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¿Quién Necesita un Avivamiento?

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: ¿Quién Necesita un Avivamiento?

Predica Cristiana Lectura Bíblica: 2 Crónicas 7:14

Introducción

Queridos hermanos y hermanas, vivimos en tiempos difíciles y desafiantes. Necesitamos despertar de este sueño profundo en el que estamos y necesitamos un avivamiento. El pueblo de Dios, en gran parte, se ha quedado dormido en sus casas y bancos de la iglesia. Estamos cómodos, sentados y confiados en que somos salvos, pero nos falta el fuego de Dios que nos impulse a actuar. Así que hoy vamos a hablar de este tema crucial: ¿Quién necesita un avivamiento?

El avivamiento no es simplemente una serie de emociones pasajeras o eventos especiales en la iglesia. Es un retorno profundo y sincero a Dios, donde nuestras vidas son transformadas y alineadas con Su voluntad. En el versículo que estamos explorando hoy, Dios nos da una la respuesta a nuestra pregunta.

Lectura Bíblica

Aquí el Señor nos dice: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” Este versículo es una promesa y, al mismo tiempo, un llamado urgente a regresar al camino de Dios.

La realidad es que estamos viviendo en un mundo lleno de violencia, caos y confusión. Por ejemplo, hace poco, el 7 de octubre de 2023, fuimos testigos de un ataque brutal en Israel, donde el grupo terrorista Hamas lanzó un ataque masivo contra civiles y soldados israelíes, resultando en la muerte de cientos de personas y desatando una nueva ola de conflicto en la región.

Este tipo de violencia y caos en el mundo es un claro recordatorio de que vivimos en tiempos de gran necesidad espiritual. El mundo está clamando por paz, justicia y dirección divina, y es por eso que hoy más que nunca, debemos preguntarnos: ¿Quién necesita un avivamiento?

I. ¿Quién Necesita un Avivamiento?

La respuesta la encontramos directamente en las palabras de la Escritura de hoy: “mi pueblo.” Con esto, Dios nos está diciendo que nosotros, Su pueblo, somos quienes necesitamos un avivamiento. Hemos sido llamados por Su nombre, y como tales, tenemos la responsabilidad de volvernos a Él con todo nuestro corazón. Hermanos, la realidad es que el pueblo de Dios hoy en día no está haciendo lo suficiente para la obra de nuestro Rey y Salvador.

Muchos han caído en la trampa de la comodidad espiritual, satisfechos con la certeza de nuestra salvación, pero sin el fervor que debería acompañar esa fe. Muchos se han acomodado, esperando pacientemente el regreso del Señor, pero sin la urgencia de compartir Su mensaje con el mundo. Este es el momento de examinar nuestras vidas y preguntarnos si realmente estamos viviendo conforme a la voluntad de Dios.

Es fácil hablar de las grandezas del poder de Dios, de los milagros y bendiciones, pero si no hay un avivamiento en nuestros corazones, estamos perdiendo el propósito de nuestra fe. Nos preguntamos, ¿qué falta? La respuesta está en cumplir con las tres condiciones que Dios establece en el versículo de hoy para experimentar un avivamiento genuino. Veamos estas condiciones en detalle.

II. La Primera Condición Para el Avivamiento:

Se Humillare Mi Pueblo

La primera condición para el avivamiento es que “se humillare mi pueblo.” Nosotros, como el pueblo de Dios, debemos aprender a humillarnos ante Él. Esto significa reconocer nuestra total dependencia de Dios y admitir que, sin Él, no somos nada [1]. En muchas ocasiones, nuestro orgullo humano nos impide hacer esto. Tratamos de resolver nuestros problemas por nuestra cuenta, confiando en nuestras propias fuerzas en lugar de en Dios.

La palabra “humillarse” proviene del latín “humiliare,” que significa “hacer pequeño” o “doblegarse” [2]. En el contexto bíblico, humillarse ante Dios implica un acto de rendición total, donde reconocemos nuestra necesidad de Su gracia y Su guía en cada aspecto de nuestras vidas. Es dejar de lado nuestro orgullo y autosuficiencia para depender completamente de Él.

La Gran Comisión

Como creyentes, tenemos la Gran Comisión de llevar el evangelio a todas partes del mundo [3]. Si no estamos cumpliendo con esto, estamos fallando en nuestra misión y pecando contra Dios. La falta de humildad nos lleva a la desobediencia y nos aleja del propósito que Dios tiene para nosotros.

Todo avivamiento genuino comienza con la humildad. Como dijo el teólogo Andrew Murray: “La humildad no es tanto una virtud como es la madre de todas las virtudes; por lo tanto, en lo más profundo de la humildad está la raíz del avivamiento verdadero” [4]. Hermanos, es hora de que todos nos humillemos ante nuestro Dios. Si no le estamos hablando, aunque sea a una persona diaria, del Reino de Dios, entonces no tenemos el avivamiento que Dios quiere que tengamos.

así que, la primera condición para que exista un avivamiento genuino es humillarnos, reconocer nuestros pecados y vivir haciendo la voluntad de Dios. Pero no es suficiente humillarse; también debemos buscar activamente la presencia de Dios, lo que nos lleva a la segunda condición.

III. La Segunda Condición Para un Avivamiento:

Oraren y Buscaren Mi Rostro

La segunda condición para un avivamiento es que “oraren y buscaren mi rostro.” La oración es el medio por el cual nos comunicamos con Dios, y buscar Su rostro implica un deseo sincero de conocerlo más profundamente y de alinear nuestras vidas con Su voluntad. Pero, ¿cuántas veces nos olvidamos de orar? ¿Cuántas veces ponemos otras cosas por encima de nuestra relación con Dios?

Charles Spurgeon, conocido como el Príncipe de los Predicadores, dijo una vez: “No dejes de orar, porque el Señor está siempre dispuesto a escuchar” [5]. Esto nos recuerda que Dios está siempre dispuesto a escuchar nuestras oraciones, pero debemos ser constantes en nuestra comunicación con Él. Una persona que ora continuamente es una persona que está buscando el rostro de Dios, buscando respuestas y dirección en el lugar correcto.

Importancia de la oración

La Biblia nos enseña que debemos orar sin cesar [6]. Esto significa que la oración debe ser una parte integral de nuestra vida diaria. No es algo que hacemos solo en momentos de crisis, sino que debe ser un hábito constante, un reflejo de nuestra dependencia de Dios.

Además, buscar el rostro de Dios implica más que simplemente pedirle cosas. Es buscar Su presencia, Su guía y Su voluntad en nuestras vidas. Es orar para que Dios nos dirija en todo lo que hacemos y para que Su voluntad se cumpla en nuestras vidas. Tenemos que buscar el rostro de Dios y pedir que Él sea quien nos dirija, que Él dirija nuestras vidas tal como Él quiere, y que nos lleve a las almas que Él desea que entren en Su Reino.

La oración y la búsqueda del rostro de Dios son pasos esenciales hacia un avivamiento personal y comunitario. Estas acciones nos preparan para la tercera condición, que es la conversión de nuestros malos caminos.

IV. La Tercera Condición Para el Avivamiento:

Convirtieren de Sus Malos Caminos

La tercera y última condición para el avivamiento es “convirtieren de sus malos caminos.” Esto significa arrepentimiento verdadero y un cambio genuino en nuestras vidas. No es suficiente con orar y buscar a Dios si no estamos dispuestos a cambiar. Dios nos llama a alejarnos del pecado y a vivir de acuerdo con Su palabra.

Este cambio no es superficial; es un cambio profundo que transforma nuestro corazón, nuestra mente y nuestras acciones. Cuando las personas nos miran, deben ver la imagen de Cristo reflejada en nosotros. Nuestra vida debe ser un testimonio viviente del poder transformador de Dios.

El ejemplo en el mundo

Nosotros tenemos que ser el ejemplo en el mundo, tenemos que llevar el mensaje más importante de todo el mundo, cual es la salvación a través de nuestro Rey y Salvador Jesucristo. Es hora de que hagamos la voluntad de Dios y despertemos a los que están a nuestro alrededor a la realidad. Debemos mostrar con nuestras vidas que hemos sido transformados por la gracia de Dios y que vivimos conforme a Su voluntad.

Basta ya de las mentiras de Satanás, basta ya de sufrimientos. Tenemos que llevar el avivamiento al mundo. Si no llevamos el avivamiento al mundo, no estamos haciendo la voluntad de Dios.

¿Qué nos dice el Señor cuando hacemos Su voluntad? Él promete: “Oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar”. Dios nos asegura que cuando hacemos Su voluntad, Él está con nosotros, perdona nuestros pecados y sana nuestra tierra.

Hermanos, necesitamos que Dios sane nuestra tierra. Necesitamos que Dios rescate a nuestra juventud, que está siendo arrebatada por Satanás y sus promesas mentirosas. Este es el llamado final: convertirnos de nuestros malos caminos y caminar en la luz de Cristo.

Para concluir

Hermanos y hermanas, necesitamos un avivamiento. No podemos seguir viviendo como si todo estuviera bien cuando claramente necesitamos más de Dios en nuestras vidas. Necesitamos reconocer que sin un avivamiento genuino, nuestras iglesias, nuestras familias y nuestras propias almas permanecerán estancadas. La necesidad de un avivamiento no es solo una respuesta a los tiempos difíciles, sino una respuesta a nuestra necesidad constante de Dios.

Primero que todo, tenemos que humillarnos.

Tenemos que dejar el orgullo y la arrogancia a un lado y humillarnos ante Dios. Muchos en el mundo piensan que no tienen problemas porque son buenas personas. Están completamente engañados por Satanás; el ser una buena persona no sirve de nada si no está Cristo en un corazón. El primer paso hacia el avivamiento es reconocer que no podemos hacer nada sin Dios y que debemos rendirnos completamente a Él.

Segundo, tenemos que orar y buscar el rostro de Dios.

Si no oramos y buscamos el rostro de Dios, no estamos haciendo nada. Tenemos que estar orando continuamente por todos esos hermanos y hermanas que están en el mundo.

Orar para que el Señor tenga misericordia de ellos tal como tuvo con cada uno de nosotros. Orar para que el Señor les permita que escuchen la palabra. Necesitamos orar para que al mundo llegue un avivamiento tal como el que está llegando a esta pequeña comunidad de Dios. Porque eso es lo que nosotros estamos teniendo, un avivamiento mandado por Dios. La oración es la base de nuestra comunicación con Dios, y sin ella, nuestro espíritu se debilita.

Tercero, tenemos que convertirnos de nuestros malos caminos y hacer la voluntad de Dios.

Es necesario un arrepentimiento verdadero, un cambio genuino que transforme nuestras vidas y nos alinee con la voluntad de Dios. No podemos esperar el favor de Dios si seguimos caminando en nuestros propios caminos, lejos de Su propósito para nosotros. Debemos dejar atrás el pecado, buscar la santidad y reflejar la luz de Cristo en todo lo que hacemos.

¿Quién necesita un avivamiento?

Todos lo necesitamos. No es solo una opción, es una necesidad urgente en nuestros tiempos. Ahora la pregunta es: ¿Lo quieres tú? ¿Estás dispuesto a humillarte, orar y buscar el rostro de Dios, y convertirte de tus malos caminos para experimentar el avivamiento que tanto necesitamos?

Hermanos, el tiempo es ahora. No esperemos más. Respondamos al llamado de Dios con corazones abiertos y vidas dispuestas a ser transformadas por Su poder. Que el Señor nos conceda el avivamiento que tanto necesitamos, para que Su nombre sea glorificado en nuestras vidas, en nuestras iglesias y en todo el mundo. Amén.

[1] Juan 15:5
[2] Oxford Latin Dictionary
[3] Mateo 28:19-20
[4] Murray, Andrew. Humility: The Beauty of Holiness. Moody Publishers, 2005.
[5] Spurgeon, Charles. The Power of Prayer in a Believer’s Life. YWAM Publishing, 1993.
[6] 1 Tesalonicenses 5:17

© José R. Hernández. todos los derechos reservados.

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Jose R. Hernandez
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto. José R. Hernández; educación cristiana: Maestría en Teología. El Pastor Hernández y su esposa nacieron en Cuba, y son ciudadanos de los Estados Unidos de América.

3 comentarios en «¿Quién Necesita un Avivamiento?»

  1. Excelente predica hermano muy buena predicas que el pueblo de Dios necesita cada día para despertar y salir a la batalla que fuimos llamado, yo lo felicito a usted y a todo su equipo de trabajo pues son unos verdaderos hombres de Dios

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  2. Hermano la otra página que se llama predicas bíblicas.com por más que les escribí comentarios a las predicas que suben nunca aparecen los comentarios que pongo porque sera

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