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Mantente vigilante

Predicas Cristianas

Predicas cristianas predica de hoy: Mantente vigilante

Predicas cristianas lectura bíblica de hoy: Mateo 25:1-13

Introducción

La semana pasada les hablé, de que no deberíamos ir por el mundo, pretendiendo que cualquiera descubra nuestro verdadero valor. Como cristianos, seguidores de Jesucristo, nuestro verdadero valor lo determina Dios.

Cuando muchos nos menospreciaron y no nos tomaron en cuenta, el Señor nos tendió su mano de gracia y misericordia, y nos trasladó de las tinieblas a su luz admirable.

Agradecidos de la obra transformadora del Señor en nuestras vidas, debemos servirle con alegría por medio de los dones y ministerios que Él compró para nosotros en la cruz del Calvario. Viviendo en la esperanza bendita de que el Señor Jesucristo volverá a buscar a su iglesia redimida. Perseverando en la fe, hasta que Él nos llame a su presencia o nos venga a buscar.

En el capítulo 25 del evangelio de Mateo, se registran dos parábolas del Señor Jesucristo, que son muy conocidas por los cristianos, la de las diez vírgenes y la de los talentos.

Ambas parábolas confirman que Cristo viene y que su venida es inminente. Que vendrá como ladrón en la noche y sin previo aviso. Que la demora de su venida, no nos da licencia para andar tras los placeres pecaminosos del mundo y de la carne, sino vivir cada día como si fuera el de Su regreso.

Amén a todas las enseñanzas que se puedan encontrar en la parábola de las diez vírgenes, yo quiero detenerme en dos grandes verdades prácticas, que encuentro en esta importantísima parábola de Jesús, referente a la actitud que deben asumir los cristianos en los últimos tiempos. Dos advertencias universales que son dignas de tomar en cuenta.

I. Hay cosas en la vida que son imposibles de obtener en el último minuto

En esta historia de las diez vírgenes (o damas de honor de una boda judía), el Señor da una linda lección acerca de cómo cada persona debe ocuparse de su propia condición espiritual, si es que le importa estar listo para su encuentro con aquel que descubrió su verdadero valor.

Estas diez vírgenes (muchachas) estaban esperando para desfilar en una ceremonia de bodas, que según la tradición judía podría durar hasta siete días. Ellas esperaban al novio para acompañarle junto a la novia hasta la casa del novio, y participar allí del banquete de bodas. Como las bodas eran de noche, las lámparas eran importantes porque ellas servían para iluminar el camino, y sin ellas no se podía participar de las fiestas de bodas.

Jesús dice que a la media noche se escuchó el grito de que llegaba el novio, pero que a cinco de estas muchachas se les apagaban sus lámparas, porque les escaseaba el aceite, y quisieron que las otras cinco compartieran con ellas de su aceite. Pero prudentemente le aconsejaron que fueran a la tienda a comprar. Y así lo hicieron. Pero lo triste fue que cuando regresaron, ya la puerta estaba cerrada y no pudieron participar en la fiesta de bodas.

Y aquí aprendo la primera lección, con estas cinco muchachas descuidadas que quisieron resolver la falta de aceite a última hora. Y es que hay cosas que son imposibles de obtener en el último minuto, porque generalmente ya es demasiado tarde. (Mateo 25:3, 9).

Un estudiante que se prepara a última hora para un examen no puede esperar obtener buenas calificaciones. Llegar tarde a los lugares es siempre una tragedia. Cuando llegas tardes: pierdes las alabanzas, se te fue el avión, ya no quedan mesas disponibles en el restaurante, otro hizo el negocio, se acabó lo que fuiste a buscar, la tienda la cerraron, ya no hay estacionamiento, la novia se enfadó, y la lista sería interminable.

Pero lo triste de esta realidad es que mucha gente aplaza su decisión por Cristo, pensando que vendrán tiempos mejores, corriendo el riesgo de perder la oportunidad para siempre. No hay mejor tiempo como el presente, para arrepentirse de sus pecados, recibir el perdón de Dios y experimentar su gracia salvadora. No es mañana es hoy.

El apóstol Pablo en su segunda carta a los cristianos corintios les dice, “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.” (2 Corintios 6:2). [Kairos, tiempo determinado]

Pablo significa dos cosas muy importantes al citar estas palabras del profeta Isaías: primero, señalar la urgencia que tiene la iglesia, como mensajera de Dios, de predicar el evangelio de salvación a toda criatura. (Marcos 16:15; Mateo 28:19). Y segundo, significar que hay un tiempo en la economía de Dios, cuando Él escucha a los pecadores y responde a los que se arrepienten, y ese tiempo preciso y oportuno era y es ahora mismo. (cf. Isaías 55:6-7; Hebreos 4:7). Sin embargo, la Biblia dice que ese tiempo también llegará a su fin (cf. Juan 9:4-5).

Igual ocurre con algunos creyentes que aunque reconocen su condición espiritual, se autoengañan pensando que más adelante podrán reconciliarse con el Señor. Y descuidan su vida espiritual. Su lámpara se les está apagando, y piensan que en el último momento podrán ir a comprar aceite.

Jesús advierte el peligro de esperar a última hora para correr en busca de aceite. Se corre un riesgo espiritual tremendo, cuando en vez de mantener ardiendo nuestra lámpara, permitimos que el afán, los compromisos y el entretenimiento, vayan apagando la llama del Espíritu Santo en nuestras vidas.[1]

La oportunidad un día terminará definitivamente. La expresión de Jesús se cerró la puerta, habla de ser dejado fuera del Reino. No hay segunda oportunidad en la vida venidera.

Cuando las cinco vírgenes insensatas llamaron, ¡Señor, señor, ábrenos! El Señor les responderá “De cierto os digo, que no os conozco” (Mateo 25:11, 12). Hay un tiempo oportuno para buscar y llamar: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado; llamadle en tanto que está cercano” (Isaías 55:6).

Recuerda: Hay ciertas cosas que son imposibles de obtener en el último minuto. Mejor es mantenerse alerta y estar listos sirviendo al Señor Jesucristo.

II. Hay cosas en la vida que no se pueden pedir prestadas

A las vírgenes insensatas o descuidadas de la parábola, les resultó imposible conseguir aceite prestado cuando descubrieron que les hacía falta, porque no llenaron bien sus lámparas. (Mateo 25:8,9).

Con nuestra mente moderna, pudiéramos pensar que las cinco muchachas prudentes o sabias, actuaron egoístamente, al no prestarle aceite a las insensatas. Pero me gusta como la traducción del NTBAD evalúa la respuesta de las vírgenes prudentes: “Pero las otras, prudentemente, respondieron: No tenemos suficiente aceite para darles. Vayan a la tienda y compren.” (Mateo 25:9 NTBAD).

Y aquí Jesús nos da una muy buena lección para nuestra vida espiritual. Y es que en el ámbito de lo espiritual no se puede pretender vivir de cosas prestadas, necesitamos estar llenos del Espíritu Santo para enfrentar las sorpresas que nos traiga la vida. (Efesios 5:18-20).

No se puede recibir prestada una relación con Dios. Cada persona debe tener un encuentro personal con Jesucristo y nacer de nuevo por la fe. Es imposible vivir con la fe prestada de los abuelos, de los padres o de los maestros de Escuela Dominical. Cada persona debe vivir por su propia fe, porque la salvación no es un asunto familiar, no se transfiere, no se hereda. Recordemos que la gracia de Dios no es transferible.

El que mi papá o mi mamá sean salvos no significa que yo automáticamente sea salvo. Si yo no me preocupo por tener una relación personal, real y verdadera con Dios, aunque toda mi familia sea salva yo no lo seré.

No me servirá de nada tener un padre recto o una madre consagrada a Dios, si mi propia vida está alejada de Dios. Y los padres cristianos deben tener eso muy bien claro, para poder guiar a sus hijos a un encuentro personal con Cristo.

La Biblia dice que “El hijo no recibirá castigo por el pecado del papá ni el papá recibirá castigo por el pecado del hijo. El bueno será recompensado por su bondad mientras que el malo será castigado por su maldad.” (Ezequiel 18:20 PDT).

No se puede mal interpretar la respuesta de Pablo y Silas al carcelero de Filipos, cuando le dijeron: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:31). La fe del carcelero no salvó a toda su familia automáticamente; cada uno de ellos necesitó aceptar a Jesús en fe, y creer en Él, de la misma manera que el carcelero lo hizo. Una paráfrasis dice: Cree … y serás salvo, y que tu casa haga lo mismo también. (Hechos 16:31).

No se puede pedir prestado un carácter cristiano, porque el carácter de una persona es el resultado de su actitud, sus pensamientos, sus intenciones, sus deseos y sus acciones, y está directamente influenciado y desarrollado por nuestras decisiones. (Daniel 1:8). El carácter cristiano en el creyente es una manifestación constante de Jesús en su vida. Es el resultado de la obra de santificación del Espíritu Santo en cada persona.

Por lo tanto, En la vida espiritual no se puede vivir del capital ajeno. Hay cosas que tenemos que ganarnos o adquirirlas por nosotros mismos, porque nadie nos la puede prestar.

El joven David peleó su batalla contra el gigante Goliat con sus propias armas, no con las que el rey Saúl quiso prestarle (1 Samuel 17:38-40).

No se puede pedir prestada la unción. Cada creyente debe tener su propia provisión espiritual. Mi vida devocional no depende de nadie y ni de cómo me traten en la iglesia, ni de los conflictos que pueda tener en la familia, el trabajo o en la comunidad.

Mi vida devocional con Dios es personal. Y de esa relación personal con Dios, depende la unción con que ministre, el gozo con que sirva en el reino de Dios, y la fidelidad con la que persevero en la fe.

Aunque los creyentes nos beneficiemos del amor fraternal, de la comunión y las oraciones los unos por los otros, no es posible vivir vidas espirituales saludables y relevantes con el capital ajeno. Cada cristiano debe fomentar y fortalecer su propio arsenal espiritual por medio de la oración y la lectura sistemática de la Biblia.

La Biblia significa que los siete hijos de un judío llamado Esceva, que era jefe de los sacerdotes, pretendieron usar prestado el poder que Dios había delegado en Pablo y salieron mal parados. (Hechos 19:13-15).

Recordemos que en la vida espiritual hay cosas que no se pueden pedir prestadas.

CONCLUSIÓN

Amén a todas las enseñanzas de la parábola de las 10 vírgenes, el Señor Jesucristo nos llama a fomentar una vida espiritual fresca, plena y llena de la presencia permanente del Espíritu Santo; siendo fieles y diligentes en el servicio a Dios, viviendo en espera del regreso de nuestro Señor Jesucristo.

Te recuerdo que en la vida espiritual hay cosas que son imposibles de obtener en el último minuto, y otras no se pueden pedir prestadas.

Te recuerdo también, la advertencia de Jesús al terminar la parábola de las diez vírgenes: “Por lo tanto, mantente vigilante, porque no sabes cuándo ni a qué hora he de regresar.” (Mateo 25:13 NTBAD).

[1] Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bíblico de Matthew Henry (p. 1186). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.

© David N. Zamora. Todos los derechos reservados.

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3 comentarios en «Mantente vigilante»

  1. Buenos días hermano David Zamora, El Señor Jesucristo le siga bendiciendo. Hermano le pido el favor de decirme que significa la version NTBAD. Muchas gracias.

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