Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: ¿Por qué mendigar lo que ya tienes?
Predica Cristiana Texto Bíblico: Rut 1:1-5
Introducción
Los Nombres y su Significado Espiritual
En el tiempo de mis abuelos, eran muchos los que para ponerle nombre a sus hijos miraban el santo que correspondía al día de nacimiento y que venía en el reverso del calendario. ¿Pudo Ud conocer alguno de esos nombres tan raros? Y en la actualidad se venden libros con nombres para poner a los hijos, pero en este caso quizás se acerca la idea un poco más a lo bíblico puesto que se brinda el significado de cada uno de ellos.
Bajo el concepto bíblico, es importante conocer el nombre y su significado de los personajes de la historia pues también desde allí nos habla el Señor y nos ubica en determinada condición y posición relativa a su voluntad.
En este día trataremos de ver la obra de Dios desde los nombres de algunos personajes bíblicos, para esto, leamos la Palabra de Dios en Rut 1:1-5 “Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido”.
La Importancia de los Nombres en la Biblia
Como resulta bastante tedioso de leer, generalmente le restamos importancia a los nombres que se manifiestan en la Biblia en esas que parecen interminables genealogías, pero la realidad es que resulta importante aprender el nombre de los protagonistas de cada hecho relatado por ella y su significado puesto que su conocimiento le otorga vivencia a los relatos porque Dios ha ocultado en ellos grandes verdades, y porque además nos sirven para que tomemos las actitudes y posiciones que el Señor desea que tomemos.
Elimelec: Mi Dios es Rey
Como leíamos, la historia de Rut empieza con un hombre que se llamaba Elimelec, que significa “mi Dios es rey”, y ese nombre abarca, de por sí, toda la doctrina del Rey, quien “en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” Apocalipsis 19:16, y del hombre mismo como su creación, “En el principio creó Dios los cielos y la tierra……….. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” Génesis 1:1, 27
La Biblia nunca discute la existencia de Dios porque el Dios de la Biblia es el Dios que existió, existe y existirá hasta el fin de los tiempos, “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” Mateo 28:19-20.
Recuerde y proclame siempre esto que el Señor nos dice a través del nombre de Elimelec: “Mi Dios es rey”, retenga en su corazón para los momentos de luchas, problemas, o necesidades, esto: “Mi Dios es rey”.
El Creer en Dios: Un Mandato
Como cristianos, de ninguna manera podemos dudar en nuestro corazón de su existencia, o participar de una disertación sobre si Dios existe o no, pues la Biblia comienza con Dios como un hecho y por lo tanto, la existencia de Dios es un tema que depende por entero de la revelación dada puramente al corazón humano, y siendo así, el hombre admite que Dios existe o niega su existencia, una de dos pues no se trata de creer en algunos casos y de negarlo en otros; no se trata de creer para pedirle y de negarlos con nuestras actitudes contrarias a sus enseñanzas.
Dios: El Fundamento de Nuestra Fe
El hombre ha sido creado para reconocer su existencia y no hay esperanza para él si no lo hace, “porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” Hebreos 11:6; Dios es y no resulta difícil creer que es porque a todo nuestro alrededor brilla su luz en la creación y resulta mucho más difícil creer que Dios no es.
La historia del hombre empieza con ese importante hecho de que Dios es, pero hay más, pues si vemos el tiempo verbal, hablamos del “Dios que es”, es decir, el que es mi Dios ahora, y eso significa el “Dios que es está a mi alcance como hombre” ahora; piense Ud en semejante privilegio que el Señor nos está dando: El Dios que existe y que ha creado el universo se ha puesto totalmente al alcance del hombre, a su alcance y a mi alcance, Hebreos decía: “El que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan”, y Jesús dijo: “Buscad, y hallaréis” Mateo 7:7.
Dios Está a Nuestro Alcance
Si un hombre no ha encontrado aún a Dios es sencillamente porque no se ha molestado en buscarle, porque cualquier hombre que quiera venir a Él descubrirá las realidades de Dios, captará el hecho de la existencia de Dios, y experimentará la persona de Dios en su propia vida; lo que el hombre necesita es empezar a buscarle porque Dios está a cada paso al alcance del hombre que le buscar, y cuando se le halla se convierte en “mi Dios”, y esa era la relación que tenía el hombre con Dios, en su inocencia.
En el Salmo 8 leemos una de las declaraciones más preciosas de David: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites” Salmos 8:3-4, y luego responde a su propia pregunta: “Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies” Salmos 8:5-6.
El Dominio que Dios Otorga al Hombre
Esto es parte de ese nombre “mi Dios es rey”; al hombre le ha sido dado dominio sobre todo el universo que Dios ha creado, pero solamente cuando él mismo se somete al dominio del Dios que le ha creado.
Al someterse el hombre al dominio de “mi Dios”, verdaderamente, y diciendo: Todo cuanto soy está a Su disposición, es cuando comenzó a ejercer dominio sobre todo lo que Dios le ha prometido; cuando se sometió al dominio le fue dado dominio, aunque como dice Hebreos: “Todo lo sujetaste bajo sus pies……; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos ….., a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos” Hebreos 8:8-9.
Jesucristo: El Ejemplo Perfecto de Sometimiento
Cuando vino Jesucristo en carne a la tierra no lo hizo para actuar como Dios sino como hombre, sujeto al dominio de Dios y a pesar de que todo el dominio le había sido dado y como Él lo dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” Mateo 28:18; esa es la verdadera relación del hombre con Dios, y mientras Adán mantuvo esa clase de relación, todo el universo se sometió a su dominio porque su “Dios es rey”, situación que se mantuvo mientras se mantuvo el estado de inocencia en él.
Elimelec se había casado con una mujer que se llamaba Noemí, que significa “placer”, y en la unión de estos dos nombres tenemos una figura de la doctrina de la caída del hombre; el diablo, astutamente, no colocó ante Eva una tentación que ella pudiera reconocer como tentación, sino que le hizo una proposición; le sugirió que si tomaba aquella fruta que Dios en su soberanía les había prohibido para poner a prueba su obediencia, se le concedería la habilidad de volverse como Dios.
La Caída del Hombre: Cuando “Mi Dios es Rey” Se Casa con el Placer
Cuando “mi Dios es rey” se casó con “placer” transgredió los límites que Dios le había puesto, buscó su propio placer antes que buscar a su propio Dios, y en el Nuevo Testamento leemos que así son aquellos que aman el placer en lugar de amar a Dios, y vemos que en el matrimonio de Elimelec y Noemí, a través de sus nombres, tenemos una sombra de la caída del hombre.
Después que Adán y Eva fueron excluidos del Edén leemos que tuvieron un hijo, Abel, que fue asesinado por su hermano Caín; luego leemos acerca de las generaciones de Adán, que tuvo otro hijo al que llamó Set y también Set murió, pero Set tuvo un hijo que se llamó Enós y este hijo murió, y murió y murió, y a lo largo de todo ese largo capítulo vemos la muerte una y otra vez.
Las Consecuencias de Poner el Placer por Encima de Dios
Esto sucede siempre cuando “mi Dios es rey” se casa con “placer”, pues siempre el resultado de esta unión es la muerte.
Tú eres ahora “mi Dios es rey”, y “He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. Tus edificadores vendrán aprisa; tus destructores y tus asoladores saldrán de ti. Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia” Isaías 49:16-18, y debemos comenzar a andar conforme a esta verdad poderosa y transformadora que Dios nos ha transmitido a través de este nombre.
¿Por Qué Mendigas lo que Ya Te Ha Sido Dado?
¿No cree usted que debe de haber ocasiones en las que el Señor Jesús debe de mirarnos diciendo: ¿Qué te pasa?, ¿Qué estás haciendo?, ¿Por qué vienes continuamente a mi pidiéndome lo que ya tienes?, ¿Por qué pedís salud, fortaleza, prosperidad, gozo y paz?; tú eres “mi Dios es rey”, yo te he dado todas esas cosas y todo lo que soy es lo único que necesitas, ¿Por qué tienes que seguir mendigando lo que ya tienes?.
Transforma tu Vida al Reconocer Quién es tu Dios
Si comenzásemos a andar pensando siempre que estamos casados con Él, que ese que ha resucitado de los muertos; casados con un hombre de fortaleza y riqueza que nos ha dado todo cuanto es y todo lo que tiene, seríamos conscientes de lo increíblemente insensato que somos al estar recogiendo sobras insignificantes; si nos diésemos cuenta de lo que estamos haciendo al hacer algo así, si nos diéramos cuenta de que estamos mendigando cuando somos dueños de todo lo que el Señor nos da, entonces nuestras vidas serían transformadas.
Seríamos totalmente transformados y aquellos con los que vivimos en casa serían los primeros que lo verían, luego los que trabajan con nosotros, y aquellos a los que nos encontramos a lo largo de nuestra vida diaria; y no pasaría mucho tiempo antes de que todos supieran que algo muy importante nos ha sucedido y hemos comenzado a vivir en la gloria y en la plenitud de una vida redimida por Cristo, y ahora realmente “mi Dios es rey”.
© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.
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