el nombre de Jesús echaba fuera demonios y los endemoniados quedaban libres de su opresión.
Este caso es diferente al de los siete hijos de un tal Esceva, judío y jefe de los sacerdotes, que vivían en la ciudad de Éfeso. Ellos pretendieron usar el nombre de Jesús y el de Pablo para hacer exorcismo y fueron atacados por el hombre en quien estaba el espíritu malo (Hechos 19:13-16). Estos hombres invocaron el nombre de Jesús sin conocerlo. Y la Biblia nos enseña que Jesucristo obra solo a través de quienes Él escoge y capacita. El nombre de Jesús no es un amuleto mágico.
El hombre a quien Juan prohibió echar fuera demonios era diferente. Porque el propio Juan testificaba que vieron a uno echando fuera demonios en el nombre de Jesús. Aunque no formaba parte del círculo de los doce discípulos, este hombre echaba fuera demonios porque creía en el poder del Nombre de Jesús.
Hoy quiero que juntos analicemos algunos detalles de este incidente. Porque me interesa repasar la respuesta que da Jesús a esta actitud intolerante de Juan.
¿Cómo reacciono ante el éxito de otros?
“Uno de sus discípulos, Juan, le dijo un día: — Maestro, vimos a un hombre que echaba fuera demonios en tu nombre. Se lo prohibimos porque no pertenece a nuestro grupo.” (Marcos 9:38 NTBAD).
Es claro en esta observación de Juan, que la única razón que argumentaron para prohibirle a un hombre que echara fuera demonios en el nombre de Jesús, era que no pertenecía al grupo de los discípulos que seguían a Jesús. Es decir, no formaba parte del grupito que acompaña al Maestro a todas partes.
Lejos de alegrarse por ver la manifestación del poder de Dios liberando gentes atadas por el poder de satanás, Juan, víctima de un sectarismo extremo, llega al punto de prohibirle al hombre usar el nombre de Jesús. Es que tristemente muy a menudo, criticamos a otros por los éxitos que no podemos conseguir nosotros mismos.[1] Tenemos ojos sólo para ver faltas y no virtudes y resultados.
Y se debe también tener mucho cuidado de que la fidelidad a Cristo, y el fervor por Él, no escondan un espíritu sectario (extremista) de venganza o violencia contra los que viven en la oscuridad y el pecado, como manifestó Juan y su hermano Jacobo, cuando desearon que descendiera fuego del cielo y consumiera una aldea samaritana (Lucas 9:54).
En esa ocasión también Jesús tuvo que corregir a los dos hermanos y decirles que “el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas.” (Lucas 9:56). Condenamos el pecado, pero no al pecador. No toleramos el pecado, pero sin menospreciar al pecador. (Tito 2:11).
En el libro de Números se registra la historia de cuando Dios ordenó a Moisés, separar setenta ancianos sobre los cuales reposaría el espíritu profético de Moisés. Dos de estos ancianos que estaban anotados (inscritos) en la lista, por alguna razón (que no sabemos), no pudieron asistir a la reunión convocada en los alrededores del tabernáculo. (Números 11:26).
Y cuando Josué, el ayudante de Moisés supo que Eldad y Medad (los ancianos ausentes), estaban profetizando en el campamento, le dijo a Moisés: “—¡Moisés, señor, prohíbeles hacer eso! Pero Moisés le dijo a Josué: —¿Estás celoso por mí? Cuánto quisiera yo que todo el pueblo del SEÑOR profetizara, y que el SEÑOR pusiera su Espíritu en ellos.” (Números 11:28, 29 PDT). Es que Moisés no se sentía amenazado por la demostración pública de Eldad y Medad, más bien lo que deseaba era que todo el pueblo pudiera experimentar el poder del Espíritu de Dios y que profetizaran.
Y aquí aprendo, lo que Josué no comprendió: que cuando Dios te anota en su lista, su bendición te alcanza a donde quiera que geográficamente estés ubicado.
La historia se repite con el rey David. Todo parece indicar que no estaba en la lista de los invitados al sacrificio, el día que Samuel fue enviado por Dios a ungir el sustituto del rey Saúl, pero sí estaba anotado (inscrito) en la lista de Dios (1 Samuel 16).
Tanto Jesús (a Juan) como Moisés (a Josué), corrigieron esa tendencia exclusivista e intolerante, de creer que solamente nuestra forma de hacer las cosas para Dios es la única aceptable. Es un error pensar, que el Espíritu Santo solamente fluye, cuando las cosas se hacen como nosotros las hacemos o como nosotros entendemos que deben hacerse.
Nunca debemos olvidar que Dios trabaja de muchas maneras diferentes, en muchos proyectos diferentes, por medio de muchas personas diferentes, pero que todo es importante para Él.
Los evangelios significan que cuando Jesús murió en la cruz, José de Arimatea y Nicodemo, que eran miembros del Sanedrín y discípulos de Cristo, pero secretamente por temor a los jefes judíos, fueron los que se hicieron cargo de la sepultura del Señor.
José de Arimatea fue ante Poncio Pilato, gobernador romano, y le pidió el cuerpo del Señor y lo sepultó en su tumba nueva. Nicodemo, el que fue a conversar con Jesús de noche, donó unas cien libras de un compuesto de mirra y de áloes, para embalsamar el cuerpo del Señor Jesucristo (Juan 19:38-42). Y éstos no formaban parte del grupito que andaban con Jesús a todos lados, pero eran seguidores del Maestro.
Cuando creemos equivocadamente que nuestra manera de hacer las cosas es la única válida, que el ministerio en el cual servimos es el que más se debería valorar en la iglesia, y cuando pensamos que todo el mundo debe hacer las cosas a nuestra manera, [2] cometemos un grave error. Asumir esta posición, es desvalorizar lo que otros hacen para Dios y para Su iglesia, es dejar de trabajar en equipo y lo peor, es atentar contra la unidad que el Espíritu Santo le da a la iglesia.
La historia del profeta Jonás nos hace reflexionar en este sentido, porque equivocadamente Jonás pensó que la gracia y la misericordia de Dios sólo alcanzaban a su pueblo Israel (Jonás 4:1-11). Y en base a su experiencia podríamos preguntarnos: ¿Consideramos que un ministerio es importante sólo si está directamente relacionado con nosotros?
¿O con el grupo étnico o racial al cual pertenecemos? ¿Hay grupos a los que nos resulta más fácil odiar que amar? ¿Podemos afirmar que nuestra vida está completamente abierta al amor, la gracia y la compasión de Dios cuando rehusamos amar a aquellos que cometieron graves ofensas contra nosotros? [3]
Ignorar que el Señor trabaja de diferentes maneras, y bajo circunstancias diferentes y con diferentes personas, es ignorar que la iglesia es el equipo ganador del Señor, y que Dios ama a todos sin acepción de personas.
- El ministerio de las mujeres es tan importante como el de los hombres.
- El ministerio de los jóvenes es tan importante como el de los niños.
- Ministerio de la adoración es tan importante como el del evangelismo y el de intercesión.
- El ministerio de matrimonios y familias es tan importante como el de servidoras y solteros.
- Ministerio de educación cristiana es tan importante como el de los ujieres o misiones.
- El ministerio de danzas es tan importante como el de artes escénicas y audiovisuales.
La iglesia no está organizada en ministerios o departamentos, para competir o excluirse el uno al otro, sino para complementarse y luchar juntos por el progreso de la causa de Cristo.
¿Cómo reacciono ante el éxito de otros? J
osué quiso que Moisés hiciera callar a Eldad y Medad; Jonás deseo morirse porque Dios perdonó a los ninivitas que se arrepintieron. Recordemos que ningún Juan tiene el monopolio del Reino de Dios. Así que juntos, trabajemos en equipo y llegaremos mucho más lejos, que si nos empeñamos en hacerlo solos.
¿Cuál es la respuesta de Cristo ante la intolerancia?
Al conocer de este incidente, el Señor Jesús censuró la tendencia sectaria y egoísta de sus discípulos, y dejó bien establecido, que Su obra no estaba restringida a un pequeño grupo de discípulos.[4]
Te animo a observar que la respuesta de Jesús es seguida por una triple explicación de por qué no debían alimentar la intolerancia y el exclusivismo.
“No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí.” (Marcos 9:39). Si ese hombre tiene suficiente fe en mí, para usar mi nombre y echar fuera demonios, está de mi lado y obrando en contra de Satanás, ¿por qué se lo vas a prohibir? No será de las AD, pero está predicando el evangelio, haciendo misiones, y expandiendo el reino.
“No se lo prohibáis, porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.” (Marcos 9:40; cf. Mateo 12:30). Si ese hombre está echando fuera demonios en mi nombre, entonces no está en contra mía ni de ustedes. El Señor Jesucristo establecía claramente que no puede existir neutralidad en la relación personal con Él. Somos o no somos de Cristo. Estamos con Dios o en contra de Dios. Representamos su reino o no lo representamos.
“No se lo prohibáis, porque cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa” (Marcos 9:41). Si Dios tiene misericordia de alguien que ofrece un gesto tan simple como dar un vaso de agua, ¿cómo van a menospreciar los discípulos a quien expulsa demonios en el nombre de Jesús? [5] (Mateo 10:42).
El Señor quería hacerles entender que, si alguien actúa sinceramente en su nombre, difícilmente esa persona actúe en su contra.
Una prueba crucial a la hora de determinar el verdadero servicio es el motivo que lo inspira. Nuestro servicio en el reino de Dios se ha hecho, ¿por el amor de Cristo y para su gloria o para que vean que servimos?
CONCLUSIÓN
Dios tiene un montón de gente a su servicio en todas partes del mundo y aquí en Tampa. Y cada cual le sirve conforme a Su llamado, a sus propósitos y a la capacitación que Él les da a los que ocupa en su reino.
Recordemos que además de ti y de mí, Dios está trabajando por medio de mucha gente y todos somos importantes para que sus propósitos eternos sean hechos realidad en la tierra.
LLAMADO A LA UNIDAD DE LA IGLESIA
[1] Wiersbe, W. W. (1995). Bosquejos expositivos de la Biblia: Antiguo y Nuevo Testamento (electronic ed., Marcos 9:38–41). Editorial Caribe.
[2] Álvarez, E. P. (2007). Marcos (p. 85). Augsburg Fortress.
[3] Finley, T. J. (2011). JONÁS. En S. L. Calçada (Ed.), Biblia de Estudio de Apologética: Preguntas reales, Respuestas directas, Fe más profunda (p. 1220). Biblias Holman.
[4] Nuevo comentario ilustrado de la biblia. (2003). (p. 1194). Nashville: Editorial Caribe.
[5] Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Martínez L., M., eds. (2012). Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 15: Marcos (p. 138). Editorial Mundo Hispano.
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