Los desafíos de la gran comisión

Pero esto es el resultado de su comunión con Dios y de su obediencia a la Palabra. Juan Wesley, uno de los reformadores de la iglesia del sigo XIX dijo que no era su temor de que la iglesia dejara de existir, pero sí dijo: “lo que sí temo es que algún día la iglesia siga existiendo como algo frío, sin vida espiritual e irresponsablemente callada en un mundo que se muere sin Jesucristo.”

III. GRAN COMISIÓN – PASAR DEL MIEDO AL VALOR, Efesios 6:19-20.

La guerra espiritual a la que Pablo se refiere en este capítulo demanda del creyente una intensa vida de oración. Y no debemos olvidar que la oración es una fuente de poder que nos libera de temores y nos reviste de valor.

Si somos observadores de los grandes avivamientos de la iglesia en la historia mundial, nos daremos cuenta que estos se han dado en circunstancias de crisis. Esto muestra claramente que, cuando las situaciones son más difíciles, el evangelio se puede predicar y la iglesia crecerá como nunca.

Sin embargo, el problema que ata a miles de creyentes es el miedo a proclamar lo que Dios hace en su vida.

Se dice que en el estado de Ayacucho en Perú, durante la guerra civil, muchos predicaban el evangelio. Se sabe que dos hermanos recibieron amenazas de los rebeldes que si seguían predicando, los iban a matar.

Lejos de atemorizarse, ellos continuaron predicando. Por esta causa fueron prendidos y les dijeron que morirían como “el Jesús que predicaban” y ante el asombro de todo el pueblo, los rebeldes crucificaron a los hermanos.

Pero para sorpresa de todos, colgados en las cruces, los hermanos gritaban a otros creyentes que nunca desmayaran y que siguieran adelanta predicando el evangelio. Además gritaban: “Aunque muramos, el Señor sigue vivo para estar con ustedes y ayudarlos.”

CONCLUSIÓN

Necesitamos retomar la tarea encomendada por Jesús como un asunto serio que demanda fe, responsabilidad y valor.

Es verdad que desarrollar esta labor a veces nos atemoriza por el qué dirán, por el rechazo, por la indiferencia, por el peligro y tal vez hasta por una sonrisa burlona de los demás. Pero nada debe impedirnos seguir adelante.

Entendamos que no estamos solos. Dios prometió estar con nosotros y nos ayudará en cualquier dificultad que tengamos. Si no estamos cumpliendo con estos desafíos, tenemos que humillarnos, orar, buscar a Dios y tomar de él lo que necesitamos para cumplir la Gran Comisión.

© Luis René Pérez Quirino. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones… Predicas Cristianas

1 comentario en «Los desafíos de la gran comisión»

  1. Hermosa reflexión apoyame enviandome otros mensajes al respecto; necesitamos despertar del sueño en que hemos caído necesitamos proclamar el evangelio Dios le bendiga

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