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Una libra de Dios

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Una libra de Dios

Lectura Bíblica: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. (22) Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? (23) Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.Mateo 7:21-23

INTRODUCCION

A todos nos encanta recibir las bendiciones de Dios, sentir el Espíritu Santo, recibir una palabra profética, sentir su perdón y amor. Sin embargo, le invito a que trate de responder con seriedad las siguientes preguntas: ¿Realmente cuánto quiere de Dios en su vida?

Quiero compartirle una adaptación que he hecho del poema del pensador cristiano estadounidense, Wilbur E. Rees, titulado: Three Dollars Worth of God [$3.00 De Dios], publicado en 1971. (Imagine que usted va al supermercado, y puede comprar una libra de Dios (así como cuando va por frijoles o azúcar.)

El cliente le dice al despachador: Fíjese que quiero una libra de Dios, pero no sé si será suficiente para lo que necesito. ¿Será suficiente para que no explore mucho mi alma? Es que fíjese que, yo quiero lo suficiente de Dios, pero que no tome el control de mi vida, que sea lo suficiente como para calmar mi culpa, mi dolor, me quite las preocupaciones y me haga sentir bien con Él.

Me gustaría comprar un poco de Dios que me de suficiente amor. Pero, que no me haga amar y perdonar a las personas que me caen mal. Quiero lo suficiente de Dios que me haga sentir bien para ir a la iglesia cuando tenga tiempo o me dé la gana. Quiero tener una experiencia especial con Dios, pero que no me haga sentir culpa por no diezmar. Quiero una libra de eternidad, sin nacer de nuevo. ¿Ha entendido lo que necesito? Por cierto, ¿cuánto cuesta la libra de Dios? – L75.00 respondió el vendedor. ¡Uy que caro¡, respondió el cliente. Ni modo, démela.

Así de descarados somos muchos de los que buscamos a Dios. Queremos más de Él sin tener que darle más de nosotros, sin abandonar lo que somos, lo que hacemos y queremos.

Cada día son más las filas de las personas que quieren recibir todo lo que Dios tiene que darles, pero manteniendo una distancia prudente que no les haga comprometerse, que cumpla con resolver sus necesidades, para luego olvidarse de las cosas que Dios exige de ellos.

Queremos sentirnos bien con Dios sin llegar a entregarnos a él, para continuar en fiestas, disfrutando el alcohol, odiando, sexo desenfrenado, robando, engañando y hablando palabras sucias.

¿Estará usted entre los que quieren una libra de Dios y tampoco quieren pagarla? Respóndase, así mismo ¿Realmente cuánto quiere de Dios en su vida?, ¿hasta dónde quiere que Dios tome el control de su vida?, ¿cuánto de lo que usted es y posee está dispuesto a entregar a Dios? O sólo busca una relación superficial con Dios.

Un verdadero y auténtico cristiano, es un Hijo de Dios que cede el control total de su vida a Dios, como resultado de esto, su estilo de vida cambia debido al SEÑORIO DE CRISTO.

TRANSICIÓN: Esta tarde, aprenderemos acerca del Señorío de Cristo:

DESARROLLO.

¿Qué es el Señorío de Cristo?

Apocalipsis 17:14 Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.

Él es el Señor de señores y Rey de Reyes, eso significa que él es el rango superior y la autoridad suprema. No hay otro arriba de él. Dios se la concedió a él. Cristo posee el dominio universal y es el mayor exponente de autoridad en la Tierra como en el Cielo.

Filipenses 2:9-11 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, (10) para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; (11) y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Toda lengua, termine en el Cielo o en el Infierno, confesará que Jesús es el Señor.

Cuando le entregamos nuestra vida a Dios por medio de su hijo. Una de las cosas que reconocemos es que Él se convierta en el Señor de nuestra vida. Eso significa que, aceptamos que su influencia, poder y voluntad tomen el control de todas las áreas de nuestra vida.

TRANSICIÓN: Entregarse al Señorío de Dios es concienzudo, intencional y voluntario. Por ejemplo, la santidad en sus finanzas: ¿Ofrenda y diezma? ¿O es despilfarrador, vanidoso o desagradecido? En su matrimonio: ¿guarda la santidad del sexo con su esposa?

En su trabajo y estudios: ¿Es integro y diligente? En su moralidad y ética: ¿Evita el pecado o sigue abrazando ese pecado como si nada pasara? En sus relaciones personales y carácter: ¿ama, perdona, busca venganza o sigue siendo explosivo? ¿Cómo celebra sus cumpleaños, cuál es la música que escucha, qué dice su testimonio de su fe? ¿Está experimentando la santidad del Señorío de Cristo en todo lo que piensa, hace y quiere?

¿Quién es el Señor de su vida?

Mateo 7:21No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Lo que nos dice esta palabra es que Dios no es el Señor de muchos que le andan diciendo ¡Señor! No es verdad.

La falta de transformación de muchos creyentes se debe a la carencia del señorío de Cristo en sus vidas. Cuando usted no hace lo que Dios quiere: el autor, el director, el creador, el guionista, el camarógrafo, el héroe y el enemigo de su vida, es usted mismo.

Los fariseos eran expertos en el estudio del Antiguo Testamento, oraban al menos 3 veces al día, recitaban las escrituras todo el día, ayunaban al menos dos veces por semana y servían junto a los sabios rabinos de Jerusalén, y seguían sin practicar la Palabra de Dios. (Por eso Jesús les decía que eran platos de inmundicia, sepulcros blanqueados y trapos de inmundicia, porque no practicaban lo que enseñaban les llamó hijos del Diablo)

Este tipo de relación superficial con Dios, no sirve de nada. Es como los matrimonios en crisis, parejas que siguen aparentando amor frente a los demás, pero no se soportan en casa, son enemigos y se tienen asco el uno al otro. ¿Hay felicidad o paz en esa relación? No, y menos con Dios.

No es lo mismo conocer la verdad y practicarla. El problema no es el conocimiento, sino lo que hacemos con el.

Lucas 6:46¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

Parece que algunos creyentes no saben qué hacer con la verdad de Dios. Aunque usted se despierte y lo primero que haga es una oración matutina antes de salir a trabajar, no significa que Jesús es el Señor de su vida. El profeta Isaías dijo a Israel (29:13) “Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí.

Mateo 6:24, “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Es por eso qué Dios le hace esta justa y oportuna pregunta hoy: ¿Quién es el Señor de tu vida? ¿Cuánto quieres realmente de mí?

CIERRE

Mateo 7:22-23Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Este verso nos muestra que muchos empezaron bien, pero terminaron mal. Yo quiero recordarle, que lo más importante no es empezar bien, sino terminar bien con Cristo.

Pero, eso sólo depende de que usted tome la decisión.

Deje que Él sea el Señor de su vida. Ríndase a él, humíllese a él. No siga repitiendo: “Dios es mi Señor, pero hago lo que yo quiero”.

¿De qué te sirve que Jesucristo es el señor de sábado, pero, no el resto de la semana?

Imagínese que va a comprar una pizza full extras, una super suprema Ultimate Deluxe con orilla de quesillo. Tras revisar la caja se da cuenta que sí es la especialidad que pidió, pero le hace falta una porción de pizza, hace falta ese triangulito. ¿La devuelve y exige una completa o se la lleva de todas maneras sólo hace falta una?

Cristo quiere ser el SEÑOR de todo, o de nada. Él no quiere porciones suyas y menos darle sólo una libra de él.

Una relación superficial con Dios no existe. Sencillamente, no la tiene, porque quienes la tienen viven bajo el señorío de Cristo.

¿Quiere entregarse totalmente a Cristo? ¿Cada área de su vida? ¿Cuánto realmente usted quiere que Dios tome el control de su vida?

OREMOS.

© Roger Casco. Todos los derechos reservados.

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Roger Casco
Maestro, pastor, misionero y ministro profético. Sembrador de Iglesias. Autor del libro apologético Su NOMBRE: ¿Jesús o Yeshúa?

1 comentario en «Una libra de Dios»

  1. Mil gracias en Cristo Jesús por cada idea, frase y fragmento bíblico me es de gran ayuda y mucha bendición para mi vida y aquellos a quienes comparto de Cristo, cordial saludo allí a la iglesia en este lugar, bendiciones en nuestro salvador Jesucristo… Hno. Mario Pico

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